Resulta que ahora aumentan las tarifas de los servicios públicos, y generan inflación, pero hace años que le vienen pidiendo al gobierno que elimine los subsidios, y sincere (o sea, aumente) las tarifas; ¿o acaso no hemos visto cientos de nota donde las privatizadas -como las distribuidoras eléctricas de Capital Federal y el conurbano- lloraban miseria y quebranto porque no las dejaban aumentarlas?
Pero lo más interesante del caso es preguntarse como era antes, durante los casi diez años de gobierno kirchnerista, cuando las tarifas permanecieron virtualmente planchadas, ¿qué pasaba entonces con la inflación?
Porque no se trata de negar que exista inflación, sino de puntualizar que al discutirse sus niveles y sus causas (y no como se mide, discusión pavota en la que estamos enzarzados hace años) hay que poner en la balanza la política de subsidios a las tarifas de los servicios públicos esenciales que el kirchnerismo impementó durante todos estos años.
Con imperfecciones y trazos gruesos, subsidiando a sectores que no lo necesitan, pero que, cuando se los intenta corregir, ponen el grito en el cielo los mismos que reclaman por los millones que se invierten en subsidiar tarifas; o acusan el gobierno de generar inflación.
Como lo acusan de no hablar de la inflación, mientras hacen lo mismo.
Porque poner el acento -al hablar de inflación- en los aumentos de tarifas que se decidieron hace poco (algunos ajenos al gobierno nacional: Macri y el socialismo santafesino aumentan tarifas hace años, y nunca se los puso en la picota como generadores de inflación), es ocultar que como mínimo el 85 % de la inflación tiene otras causas, y otros responsables.
Esos que llenan a diario las páginas de Clarín con sus avisos, sin ir más lejos.
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