MÁS QUE PREVISIBLES, OBVIOS

Hace apenas dos días se dijo acá que "...en la misma medida que los culebrones de las internas opositoras pierden atractivo (porque pierden también densidad y trascendencia política), cobra interés la interna del oficialismo; porque todos empiezan a percibir que es allí donde realmente se cocina la definición de las cosas.

De allí que no deba sorprender que los medios hegemónicos (en especial Clarín) que hasta ayer intentaban -una y otra vez- vertebrar una alternativa opositora consistente y competitiva en términos electorales, adviertan que deben virar a jugar -más o menos abiertamente- en la interna del oficialismo.

Sea tratando de ingerir en su resultado instalando un candidato más "amigable" del FPV, sea procurando que esa interna se recaliente y trascienda el marco de corrección en que hasta acá se vino dando, con daño potencial para el conjunto del espacio; en términos electorales.".

Y muy errados no andábamos: hoy mismo la tribuna de doctrina lo pone a operar a Pagni; claro que -urgidos como están por los tiempos- sin barbijo, y con una motosierra en lugar del bisturí.

Tanto que en el título nomás se le escapa el inconciente: desearía que en la "guerra interna" del FPV, terminen perdiendo todos.

Tras haber pasado por el desencanto del FAUNEN, cuando soñaba con la construcción de un polo "republicano anti peronista", y descalificaba a Macri por "encarnar un proyecto biológico y personal", el analista estrella de la derecha mediática se convierte al sciolismo crítico; y le pega al gobernador de Buenos Aires otro abrazo del oso, tratando de convertirlo en "su" candidato; a falta de otro disponible.

Un abrazo que por supuesto -como todos los que dan los osos- es incómodo, y te puede terminar asfixiando.

Algo que quizás el propio Scioli comience a entender -inteligencia no le falta-, sobre todo cuando los osos te empiezan a abrazar seguido, aunque sea queriéndote demostrar cariño: 

En caso de dudas, preguntarles a todos los aspirantes a "esperanza blanca" para derrotar al kirchnerismo, que recibieron antes los mismos abrazos, de los mismos osos.