A muchos podría sorprenderles que nada menos que Pagni y desde las
páginas de la tribuna de doctrina reivindique a Raúl Prebisch, el mentor
intelectual de muchos economistas argentinos heterodoxos (como el mismísimo
Aldo Ferrer), uno de los más grandes difusores de la obra de Keynes, y
fundador de la escuela cepaliana.
Sin embargo Pagni no elige al azar, sino específicamente un momento de
la obra de Prebisch, que es cuando regresó al país (estaba en Chile en la
CEPAL, justamente) para colaborar con el gobierno de la Revolución Libertadora
que acaba de derrocar a Perón, y realizó un crítico informe sobre la situación
de la economía del país en 1955, del cual él extrae la cita y la trasopla al
presente; para demostrar que los vicios que acarrea el populismo son endémicos
y conocidos; lo que en un punto acrecentaría la irracionalidad de perseverar en
políticas que ya habrían fracasado.
Además de señalar que exactamente la misma conclusión se podría sacar
respecto a la insistencia en aplicar políticas económicas neoliberales
sustentadas en las premisas teóricas de los economistas clásicos (como aquéllas
por las que aboga Pagni, y desde las columnas de La Nación se plantean a diario
como las únicas racionales), hay que decir que el texto del cual Pagni extrajo
su cita fue el famoso "Informe preliminar" presentado por Prebisch a
Lonadir en octubre del 55', que quizás fue su único involucramiento concreto
con la política activa en el país, además de su colaboración con Federico
Pinedo en la década del 30', desde su cargo en el Banco Central (creado por
entonces, en 1935); en la elaboración del famoso "Plan de Reactivación
Económica" discutido en el Congreso en 1940.
En el "Informe" Prebisch describía a la situación económica
del país al caer Perón como sumida en una profunda crisis, y algo más: como la
peor crisis de su historia, más incluso que las de 1873 y 1890 (la que se llevó
puesto al gobierno de Juárez Celman, y provocó el surgimiento del radicalismo),
y que la mega crisis internacional de 1929/30; que fue el telón de fondo de la
caída de Yrigoyen.
Claro que tan oscuro panorama era falso, y Prebisch lo sabía: más allá
de los problemas estructurales que tenía la economía del país, su estructura
estaba diversificada y en crecimiento, completando la transición hacia un
modelo de desarrollo industrial por sustitución de importaciones, con
innegables mejoras sociales y en el nivel de vida de la población.
El propósito del "Informe" era otro: desacreditar a la
experiencia peronista, para generar clima necesario para aplicar políticas
clásicas (lejanas del keynesianismo del economista), que transfirieran de
regreso a los sectores tradicionales del poder económico en la Argentina,
aquéloos beneficios que el peronismo les había sacado, para que los gozaran los
trabajadores.
Arturo Jauretche lo comprendió de inmediato, y en el mismo momento en
que el "Informe" era conocido, publicó un trabajo titulado "El
Plan Prebisch, retorno al coloniaje", en el que decía cosas como éstas:
"El plan Prebisch significará la transferencia de una parte
sustancial de nuestra riqueza y de nuestra renta hacia las tierras de ultramar.
Los argentinos reduciremos el consumo, en virtud de la elevación del costo de
vida y del auge de la desocupación. De esta manera, no solamente aumentarán
nuestros saldos exportables, sino que serán más baratos, lo que será
aprovechado por el consumidor extranjero que ensanchará su cinturón a medida
que nosotros lo vayamos achicando."
"La mayor parte de nuestra industria, que se sustentaba en el
fuerte poder de compra de las masas populares, no tardará en entrar en liquidación.
Los argentinos apenas si tendremos para pagarnos la comida todos los días. Y
cuando las industrias se liquiden y comience la desocupación, entonces habrá
muchos que no tendrán ni para pagarse esa comida. Será el momento de la crisis
deliberada y conscientemente provocada..."
“(...) Mientras tanto, nos iremos hipotecando con el fin de permitir que
falsos inversores de capital pueden remitir sus beneficios al exterior. Y como
nuestra balanza de pagos será deficitaria, en razón de la caída de nuestros
precios y de la carga de las remesas al exterior, no habrá entonces más remedio
que contraer nuevas deudas e hipotecar definitivamente nuestro porvenir.
Llegará entonces el momento de afrontar las dificultades mediante la
enajenación de nuestros propios bienes, como los ferrocarriles, la flota o las
usinas. Poco a poco se irá reconstruyendo el estatuto del coloniaje, reduciendo
a nuestro pueblo a la miseria, frustrando los grandes ideales nacionales y
humillándonos en las condiciones de país satélite..."
Prebisch no llegó a ser funcionario de Lonadir, que dejaría poco
después el poder desplazado por Aramburu, pero sin embargo en enero de
1956 presentó como propuesta un conjunto de medida que la dictadura (que en
meses fusilaría a Valle y otros que la resistían) debía aplicar, a saber:
- Aumento
salarial del 10%;
- reducción
de personal, gastos de funcionamiento y obras públicas del Estado;
- privatización
de empresas estatales ineficientes, como Aerolíneas Argentinas;
- devaluación
del peso y liberación del mercado de cambios;
- aumento
de impuestos y del control de la evasión fiscal;
- fomento
de la producción agropecuaria;
- actualización
de las tecnologías agropecuarias mediante la creación del INTA;
- inversión
en la industria petrolera y construcción de oleoductos;
- promoción
de la industria siderúrgica;
- promoción
de las inversiones extranjeras, salvo en la industria petrolera;
- ingreso
al Fondo Monetario Internacional.
No mencionó la necesidad de desnacionalizar el Banco Central (para que
perdiera la titularidad de todos los depósitos bancarios, y volviera a ser como
en su creación: colonizado por la banca privada), ni la disolución del IAPI,
para que el Estado perdiera el control del comercio exterior a mano de los
grandes consorcios exportadores privados, pero no hizo falta: los intereses
económicos que estaban detrás del golpe se encargaron de que esas medidas se
adoptaran de inmediato; lo mismo que el ingreso de la Argentina al FMI, que se
concretó a mediados de ese mismo año 1956.
Comparemos ahora la descripción que entonces hizo Prebisch de la
economía del país (sabido el contexto político en el que dio a luz su “Informe”),
con las medidas que propuso para resolverla y las que se terminaron adoptando; con
lo que está pasando hoy en el país, y lo que vino pasando en materia económica
desde el 2003 (sobre todo con las empresas estatales, el FMI, el control de la
comercialización agropecuaria, la captación de la renta agraria diferencial y
el manejo del BCRA); y tendremos más en claro las razones de la cita de Pagni.
Está marcando la misma hoja de ruta que marcaba Prebisch en 1955, y más
aun: la que terminaron ejecutando sus mandantes en el gobierno, más allá de sus
consejos.
A punto tal que -andando los años- era el propio Prebisch el que omitía
escrupulosamente su paso por la Argentina en aquéllos agitados meses del post
peronismo, cuando repasaba su propia trayectoria.
Acaso porque tenía claro que Jaurertche había tenido razón.
Rqaúl Prebisch (director ejecutivo de la CEPAL) en agosto de 1955 había hecho referencia a la rápida recuperación de la industria argentina en 1954, que había posibilitado el aumento de sueldos y generado una intensa demanda de bienes de consumo y nivel de producción. Convocado, en octubre de ese mismo año por la revolución fusiladora, elaboró el informe que cita Pagni. Lo que pasa es que Pagni cuando vade compras utiliza el manual del comprador escrito por el almacenero. Vamos muchach@s de Nestornautas, muy bueno el blog, sigan evitando que, muerto el zonzo viejo nos deje muchas zonzas y zonzos "preñados"!
ResponderEliminarEs verdad Mónica, y desde la CEPAL en 1949 y años siguientes elogiaba el desempeño económico del país, de ahí que Jauretche en su libro dudaba que hubiera sido él el verdadero autor del "Informe". Gracias por los elogios y por pasar.
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