Claro. El colectivismo de Reagan y Tatcher ponéle. https://t.co/vdLH6j8hPy
— La Corriente K (@lacorrientek) January 17, 2024
Aflojále a la mandanga que te está pegando mal. https://t.co/kY8DQaZqSG
— La Corriente K (@lacorrientek) January 17, 2024
Las palabras de Milei en su discurso en el foro de Davos solo pueden sorprender a los que se toman en serio las ideas de los libertarios, o peor aun, creen que tal y como ellos las exponen se han aplicado alguna vez, en algún lugar del mundo real y concreto. O a los que creen que la escuela austríaca a la que adhiere es algo digno de tomarse en cuenta, y no una secta de lunáticos.
Sostener que en las últimas décadas -marcadas por la caída de los socialismo reales y el triunfo del capitalismo financiarizado globalizador- el mundo y en especial Occidente han estado dominados por las ideas colectivistas o el socialismo, solo puede caber en la cabeza de alguien con severos problemas mentales, o lo suficientemente burro como para utilizar categorías o palabras de cuyo significado último no tiene la menor idea en realidad.
A la inversa, se podría decir casi sin riesgo de equivocarse que no existe hoy -y desde hace bastante tiempo- ningún Estado gobernado por el socialismo, al menos tal como se lo conoció en los tiempos de la URSS y los países del bloque de influencia suya.
Por el contrario, el capitalismo neoliberal se ha entronizado o llegado al gobierno aun en países en los que siempre habían prevalecido las socialdemocracias, o gobiernos más proclives a la intervención del Estado en la vida social y económica como los escandinavos; y las propias socialdemocracias -a las que Milei no vacilaría en identificar con el comunismo, o poco menos- han abandonado sus banderas tradicionales, para adoptar las mismas políticas ortodoxas que en teoría combatieron por décadas.
La cuestión, sin embargo, excede los disparates y desvaríos del presidente: se trata en realidad de otro mascarón de proa (y no ciertamente de los más lúcidos en términos intelectuales) de ese mismo capitalismo financiero globalizado que gobierna el mundo hace décadas, que resiste con todas las armas a su alcance cualquier intento de intervención o regulación estatal que pueda afectar sus intereses, por mínimo que sea.
Agitando el fantasma de comunismo ideales, que solo existen en la mente de enfermos como Milei, impiden u obturan todo debate sobre los efectos concretos de sus políticas, en todo lo que no sea enriquecer cada vez más a los dueños de todo. En ese sentido y volviendo a la Argentina, el DNU y la ley ómnibus impulsados por el gobierno nacional son bastante ilustradores.
Y en un plano menor -pero no por eso menos importante- los disparates de Milei son otro capítulo más de las coartadas a las que apela el neoliberalismo de antemano para cuando sus planes (como sucede siempre que son aplicados) fracasen, y vuelvan a causar estropicios económicos, sociales y hasta institucionales: no son sus ideas las que atrasan, sino la realidad que insiste en no acomodarse a ellas.
De allí que no debe sorprender que incurran en delirios que no resisten la prueba de la coherencia en una conversación de cinco minutos; como sostener acá en la Argentina que el populismo sostiene a la gente en la pobreza para manipularla políticamente y al mismo tiempo la hace vivir en una realidad ficcionaria, sosteniendo consumos y niveles de vida que en realidad no podrían sostener por sus propios medios.
O celebrar la caída del muro de Berlín y los socialismo reales (incluida la disolución de la URSS) para venir a decirnos después que en realidad el colectivismo ha triunfado y gobierna el mundo, comenzando por Occidente.
Es tan pavo que dice que en este siglo el PBI mundial aumentó al 3% anual o bajó la pobreza, cuando en ambos casos esos resultados no existirían si no fuera por ¡la China comunista!
ResponderEliminarUn chimpancé drogado. El ácido que le venden debe estar vencido.
ResponderEliminarEl Colo.