Después del impacto que generó el fallo de la Corte poniéndole fecha a la cautelar por el artículo 161, Clarín llamó a cerrar filas a la tropa en defensa de su multimedios, y -cada uno con su estilo- todos respondieron.
Desde los radicales con Gil Lavedra (el albacea testamentario de la Constitución) a la cabeza, pidiendo la integración de los opositores a RTA (Radio y Televisión Argentina) Sociedad del Estado y la AFSCA; pero sin decir que siguen sin ponerse de acuerdo entre ellos como repartirse los cargos, como decíamos acá.
Justo en esa entrada hacíamos la historia (por todos conocida) de la gestación de la ley de medios, y la actitud que fue asumiendo la oposición (que ahora dice que le preocupa y la defiende) para boicotearla primero, y para ningunerarla después que fue sancionada.
En la nota de Clarín a la que corresponde la imagen desfila De Narváez, propietario él mismo de medios de comunicación en infracción no ya de la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual, sino de la propia ley de la dictadura 22.285: ambas prohibían y siguen prohibiendo que los funcionarios públicos de cualquiera de los Poderes del Estado sean propietarios de medios.
Pero De Narváez va más lejos: en un alarde de respeto por la calidad institucional, se constituye en juez y dice que el artículo 161 es inconstitucional, ¿para qué esperar el fallo de la justicia sobre el fondo de la cuestión si él ya dictaminó?.
Y no se queda atrás Enrique Thomas, que es ni más ni menos que aquél diputado que fue a la justicia federal mendocina (nada menos) para presentar otra cautelar (resulta favorablemente por una jueza impresentable) pidiendo que se suspendiera la aplicación de la ley en todo el país; que fue finalmente dejada sin efecto por otro fallo contundente de la Corte.
Y se basaba en las presuntas irregularidades del trámite parlamentario de la ley (lo mismo hizo Clarín por aquéllos días del 2009, con otra cautelar rechazada incluso por el juez Carbone), después del papelón protagonizado en Diputados por la oposición levantándose del recinto a la hora de votar (¿recuerdan que el resultado fue 147 a 0?), tras plantear innumerables y repetidas cuestiones de privilegio absurdas.
Tampoco podía faltar en el desfile el progresismo prolijo del FAP, en éste caso representado por el socialismo de guantes patito de Roy Cortina, quien recuerda algo que en su momento se dijo en éste blog: estos buenos muchachos votaron en contra en la discusión en particular el artículo 161, o sea la cláusula de desinversión.
Como ven entonces, y más allá del caso YPF -que a esta altura parece cada vez más ser la excepción que confirma la regla- los planteos de la oposición en torno a la ley de medios coincidieron antes y coinciden ahora con la estrategia y los intereses de Clarín.
A cambio de éste alineamiento el grupo les da visibilidad en esa estructura de medios, que justamente debería desmantelar si se cumple a rajatablas la ley.
Y eso supone un problema no sólo para el Grupo Clarín, sino para el conjunto de una dirigencia opositora que no parece acertar a ensayar otra lógica de construcción política que no sea ceñirse a la agencia marcada por los medios hegemónicos, aunque los resultados del 23 de octubre hayan saldado la discusión respecto a la utilidad o no de esa estrategia.
Por eso las demás cuestiones que se introducen en la discusión (que si la publicidad oficial, que si los medios oficiales o para oficiales) son al sólo objeto y efecto de justificar que se alinean con los intereses de Clarín, porque sobre lo que la Corte falló ésta semana (y el fallo lo deja claro) es sobre eso: los negocios e intereses del Grupo, no otra cosa.
Los defensores de la república, la calidad institucional y la división de poderes (que marcharon ayer nomás al Cabildo y tribunales) se pasan a nado una discusión pública en foros a lo largo y lo ancho del país (primero de la ley, después de su reglamentación), la discusión en el Congreso (también con audiencias públicas), las amplias mayorías con las que la ley fue votada en las dos Cámaras, los fallos judiciales que fueron haciendo caer las diferentes cautelares y ahora, el fallo de la propia Corte en el caso Clarín.
Magnetto toca el pito y todos los reclutas desfilan obedientes; todo sea por unos minutos de aire todas las semanas en radio Mitre, TN o cualquiera de los medios del Grupo.
Porque simplemente de eso se trata: de tener publicidad sin pagar, simplemente por canje.
http://www.lt10digital.com.ar/noticia/idnot/143070/Norma_Morandini_No_debe_haber_monopolios_comunicacionales.html
ResponderEliminarAjá, ¿y dio algún nombrecito de monopolio conocido o sigue con el tema de que quiere escuchar a Elvis Presley?
ResponderEliminara esta altura de su vida no debe acordarse ni de su propio nombre...
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