Pongamos las cosas en claro: si el regreso de la Fragata Libertad amerita ponerse contentos (no digamos ya organizar un festejo, porque en el propio kirchnerismo hay opiniones divididas al respecto) no es tanto por que valor simbólico del barco en sí, como porque el episodio de su embargo y posterior revelación desnudó a muchos personajes tristemente célebres; como los fondos buitres, y sus alcahuetes locales.
Esos que salieron rápidamente a decir que había que pagarles sin chistar (como se dijo acá), y hasta organizaron colectas con ese fin, en otra muestra de patetismo, y de inoperancia, porque no juntaron un mango.
El episodio de la Fragata vale, en tanto demostró que hay en el país un amplio sector de opinión (y una dirigencia política que busca representarlo) que es capaz de celebrar cualquier dificultad que atravesemos (hasta el lanzamiento de una bomba atómica sobre el obelisco, si fuera el caso), con tal de que le ocasione daño al gobierno.
Confundiendo así al gobierno con el Estado y con el país, de un modo mucho mayor que el que nos atribuyen a nosotros.
Pero de ahí (de celebrar que el gobierno se haya mantenido firme en su decisión, y el tiempo le diera la razón porque se liberó a la Fragata sin pagarles a los fondos buitres) a pensar que esto es una especie de recuperación de la centralidad de las fuerzas armadas en la escena nacional, hay un campo de distancia.
Porque no olvidemos que los viajes anuales de la Fragata (siempre diagramados por la Armada, como fue en éste caso en que pasó por Africa y la embargaron) los pagamos entre todos (y ahí nadie se preocupa por "la plata de los jubilados"). y son una tradición bastante antigua y propia de otras épocas, remembranza del espíritu oligárquico y elitista que impera entre los marinos.
¿O acaso los egresados del Colegio Militar salen a dar una vuelta en tanque por el mundo, o los de la escuela de aviación lo hacen en un Hércules, o se conserva a esos fines un viejo avión de Jorge Newbery?
Así las cosas, en la Armada tendrían que estar pensando como fue que nos metieron en el lío de pasar por puertos africanos, advertidos por la cancillería del riesgo de que los fondos buitres embargaran el barco, antes de estar operando en los medios afines (y vaya si la tribuna de doctrina lo es) para que les salgan los ascensos, o no le pongan Eva Perón a la fragata, y le conserven el nombre que le puso el almirante Rojas.
Porque habrá que recordarles que no es el kirchnerismo, sino la Constitución Nacional, la que dispone que el presidente de la república es el comandante en jefe de las fuerzas armadas, el que dispone sobre su organización, ascensos y destinos, porque es al que la gente vota para que administre los recursos con los que (entre otras cosas) se pagan sus sueldos, y los viajes de la fragata.
Y si no se llevan bien con eso, o creen que se merecen un cargo o un destino mejor que el que tienen y no se lo dan, pueden pedir el pase a retiro cuando quieran.
HAY MALESTAR EN LA ARMADA!!!!!! ¡Hace como 15 años que no escuchaba esa frase!!! Me acuerdo con mi hermano nos cagábamos de risa cada vez que escuchabamos esa frase durante 20 años en los noticieros de todos los canales de aire. "Hay malestar en las fuerzas armadas" jajajaja!!! Era un clásico.
ResponderEliminarDespues con Nestor la frase cambio: "Hay malestar en la cúpula eclesiástica".. Recientemente se puso de moda el: "Hay malestar en las clases medias"...
Que loco volver a escuchar esa frase "Hay malestar en la Armada"... Si hace 15 años me daba risa, ahora que debería provocarme?
Y ya que estamos en cuestiones de milicada, podríamos empezar por comparar la diferencia entre lo que es una comandante en jefe con polleras, defendiendo al barco - como corresponde y con éxito - y el tan publicitado "héroe" naval, astiz, y su heroica e inclaudicable defensa de las Georgias y el submarino Santa Fe (q.e.p.d.)´, frente a los ingleses.
ResponderEliminarNi un tiro, papá, ni un tiro... claro, estos ingleses del carajo que no mandaron monjas ni estudiantes suecas, no?.
Si; o Giachino, que se fué a tomar Malvinas con el arma que mejor sabía manejar, la picana...
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