Por supuesto -como sabemos- es absolutamente imposible que el gobierno de Cristina toma alguna medida que -aunque parezca positiva- obedezca a propósitos nobles: siempre será para cuidar la caja, interferida por Moreno, sorprendentemente veloz (un inesperado elogio de Clarín a la burocracia estatal), de apuro, para ocultar algún negociado, porque se acabó la fiesta y ya no hay guita, o con algún trasfondo que no conocemos, y seguramente develarán los editorialistas de Clarín o La Nación, con el paso de los días.
Aun así, el anuncio de Cristina en su reparición de que usaría todas las herramientas legales a su alcance para garantizar que no prosperaran las avivadas de las petroleras (algo sobre lo que probablemente volvamos en otra entrada) se concreta con esta resolución de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, mandando a las petroleras a bajar los precios a los que les venden el gas oil a las empresas transportistas de carga y de pasajeros.
Más allá del caso en sí (y de la mala leche clarinesca) sirve el ejemplo para ver de que se trata hoy por hoy gobernar en la Argentina, y cual es la contraparte del gobierno en estos asuntos; porque muchos tienden a creer que son los partidos opositores o los periodistas "independientes", la cosa es un poco más compleja digamos.
Hace un tiempo nosotros acá -hablando del caso Papel Prensa- celebrábamos la sanción de la ley que regula la producción y comercialización del papel para diarios; pero planteábamos la necesidad de que esos mecanismos de regulación se extendieran a otros sectores de la economía, y que se aplicaran con decisión los mecanismos de defensa de la competencia, para evitar las consecuencias negativas de la concentración que existe en muchos sectores.
Este medida tomada contra las petroleras va en ese sentido, pero además expresa una señal muy clara de que el gobierno no va a renunciar a ejercer su autoridad, pulseando con los poderes fácticos no institucionales, para mantener bajo control el rumbo general del proceso económico.
Acá vemos otra noticia interesante:
A ver si se entiende: los bancos estuvieron -por lejos- entre las empresas que mas plata ganaron en la Argentina en los últimos años; en especial en el 2010 y 2011, a contramano del huracán de la crisis financiera internacional.
Tanto que las casa matrices de los bancos extranjeros empezaron a mirar a sus filiales en países como la Argentina para que les remitan sus utilidades, y así compensar las pérdidas que la crisis genera en el llamado primer mundo; lo que a su vez se traduce en países como el nuestro, en fuga de capitales y salida de divisas que son escasas (o empiezan a escasear) y presionan sobre el tipo de cambio.
Como bien se explica acá, la medida tomada por el Banco Central tiene varios propósitos: aumentando las exigencias de integración de capital de los bancos, se les pone un límite objetivo a la distribución de utilidades, y se aumenta su capacidad prestable (están sentados desde hace años sobre montañas de plata, porque se recuperaron los depósitos durante todo ese tiempo y ahora se revirtió la salida fruto de la última corrida), lo que incrementa la oferta de crédito y debería bajar las tasas, que subieron cuando se trató de evitar la disparada de algunos ahorristas al dólar.
Es muy importante que el país discuta y apruebe una nueva ley de entidades financieras que reemplace a la de la dictadura y Martínez De Hoz -y hay rumores de que esa discusión se daría este año-; pero mientras tanto con las herramientas disponibles, el Banco Central puede adoptar medidas como ésta para ajustarle las clavijas a otro sector de enorme peso y poder en el país, como lo son los bancos.
No vana a faltar, claro, los comentarios en Clarín o La Nación diciendo que esta medida es porque Moreno le calentó la cabeza a Cristina y la hizo enojar con Jorge Brito; del mismo modo que dicen que lo de las petroleras es porque está enojada con Eskenazy: no importa, mientras se enoje y haga lo correcto -como estas dos medidas-, no hay problema, para nosotros al menos.
Dos cositas al pasar, sacadas de los diarios del día, que vienen bien para refutar a muchos que dicen todo el tiempo que el kirchnerismo es nada más que un relato.
Excelente, ahora falta que Cris obligue a vender el gasoil en el interior al mismo precio que en Capital.
ResponderEliminarCuanta mentira por Dios, los mismo que con la tarjeta SUBE, resulta que en Capital paga el transporte menos de la mitad que en el interior y nadie se indigna.
¿Hasta cuándo la falta de respeto con el interior? ¿hasta cuándo el abuso?
¿Y dónde está la discriminación al interior en la medida del Banco entral, o no la comentás porque no entendiste de que se trata?
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