martes, 29 de enero de 2013

ACELERADOR A FONDO


De todas las tapas de los diarios que reflejan los anuncios de Cristina de ayer elegimos la de El Cronista, porque aun con las cortapisas del caso -que tienden a bajarle el precio a las medidas-, da en el blanco: lo que el  gobierno busca es alentar el consumo popular, para acelerar la recuperación económica luego de que la propia Cristina anunciara ayer que el PBI creció en 2012 un 1,8 %; tras los impactantes números del 2011.

Desde luego que una recorrida por la prensa opositora arroja un panorama desalentador: los anuncios son insuficientes, la inflación se devoró las mejoras y los jubilados siguen ganando una miseria, porque no se implementa el 82 % móvil, o la ANSES no paga los juicios.

Y también tendrán cabida allí las previsibles quejas opositoras (en espejo y a la zaga de la línea editorial de esos medios) y del sindicalismo (aun oficialista), que dirá que la suba del mínimo no imponible de Ganancias fue insuficiente, o que hay que rediscutir las bases del impuesto.

Esto último algo razonable, pero poco probable que el gobierno lo plantee en un año electoral; porque si se sustraen recursos de un sector (en éste caso el de los trabajadores de mayores ingresos) habrá que buscarlos en otro, y el recuerdo de las retenciones móviles sigue allí, más los intentos de forzar una devaluación vía escapada del dólar blue, y las presiones inflacionarias.

Tampoco faltará algún poco avispado (¿Binner?) que diga que las medidas anunciadas por el gobierno -sobre todo el retoque de Ganancias- afectan recursos de las provincias; en otra vuelta del síndrome del gataflorismo al que son tan afectos, sin precaverse que lo recuperarán por vía del mayor consumo, que se traduce en mayores ingresos fiscales por IVA e Ingresos Brutos.

O que cuestione las cifras oficiales sobre desempleo en el marco de la crisis de credibilidad de los números del INDEC, pero lo cierto es que no se verifica socialmente un proceso de destrucción de empleo, como consecuencia de la desaceleración económica; y eso en buena medida obedece a las medidas contracíclicas tomadas por el gobierno, aunque no existan en la otra vereda muchos dispuestos a reconocerlo.

El anuncio del nuevo aumento a los jubilados no por rutinario deja de ser noticia, en tanto se trata de un logro institucional del kirchnerismo (la ley de movilidad), sostenido contra las críticas opositoras en su momento que -para variar- se demostraron desacertadas.

Un sistema de movilidad jubilatoria que (como se dijo acá, con un simpatico recordatorio de quienes lo votaron en contra) viene siendo desde su puesta en marcha a fines del 2008 la mejor paritaria de todas, otorgando aumentos que están por encima incluso de las estimaciones inflacionarias privadas, posiblitando recuperar capacidad de consumo para sus beneficiarios; sin que esto implique sostener que las jubilaciones y pensiones tienen un nivel óptimo ni mucho menos. Acá hay otras cifras ilustrativas del impacto del anuncio. 

Sin embargo aun medida desde la lógica de la sustitución del haber del trabajador en actividad (que para el esquema del kirchnerismo ha sido secundaria, porque privilegió la ampliación de la tasa de cobertura del sistema), la ley de movilidad también viene produciendo resultados nada despreciables como se señalaba acá con cifras; y constituye hasta aquí un modelo sustentable.

Cosa que dejaría de ser si -por ejemplo- hubieran prosperado los reclamos judiciales de cierto progresismo republicano y federalista para que las provincias dejaran de aportar una parte de la masa coparticipable (junto con la Nación) para destinarla a financiar la seguridad social; acá tienen más detalles al respecto.

Amén de que, obviamente, los aumentos semestrales a los jubilados serían menores, porque la fórmula de movilidad se alimenta (entre otros factores) de los recursos tributarios afectados al sistema.

Los anuncios sobre Ganancias tienden a descomprimir el frente sindical y lanzar una señal de cara a la apertura de la discusión en paritarias, donde algunos gremios (que agrupan al vértice de la pirámide retributiva de los trabajadores formalizados) habían puesto como pre-requisito que se resolviera el tema, antes de sentarse a conversar.

Y aunque sea difícil encontrar en el sindicalismo quien diga que la suba del mínimo no imponible lo satisface, es también muy difícil que -a partir del anuncio de Cristina- se puedan vehiculizar protestas públicas por ese motivo, mientras se discute con los empresarios en paritarias el reajuste de los salarios.

Si las movilizaciones del tándem Moyano-Micheli-Barrionuevo del 20N (con su secuela de vandalismo lúmpen en diciembre, al que hicieran una módica contribución no determinada fehacientemente aun) fueron escuetas antes, se puede aventurar sin mayores riesgos que lo serían más en éstas circunstancias; cuando los apremios del común de los laburantes promedio son otros.  

Los anuncios de Cristina van en línea con el ADN kirchnerista de redoblar la apuesta en circunstancias dificultosas, y alinear la economía detrás de los objetivos políticos: si es cierto que éste año en las legislativas se jugarán buena parte de las chances de impulsar la reforma constitucional para la re-reelección (o al menos de mantenerse en el centro del ring, con chances de incidir en el proceso sucesorio), queda claro que el kirchnerismo ha elegido jugar el partido con las herramientas que más conoce, y que le han dado buenos resultados en el pasado.  

Mientras tanto en la vereda opositora aumenta la fragmentación, y los posibles prospectos de candidatos presidenciales afrontan problemas de diversa índole: Macri sigue chocando contra los límites de su construcción política (al respecto Lucas ensaya acá una más que interesante interpretación) e insiste en cholulizar las listas del PRO, Binner está atrapado en los coletazos del narco-escándalo y decide defenderse con una memorable solicitada, y De La Sota está enfrascado en una cruzada contra las antenas de la TV digital, mientras busca amigos en la justicia federal para zafar de pagar deudas; porque se le quema el quincho (financiero).

Algo parecido le sucede (puertas adentro del kirchnerismo, al menos por ahora) a Scioli con su reclamo por la coparticipación, que busca una línea de diferenciación política con el gobierno nacional de altísima complejidad jurídica, y más inviables aun posibilidades de acumulación política hacia el conjunto del peronismo; donde es poco probable que otros gobernadores acompañen su movida, favorecidas como están sus provincias con el actual esquema de reparto de los tributos nacionales. 

Acelerador a fondo entonces es la receta, que hasta acá dio buenos resultados cada vez que se abrieron las urnas desde el 2003; con la excepción del 2009, en un contexto absolutamente distinto al actual como bien señala acá Artemio.

1 comentario:

  1. Jajaja que joyitas Morandini, Cortina, la Hotton (tan cristiana ella) el revolucionario de Proyecto Sur, Moni Cafeina. Que Dios y la Patria se los demanden.

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