Leemos en el diario que se imprime en AGL (al igual que Clarín, off course, porque son socios, aunque Binner no lo sabía), que el Ministro de Justicia y Derechos Humanos Héctor "Pepitito" Superti, encomendó a la Sindicatura General de la provincia que hiciera un informe sobre cuanto hubiera costado en Santa Fe hacer imprimir boletas con el sistema tradicional (el utilizado en las elecciones nacionales); y lo compara con lo que costó imprimir las boletas únicas acá en Santa Fe.
Boletas únicas que, como sabemos, imprimieron Clarín y El Litoral (sunbcontratando con Techint) a través de una contratación directa cuya historia se cuenta acá; y que Binner resolvió mediante este decreto.
“Teniendo en cuenta la calidad (de impresión) de las boletas, la cantidad de información a difundir y la mejora en la calidad institucional que para nosotros significó la aplicación de este nuevo modelo, no nos parece que la cuestión económica haya sido realmente muy relevante”, dice Superti.
El problema radica en que al cálculo del ministro le fallan algunos números.
Porque a los costos adicionales de imprimir la boleta única hay que sumarle los $ 883.300 que costó confeccionar los boxes de cartón para los votantes -adjudicados por contratación directa por este decreto-, los $ 748.000 que costaron las urnas especiales con cinco bocas que hubo que hacer para las boletas únicas -contratadas en forma directa también por este otro decreto-, y las nuevas y más grandes que hacer para la elección general porque los votos no entraban; para lo cual y para variar, hicieron otra contratación directa por este decreto ; que implicó un gasto adicional de otros $ 107.250.
Todo eso sin olvidarnos de los famosos "Manuales" del CIPPEC para explicar como funcionaba la boleta única -tarea encomendada también por contratación directa por este decreto- , y el "Análisis" a posteriori de la elección, para ver como anduvo la cosa; lo que motivó otra contratación directa decidida por este decreto, todo lo cual se llevó otros $ 165.178,66, que no se hubieran gastado se la ocurrencia de Javkin no hubiese prosperado.
Es decir que a los dos millones más de que habla Superti, hay que sumarles $ 1.903.728,66 de estos otros "útiles escolares" y "material de estudio" del bricollage socialista, todos contratados sin mediar licitación pública. No importa, todo sea por la calidad institucional, y la calidad de impresión.
Lo curioso del caso es que Superti quedó a cargo del operativo electoral por la "excusación" de Bonfatti -en razón de ser candidato-, que no dice quien le pidió que hiciera hacer el informe a la Sindicatura General para calcular los costos comparativos con el sistema tradicional de votación, y en base a que estimaciones se hizo el informe que llegó a los famosos dos palitos, la bicoca de la que habla el ministro.
Ministro que mientras tanto tiene en su cartera algún que otro temita importante con que ocupar su tiempo, y al que no le estaría prestando la debida atención; como la reforma judicial y la implementación de la reforma del Código Procesal Penal.
Superti sacrifica tiempo para aclarar dudas que nadie planteó (al menos públicamente, en todo caso se cuestionó como se contrató a AGL), y de todo el gasto en que se incurre en un proceso electoral, centra su preocupación en lo que costó imprimir las boletas.
Hasta su argumento de que fue el costo principal es falso: los operativos del Correo y de la Gendarmería Nacional en ambas elecciones (primarias y generales) costaron $ 37.878.359, bastante más que la impresión de las boletas.
Lo que lleva a preguntarse a quien está defendiendo en realidad Superti, y de que acusación: si al gobierno de Binner, o a Clarín y El Litoral; que de este modo ahorran costos: consiguen un abogado defensor que pagamos todos.
El problema radica en que al cálculo del ministro le fallan algunos números.
Porque a los costos adicionales de imprimir la boleta única hay que sumarle los $ 883.300 que costó confeccionar los boxes de cartón para los votantes -adjudicados por contratación directa por este decreto-, los $ 748.000 que costaron las urnas especiales con cinco bocas que hubo que hacer para las boletas únicas -contratadas en forma directa también por este otro decreto-, y las nuevas y más grandes que hacer para la elección general porque los votos no entraban; para lo cual y para variar, hicieron otra contratación directa por este decreto ; que implicó un gasto adicional de otros $ 107.250.
Todo eso sin olvidarnos de los famosos "Manuales" del CIPPEC para explicar como funcionaba la boleta única -tarea encomendada también por contratación directa por este decreto- , y el "Análisis" a posteriori de la elección, para ver como anduvo la cosa; lo que motivó otra contratación directa decidida por este decreto, todo lo cual se llevó otros $ 165.178,66, que no se hubieran gastado se la ocurrencia de Javkin no hubiese prosperado.
Es decir que a los dos millones más de que habla Superti, hay que sumarles $ 1.903.728,66 de estos otros "útiles escolares" y "material de estudio" del bricollage socialista, todos contratados sin mediar licitación pública. No importa, todo sea por la calidad institucional, y la calidad de impresión.
Lo curioso del caso es que Superti quedó a cargo del operativo electoral por la "excusación" de Bonfatti -en razón de ser candidato-, que no dice quien le pidió que hiciera hacer el informe a la Sindicatura General para calcular los costos comparativos con el sistema tradicional de votación, y en base a que estimaciones se hizo el informe que llegó a los famosos dos palitos, la bicoca de la que habla el ministro.
Ministro que mientras tanto tiene en su cartera algún que otro temita importante con que ocupar su tiempo, y al que no le estaría prestando la debida atención; como la reforma judicial y la implementación de la reforma del Código Procesal Penal.
Superti sacrifica tiempo para aclarar dudas que nadie planteó (al menos públicamente, en todo caso se cuestionó como se contrató a AGL), y de todo el gasto en que se incurre en un proceso electoral, centra su preocupación en lo que costó imprimir las boletas.
Hasta su argumento de que fue el costo principal es falso: los operativos del Correo y de la Gendarmería Nacional en ambas elecciones (primarias y generales) costaron $ 37.878.359, bastante más que la impresión de las boletas.
Lo que lleva a preguntarse a quien está defendiendo en realidad Superti, y de que acusación: si al gobierno de Binner, o a Clarín y El Litoral; que de este modo ahorran costos: consiguen un abogado defensor que pagamos todos.
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