Por Raúl Degrossi
Pasó el famoso “8N” y nada
cambió, o por lo no menos no cambió tanto como algunos podrían esperar; lo que
no significa que no haya pasado, o los que protestaron no hayan sido muchos
(quizás menos que los que alardeaban en la previa, más que los que pueden reunir
muchos hoy en el espacio público), sino tratar de precisar sus efectos.
Lo que implica que hoy, el día
después, es un día como cualquier otro; y quizás para muchos de los que
protestaron anoche, la amarga comprobación de los límites del pensamiento
mágico: Cristina sigue siendo la presidenta y el gobierno seguirá por el mismo
rumbo; aunque por momentos anoche viendo por televisión la protesta, daba la
sensación de que algunos se quedaban deambulando por ahí esperando que la
cucaracha le anunciara a los movileros desde los estudios centrales, su
renuncia.
Atrás quedaron todos los
fantasmas agitados en la previa sobre incidentes promovidos por fuerzas de
choque oficialistas, y las inverosímiles recomendaciones que circularon por las
redes sociales para los asistentes: de hecho, los únicos hechos de violencia
los protagonizaron algunos de ellos (como la agresión al periodista de C5N), lo
que demuestra que hay hacia el interior del colectivo cacerolo, pulsiones
autoritarias (y no solo discursivas) difíciles de contener.
Del mismo modo que el sólo hecho
contundente de la manifestación es una muestra del pleno goce de las libertades
ciudadanas que derrumba el mito de estar viviendo bajo una dictadura
Un rotundo hecho político como el
de ayer, protagonizado en buena medida por las patrullas perdidas del “que se
vayan todos” del 2001 (que están buscando desde entonces en vano ser
representadas), celoso en afirmar su apoliticidad, y rechazando de plano toda
ingerencia de la política; es un oxímoron tan difícil de explicar, como una
limitante concreta de la proyección a futuro de la protesta.
Del mismo modo, los reclamos no
explícitos o disimulados bajo las banderas de la corrección política(como el libre acceso al dólar o el rechazo a la AUH) plantean un problema adicional a la
absorción de la protesta por las formas preexistentes de representación
política: si los partidos opositores limitaran sus propuestas a reproducir las
consignas más difundidas de los manifestantes de anoche (“basta de corrupción”
“contra la inseguridad”), es poco probable que los seduzcan electoralmente.
La protesta expresó una compleja
conjunción de activismo militante (aunque la palabra cause repulsión a muchos
caceroleros) con profundos balbuceos y precariedades discursivas: saben lo que no
quieren, tienen alguna idea de lo que sí quieren, pero no saben como ni por
intermedio de quien conseguirlo; y en algunos casos el “como” es incompatible
con las reglas de juego de la democracia.
Consultados por los medios, todos
decían que estaban por lo mismo que los demás, pero cuando hablaban, todos
decían algo distinto; en ese contexto, el reclamo por la inseguridad apareció más como un sustituto de circunstancias para darle algo de cuerpo a un reclamo políticamente
gaseoso, que una demanda concreta.
Y el número que lograron convocar
no es de por sí garantía del éxito de sus planteos, en la medida en que estos
resultan endebles políticamente en términos de objetivos; sobre todo cuando se
reniega explícitamente de la representación política: las redes sociales
(apologizadas por igual por cacerolos y medios hegemónicos) construyen vínculos
comunicacionales y organizativos en términos estrictamente logísticos, pero no
son un colectivo organizado para vehiculizar demandas, como un sindicato, un
partido político o un movimiento social
Por el contrario, aun con menos
número, si un planteo es concreto y los objetivos son precisos, se pueden
alcanzar, como lo pueden corroborar cualquier sindicato, el propio Blümberg
cuando trasegaba los pasillos del Congreso con su carpetita de leyes que
destrozaron el Código Penal, o la Mesa de Enlace cuando logró el voto no
positivo de Cobos: y aun así, ninguno de ellos lograron trascender en política
más allá de esos éxitos parciales.
Daría la impresión de que, con la
protesta de anoche, los cacerolos tocaron su techo político, no porque no
puedan replicarla e incluso aumentar la convocatoria de gente; sino por las
precariedades del propio contexto discursivo y organizativo del movimiento que
antes se explicaron.
Porque el asunto no es “ganar la
calle” sino mantener la movilización en el tiempo; y nada indica que estemos en
presencia de una “larga marcha” de la clase media, o algo similar a los más de
20 años que se mantuvieron los radicales en la abstención electoral reclamando
por el voto secreto, o los 18 años de la resistencia peronista recamando la
vuelta de Perón; y aun en esos proceso hubo vaivenes marcados de intensidad
política.
Medido en términos del 7D, daría
la impresión de que al fogonear la protesta (y nutrir de discurso a los
cacerolos, que replicaban zócalos de TN y títulos del diario a lo pavote)
Clarín gastó la bala de plata, buscando que se produjera una convulsión
institucional que no hubo; con lo que -en lo inmediato- deberá volver a lo
suyo: recorrer los meandros de complicidad que supo construir en los tribunales
y la dirigencia política, para resistir la desinversión.
Un párrafo aparte para la
cobertura de los medios (en especial los del Grupo, pero no los únicos) y el
mano a mano con los manifestantes protagonizado por Cynthia García en “678”
(para mi gusto un hallazgo, que hubiera sido mayor si evitaba editorializar
todo el tiempo las preguntas): la decisión de cubrir ampliamente la protesta,
pero invisibilizar a los protestantes o recortar los testimonios en la isla de
edición, deja a las claras que para Clarín representan apenas carne de cañón,
una infantería mandada a la batalla para hacer número, pero que no tiene voz ni
voto para definir la estrategia.
Y yendo a las repercusiones del
cacerolazo hacia el interior del sistema político, seguramente hoy todas las
miradas estarán puestas (también tributando al pensamiento mágico) en lo que
haga el gobierno; que en mi humilde opinión, no le tiene que dar ni cinco de
pelota.
Aclaro por si no se entiende: el
grueso de los manifestantes de anoche expresaban un rechazo global a la
mayoría de las políticas del gobierno nacional (y si hubiera que estar a lo que
ellos mismos dicen, diría que a todas); y un rechazo aun más visceral por
Cristina.
Exigirle al gobierno que atienda
lo primero es pedirle que rompa el contrato electoral con el 54 % que lo
votamos para que siga por el rumbo por el cual va, algo incompatible con el
discurso de reclamar democracia y respeto por las instituciones; y sólo se
podría atender lo segundo con la renuncia de Cristina, algo que de hecho muchos
pidieron anoche, pese a las recomendaciones previas de pasteurizar el discurso.
Lo que no implica que no haya
cuestiones puntuales vinculadas a la gestión que atender (y no sólo porque lo
reclamen los cacerolos), como la mejora en el transporte público o en las
políticas de seguridad (donde es risible que se oculten las responsabilidades
institucionales de los gobernadores ¿o el caso Tognoli fue una película de
Hollywood?); sino terminar con el mito
de “gobernar para todos los argentinos”.
La representación del 100 % del
colectivo social es imposible en política, no sólo porque en toda sociedad
existen conflictos de intereses contrapuestos, sino porque no todo es
representable en democracia, ni quiere serlo; y es un absurdo mayúsculo pedirle
al gobierno que se vuelva oposición.
Por el contrario, aun tomando
nota del amplio y extendido rechazo a los partidos y líderes opositores que
también se dejó entrever en la marcha, hay que decirles: los cacerolos son
todos suyos muchachos, hagan algo al respecto; y no nos endilguen también esa
responsabilidad a nosotros, que bastantes problemas tenemos que resolver por
ser gobierno.
Y hablando de opositores,
considerando el PROtagonismo de algunos en la previa, y el intento de
capitalizar la protesta da para preguntarse que pasará hacia el interior del
cacerolismo (tan celoso de su apoliticidad política) cuando -más tarde o más
temprano- los Lucho Bugallo y demases tengan que blanquear (como las cámaras
ocultas de Tinelli) que todo era una joda para Mauricio.
Impecable artículo, Raúl.
ResponderEliminarQue cambien la estrategia los cacerolos y digan sinceramente, que:
ResponderEliminarSe reunieron para festejar el cumpleaños de Alfredo Astiz.
O, mejor para adherir a las medidas progresistas del gobierno de Grecia.
Tal vez para celebrar el rompimiento de la Eurozona, basta de aliados pobres.
Porqué no, el 46% de Capriles.
Y si seguimos, para que el ultraderechista republicano yanqui no sienta que perdió con un negro de mierda.
O, perlita, para que Barreda, el emblemático homicida de mujeres, pudiera cacerolear en la plaza contra la inseguridad.
Bueno, basta de ideas, y cacerolos a seguir chupando que se viene el 7D.
No quiero ser bicho de mal agüero para ustedes cacerolos, pero no solamente la vida sigue igual como dice el compañero, sino que hasta el 11 de diciembre de 2015 sigue Cristina y luego hasta 2019 también.
ResponderEliminarVan a ver que nonita paqueta y decidida nos-los vá a seguir gobernando.
Estimado Raúl Degrossi: lo que me está costando entender es para qué lado patea el gobierno. Porque lo que se sabe a ciencia cierta es que las políticas del "modelo" no son socialistas (por caso tienen al socialismo auténtico en la vereda de enfrente), tampoco son de izquierda (a juzgar por las declaraciones del lider del partido), ni son derecha (por razones obvias), ni son populares (si se aprecia que el grueso del sindicalismo, no solo Moyano, tiene resquemores hacia las políticas de este gobierno como la de frizar el aumento del mínimo no imponible). Pero, por otra parte, confunde aún más que la presidenta de la nación sea multimillonaria en base a inversiones especulativas y que no generan trabajo genuino (inversiones inmobiliarias), que el vicepresidente de la nación sea un neoliberal, tilingo, de familia oligarca terrateniente, y a quien le gusta más la plata que el dulce de leche. Es decir, el gobierno es un merengue por donde se lo mire, y no hay una sola señal clara de qué es realmente el "modelo" o de cuál es el sesgo ideológico auténtico de sus integrantes, teniendo en cuenta que predican un discurso que no vivenciaron (a juzgar por la participación de los Kirchner en el movimiento montonero de los 70'). En fin, son inquietudes que me planteo y que me generan más incertidumbre que el objetivo concreto o la finalidad última de la monumental menifestación ciudadana del 8N. Seremos una sociedad esquizoide en todos lo ámbitos?. Cordialmente, Ricardo Bermúdez.
ResponderEliminarDéle don Degrossi contéstele a don Bermúdez porque pobre está en un laberinto de emociones encontradas.
ResponderEliminarSi después de 9 años y dos elecciones ganadas por paliza que ratifican que la mayoría del pueblo si entendió para donde rumbea)don Bermúdez todavía necesita que le expliquen para que rumbo patea el gobierno, porque sigue viendo lo superfluo y perdiendo de vista lo esencial, aunque esté en la punta de sus narices, no hay mucho que yo pueda hacer por ilustrarlo.
ResponderEliminarRaúl Degrossi
Excelente el artículo don Raúl. Algunos aporte o comentarios que me suscita.
ResponderEliminarA mi me pareció excelente la cobertura de Cinthia García, y no me pareció que sus re-preguntas fueran editorializar, pero sí responder y poner en contexto para una repregunta. Existía cierta tensión en ese laburo periodístico, que me parece deviene del hecho de un contexto inadecuado a la pretensión de diálogo que ella planteaba. Un periodista no es un "sostiene micrófono" como la práctica de muchos hace parecer.
Por lo demás, me parece que el hecho del micrófono abierto en vivo demuestra que el cantito de la "diktadura" es, si no una impostura, una fantochada. Difícil que alguien con dos neuronas haciendo sinapsis insista en ese tipo de comentarios, o que quien lo observa no desconfíe de tal tipo. Un logro.
(sigo)
Ladislao
(sigo)
ResponderEliminarDisiento cuando usted Raúl menciona que hay que "terminar con el mito de “gobernar para todos los argentinos”."
No me parece que se trate de un mito, sino de principios que se rodean de mitología en todo caso. Intento explicarme: no se trata de que quien encabeza el gobierno y por tanto es la máxima autoridad del Ejecutivo del Estado, tenga "la representación del 100 % del colectivo social".
Ser esa máxima autoridad representa a la totalidad en tanto institucionalidad. Por ejemplo hacia el exterior la presidenta representa a TODO el pueblo argentino.
Pero representar a la totalidad no implica representar los INTERESES de cada una de las partes. Hay opciones de primacía en los intereses que se asume representar.
Si el todo y las partes fuesen lo mismo en el mismo sentido y al mismo tiempo, la expresión "todos y cada uno" carecería de sentido, y es obvio que no es así.
Por eso pienso, me parece al menos, que no hay error ni mito en “gobernar para todos los argentinos” y esto sería contemplando el "interés general", que no es que todos estén contentos con todo lo que hace el Ejecutivo.
Y en esta observación suya hay algo sumamente fructífero para analizar de las posturas de los caceroleros. Nótese que muchos decían, 'está bien que ganó con el 54%, pero también estamos otros y también nos tiene que "respetar"'. Cuando dicen 'respetar' confunden con 'nos haga lugar' e implican 'nos haga caso'. Como bien usted dice, no puede Cristina hacerles caso sin romper el contrato con quienes la votamos, y que resultamos mayoría.
Me parece que el problema de fondo es que hay sectores que se consideraron hegemónicos y no se saben ubicar como minoría, por lo cual por falsa conciencia o directamente por operación, pretenden que respetarlos a ellos es hacer lo que ellos pretenden. Esto dicho para quienes hacen planteos concretos, para los del "renuncie ya" directamente existen otros calificativos.
Ladislao
Por último, y pidiendo disculpas por la extensión: a mi me parece que la mejor postura del gobierno no debiera regalar a esos sectores para la oposición. Es cierto que la mayoría son opositores viscerales y tradicionales y que no existe forma de diálogo con ellos, y que aún en otros casos sería imposible porque se nutren de los medios hegemónicos por lo cual no están siquiera dispuestos a recibir otro tipo de discurso.
ResponderEliminarPero aún bajo ese entendimiento, lo mejor me parece es separar la paja del trigo. Si a los pocos violentos no hay que darles bola, si a los que dicen "renuncie ya" tampoco, a los que plantean mayor seguridad o atención sobre la inflación sí hay que atenderlos.
Qué implica lo de la inflación? Asumirla más explícitamente en el discurso de gobierno, sin especificar su diferenciación técnica entre 'aumento de precios' y 'aumento generalizado de precios' porque políticamente al preocupado no le dice nada. Tiene que ver con el INDEC? En parte, pero no es sólo eso. Tiene que ver con el 35 % de trabajo en negro que sufre los aumentos de precios sin un convenio colectivo que le actualice ingresos al mismo ritmo.
Las políticas de seguridad tienen que tener una difusión mucho más agresiva y repiquetenado con la seguridad democrática. Explicación. Luego quien sólo se nutre por canales hegemónicos y se encierra, no hay manera de llegarle si no es con políticas concretas.
Por lo tanto, no creo que sólo el gobierno deba "no dar bola", sino por el contrario separar las consiegnar y retomarlas luego resignificando y explicando sus implicancias.
Saludos
Ladislao
Ok Raúl Degrossi. Voy a tratar de ser un poco más preciso sobre mis dudas porque por lo visto no he sido lo suficientemente claro. Me genera confusión la contradicción de un gobierno que sanciona una ley ultra capitalista como lo es la nueva ley de ART (que me consta motivó descorches de champagne por parte del empresariado), mientras que por otra parte promueve un proyecto de ley para estatizar el mercado de capitales. Me genera incertidumbre que el gobierno promueva una ley de medios para formar un monopolio estatal (porque esos cientos de medios no podrán autosustentarse -ya que la publicidad no rinde ni para los principales jugadores- y dependerán de la dádiva oficial), mientras que por otro lado busca desterrar a los monopolios mediáticos. Me genera inquietud que el gobierno se embandere en la lucha por los derechos humanos de los desaparecidos y no tome ninguna acción concreta para disminuir la ola de inseguridad que padecemos a diario y que se lleva puesto los derechos humanos de miles de ciudadanos cada año. Me genera inquietud que el gobierno hable de narcosocialismo y que no haya hecho absolutamente nada para evitar que la Argentina se convierta en una de las principales bases narco de américa (todavía estamos esperando la radarización de las fronteras que son coladores). Me genera inquietud que este gobierno prohiba la dolarización de los ahorros cuando los Kirchner han ahorrado en dólares toda su vida (y lo siguen haciendo a pesar de la mise en scéne que hizo Cristina pour la galerie, o sea, para ustedes). Me genera inquietud que el gobierno hable de desendeudamiento y denoste a los fondos buitres, cuando estos últimos siempre han sido los principales beneficiados con las cancelaciones de deuda, y nuevamente se beneficiarán con el pago que el gobierno les hará a los fondos buitres que embargaron la fragata libertad (porque tengan por seguro que lo harán a pesar de las declaraciones del muñeco de Lorenzino). Me genera inquietud que Cristina diga que se pueda entregar la fragata "Libertad" sin entrgar la libertad y la dignidad (tiene algún sentido esa frase prefabricada??). En fin boludeces que se le ocurren a un infeliz que aún no ha sido iluminado por este maravilloso gobierno depojado de toda contrariedad e hipocresía, y con un rumbo único, claro y absolutamente beneficioso para todo el conjunto de la sociedad. Cordialmente, Ricardo Bermúdez.
ResponderEliminarHay todo tipo de opiniones, y muchas, merecen respeto, pero esta frase del Sr, Bermudez
ResponderEliminar"(por caso tienen al socialismo auténtico en la vereda de enfrente)"
raya en el mas absoluto ridículo, si esto de Duermes & Co. es Socialismo,
.. seamos serios.
Son tan "socialistas" como Norteamerico Ghioldi, y los impresentables Zapatero y Felipe Gonzalez, tampoco la pavada che!
Sabe qué pasa Ricardo Bermudez, se trata de política y no de lectura periodística. Vea, la lectura periodística es diagonal en su linealidad, así está pensado un diario. Mientras que la política se enfrenta a muchas más variables, donde pensarla linealmente no sólo es impropio, es directamente pavote porque no resulta fructífero.
ResponderEliminarAntes que nada, usted puede ser infeliz o no, pero seguro no necesita ser iluminado. La política no es así, no es ni dogma ni bajada lineal desde los cielos.
Segundo, hipocrecía no es lo mismo que contrariedad, pero para hacer un análisis político, tal su pretensión lo quiera o no, no se pueden evitar las contradicciones: sí, la conformación de la gestión de gobierno es necesariamente contradictoria porque encauza intereses contrapuestos. Excepto que uno dirija una sociedad minúscula y sectaria. Así que sí mi amigo, no se asuste de las contradicciones, son buenas y útiles en tanto se las pueda encauzar.
En tercer lugar, le diría que cada una de las medidas de gobierno puede tener y generalmente tiene distintas lecturas según el punto de vista, el posicionamiento y también los intereses propios. Por lo tanto cada una de sus miradas, expuestas así como contundentes DEFINICIONES puede y debe tener otras lecturas. Y eso es bueno, y es bueno que usted las exprese como Raúl lo hace o yo lo hago.
En cuarto lugar, usted no parece tener "dudas", usted esquiva irónicamente un punto de vista. Dejémoslo claro, porque si no no hay diálogo posible. Una crítica es tal con la precondición de honestidad.
Ahora sí, le comento sus "dudas".
La LSCA ha sido elogiada a nivel mundial y fue la más discutida de todas las leyes que yo recuerde. Si tiene temores de cómo devenga en el futuro, háganos un favor a usted y a nosotros: no reclame hoy por el posible abuso de mañana, reclame hoy por el abuso de hoy, que son los monopolios de hoy. Por otro lado la monopolización por parte del gobierno mediante subsidios es una creatividad enorme, pero no explica que los recursos concentrados que dan ganancias exorbitantes hoy, cuando distribuídas sin loa abusos de la concentración, serían "suficientes" para sostener la apertura de posiciones y el pluralismo.
Ladislao
ResponderEliminarAhora, don Ricardo Bermudez, explíqueme por favor la oposición DDHH Vs. inseguridad, porque no lo entiendo. Como lo considero inteligente calculo que no cae en el lugar común de "los derechos de los delincuentes".
Es de destacar que si se buscan realmente los datos, la "ola de inseguridad" ni es ola ni ha aumentado. Por el contrario, existe un descenso en determinados delitos de los más fuenestos. Búsquelo con fuentes fidedignas y no con recortes de periódico, no es serio académicamente.
Mire amigo, yo soy de la familia Fokas, pero cuando yo hago una afirmación nadie dice "la familia Fokas dice". No se por qué por las afirmaciones de UN aficialista usted dice "el gobierno dice". Para pensar.
Pero por otro lado, resulta que sí se van implementando los radares, pero la info hay que buscarla. Existían dos alternativas genéricas: hacerlo rápido, costoso e importado y por lo tanto dependiente a futuro como lo fue en el pasado; o bien hacer radares con desarrollo tecnológico propio, soberanía e independencia, menor costo y asegurando la provisión futura, claro que con mayores plazos de implementación. Recomendación, para informarse busque "radar, frontera, INVAP".
Cuando yo era un infante tomaba mamadera, luego no. Luego tomaba bastantes destilados, desde mis problemas hepáticos me lo prohibieron. Ahora lo tengo prohibido. Antes, cuando podía comprar dólares, lo hacía. Hoy no, excepto para importar. Dónde soy contradictorio en esto? Creo que en nada. Pero si quisiera cuestionar que deseo tomar alcohol o comprar dólares AHORA, tendría que recurrir a algún otro esquema argumental, no a la diferencia de épocas.
Sus fuentes para decir que Cristina sigue comprando dólares? Ah, cierto que son "impresiones", no hacen falta datos para denunciar. Claro.
Mire, desendeudamiento es una política indiscutible, lo que discuten algunos sectores es si es recomendable o no. No podemos discutir si Cristina es morocha, a lo sumo podemos pretender que se tiña si nos gusta más rubia. Denostar a los fondos buitres no tiene nada que ver con pagar las obligaciones, de las cuales justamente ellos se auto-excluyeron. Y hablando de respeto a la república y las leyes, hay una ley que impide pagarles a los que no entraron al canje. Le guste o no a Cristina, NO PUEDE pagarles. A menos que cambie la ley, cosa que no condice con la política que lleva adelante y que fue votada por el 54%, ya que esas medidas ya estaban.
Las frases, prefabricadas o no, tienen un sentido o carecen de él. La de Cristina con la Fragata Libertad es clara: no negociamos lo que tenemos por derecho. Estar en desacuerdo puede, tergiversar la postura del otro no es respetuoso.
Así que don Ricardo, espero haber aclarado sin ningún intento de "iluminar" nada. La única iluminación en la que creo es en la práctica conciente y racional.
Espero que mis explicaciones le sean de utilidad a su propio proceso, entendiendo por ello no que cambie de opinión sino que pueda abarcar la complejidad de cada punto un poco mejor con una postura de otra persona.
Saludos
Ladislao
Respeto su opinion estimado ladislao, aunque no la comparto como sabra entender. Su explicacion de las contrariedades es bastante tirada de los pelos e incoherente, pero quien soy yo para juzgarla. Me parece que vamos a tener un problema serio si no se le paga a los fondos buitres que embargaron la fragata porque esta en juego nada mas y nada menos que el default, lo que no obsta a que tales fondos epeculadores sean detestables. Un cordial saludo, Ricardo Bermudez.
ResponderEliminarPara Ricardo,
ResponderEliminarUsted dice:
- Respeto su opinión estimado ladislao, aunque no la comparto como sabrá entender.
Su explicación de las contrariedades es bastante tirada de los pelos e incoherente,
pero quien soy yo para juzgarla.
Ricardo, tratar de “incoherente” a Ladislao indica que es - usted - el que no respeta la
opinión de Ladislao. Además es - usted - el que acusa a Ladislao de hacer un “conveniente”
ejercicio del pensamiento. Y claro, que lo juzga.
Es – usted – el que no deja lugar a dudas que en la medida que encuentra al que piensa
diferente, se olvida de los argumentos.
Usted dice:
- Me parece que vamos a tener un problema serio si no se le paga a los fondos buitres
Ricardo, eso es miedo. Levante la frente, infle el pecho. No se convierta – usted –
mismo en carroña
Ríndales honor a los marinos que sacaron los “fierros” para evitar el abordaje de la
Fragata Libertad.
Usted dice:
- En fin boludeces que se le ocurren a un infeliz que aún no ha sido iluminado por este
maravilloso gobierno despojado de toda contrariedad e hipocresía, y con un rumbo único,
claro y absolutamente beneficioso para todo el conjunto de la sociedad.
Ricardo, - usted - no dice boludeces, - usted - tiene una forma de expresar lo que piensa
que está en línea con el “relato” de los medios (las corporaciones) que se oponen al gobierno.
Ricardo, es - usted - el que con una ironía pretende tratarnos de boludos.
¿No le resulta extraño que su “relato” sea tan parecido al de una corporación que es casi
seguro no tiene nada que ver con su forma de vida?
Estos son tiempos interesantes, no se sienta infeliz, no le tenga miedo a las contradicciones.
Ricardo, - usted - dejo la cacerola y ahora muestra la impotencia del método.
Bienvenido a la política. Ladislao sigue pensando, incluso sigue pensándolo a - usted -
Saludos.