El intento de reforma tributaria que impulsa Scioli en la provincia de Buenos Aires fue analizado por los medios en el marco de la interna que lo enfrenta con el vice Mariotto, pero deja más de una punta para el análisis.
De hecho, en las rápidas asimilaciones que se han hecho con el caso Cobos, se obvia un detalle elemental: en el Senado (Cámara que preside Mariotto como vicegobernador) el proyecto enviado por Scioli (crucial para su gobierno) fue aprobado, con lo que la diferencia con el "voto no positivo" de Cleto que selló la suerte de las retenciones móviles impulsadas por Cristina, es notoria.
Pero además el episodio es bastante develador respecto a las relaciones entre el sistema político en su conjunto (oficialismo y oposición) y los intereses corporativos: el propio Clarín (ver imagen) califica al conflicto que desató el proyecto con las patronales del campo como "una remake descalcificada" del conflicto por la 125: curioso, sutilmente apunta la pérdida de consenso social en torno a los reclamos del "campo" (no hubo en estos días en la Legislatura bonaerense movilizaciones clasemedieras a favor de los reclamos agrocarcas), cuando en el 2008 le puso a entera disposición todo su aparato mediático para amplifcar el reclamo, y socavar al gobierno de Cristina.
Como se ve en la imagen de la nota de Clarín, el oficialismo provincial (también en esto sin fisuras: los que están con Scioli, y los que no, o responden a Mariotto) intentó juntar el quórum necesario para tratar el proyecto de reforma tributaria, mientras la oposición (el radicalismo el PRO y el FAP) apelaron a no brindar quórum para trabarlo; lo que hasta ahora lograron.
Nota: si alguno pensaba que el alineamiento de algunos sectores opositores con el gobierno nacional en el caso de la expropiación de YPF expresaba un cambio de tendencia en la lógica de construcción política de esos sectores (básicamente la UCR y el FAP), lo sucedido en la Legislatura bonaerense hace aconsejable al menos matizar esa conclusión.
Radicales, socialistas y sus aliados del vario pinto progresismo terminaron jugando objetivamente (como si estuviéramos en los tiempos de la resolución 125) para las patronales agrarias; sean éstas las abiertamente reaccionarias como la Sociedad Rural o CRA (particularmente duras en territorio bonaerense), o las supuestamente "progresistas" de la Federación Agraria, cuyo inefable titular disparó acá otro exabrupto de los que nos tiene acostumbrados.
Ojo: es probable que por ejemplo acá en Santa Fe la situación se de en espejo, con radicales y socialistas impulsando aumentos del inmobiliario rural, frente a la resistencia de parte del peronismo (el reutemanismo residual, parte del obeidismo), alineaado con los agrogarcas: la diferencia estaría en quien gobierna, y quien es oposición en cada situación.
Sin embargo en el caso bonaerense es interesante ver como los opositores a Scioli parecen más dispuestos a que posibilitar que el Estado se endeude, que a brindarle recursos genuinos aportados por sectores con capacidad contributiva.
Scioli dijimos: en la nota de Clarín hay un claro mensaje para el gobernador bonaerense, cuyas blanqueadas aspiraciones presidenciales lo convirtieron en la nueva esperanza blanca del establishment para suceder a Cristina; cifrado bajo el subterfugio de que al que en realidad la reforma beneficia, es
al Estado nacional, por la incidencia de los mayores avalúos de las
propiedades rurales en el impuesto a los Bienes Personales
Y el mensaje es que si avanza sobre determinados intereses dejarán de considerarlo un prospecto presidenciable interesante, porque justamente lo que vienen buscando desde el 2003 (más acentuadamente desde el 2008) es justamente todo lo contrario: seguridades de que hay cosas que no serán cambiadas.
Porque además la nota de Clarín cuando explica los alcances de la reforma tributaria bonaerense omite otros detalles, como podemos ver acá:
La reforma tributaria que propone el gobierno de Scioli no sólo aumenta el impuesto inmobiliario rural, sino que elimina exenciones a Ingresos Brutos, entre ellas, las que gozan actualmente las empresas de televisión por cable, y por las que no pagan el impuesto.
De más está decir los fortísimos intereses que el grupo Clarín tiene en ese mercado, a través de Cablevisión, Multicanal y similares; de modo que la demora en el tratamiento de la reforma favorece objetivamente a esos intereses, claro que no esperemos que lo digan abiertamente.
De modo que tanto las patotas rurales de Biolcatti y Buzzi, como los diputados opositores que se niegan a dar quórum para tratar el proyecto, terminan favoreciendo objetivamente a los intereses del Grupo.
Cuesta creer que lo hagan sin saber; y en el caso de los partidos opositores, está muy vinculado a lo analizado acá sobre las lógicas de construcción política.
Hay que dejarlos que cuiden sus campos, que no gasten en impuestos y los cuiden bien. Así cuando llegue la ley de tierras en función social productiva, los peones van a recibir hectáreas con muy buenos rindes.
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