viernes, 23 de enero de 2015

NO HAY MEJOR DEFENSA QUE UN BUEN ATAQUE, O ALGO POR EL ESTILO


A esta altura de los acontecimientos, no debería asombrarnos que los que nos acusan permanentemente a nosotros de fabricar un relato para ocultar la realidad, sean los que la editen tergiversando hasta el orden en el que ocurren las cosas.

De modo que -por caso- es siempre el kirchnerismo el que "ataca", "embiste" o protagoniza "ofensivas", como si no fuera un hecho comprobable que el gobierno de Cristina (incluyendo en el análisis los dos mandatos) es el que estuvo siempre bajo ataque permanente, desde la asonada agrogarca del 2008 para acá.

De allí que lo que en cualquier lugar del mundo sea visto como algo perfectamente lógico (que el partido político del gobierno cierre filas en defensa de ese gobierno), acá lo presentan como poco menos que la reacción caprichosa e incomprensible de un adolescente, que lo único que quiere hacer es armar bardo, por el bardo mismo.

Si el PJ tuvo que pronunciarse en defensa de Cristina, es porque a Cristina la atacaron, y no fueron extraterrestres de otra galaxia, sino esos mismos medios, jueces y fiscales (empezando por el propio Nisman) que Clarín menciona, y ex o actuales servicios de inteligencia que están detrás de todo esto, y que el diario de Magnetto no casualmente omite; sin excluir ramificaciones en el exterior.

Y no se trata simplemente de un ataque en tanto crítica a la gestión de gobierno o a una determinada medida puntual -que los hay a granel y en forma sistemática a diario, pero es parte de las reglas del juego democrático- sino de una operación abiertamente desestabilizadora; que tiene por objeto provocar un terremoto institucional en el contexto del cual Cristina tenga que irse anticipadamente del gobierno; y si es posible, en un marco de convulsión y crisis.

Que son justamente los contextos en los que históricamente estos mismos medios (que expresan intereses económicos bien concretos) y otros grupos económicos han obtenido en nuestro país pingües beneficios: repase el lector en su memoria los episodios de excepcionalidad y quiebra institucional de nuestra historia -remota y más cercana-, y advertirá que la constante marca que a río revuelto, hay ganancia siempre de los mismos pescadores.

Asistimos a la paradoja de que, mientras se trata de restar verosimilitud a las denuncias del gobierno y del dispositivo político oficialista sobre maniobras desestabilizadoras (porque precisamente esa es una de las condiciones de posibilidad del triunfo de toda conspiración: que se crea que pertenece al dominio de la imaginación), su pulsión irrefrenable por lograr el objetivo de que Cristina se vaya, los lleva a decir más de lo que deben; y quedar expuestos.
       
Como Lanata y Longobardi en la radio del Grupo, naturalizando el exabrupto del marginal de Asís (que en todo lo concerniente a la causa AMIA y sus derivaciones debería guardar obsequioso silencio, porque tiene amigos muy complicados en el encubrimiento); pidiendo el acortamiento del mandato presidencial y el adelantamiento de las elecciones. 

Y por si quedaran dudas al respecto, leamos a Pagni en La Nación de hoy: "Más allá de la azarosa peripecia judicial, como Yrigoyen con Alem, como Uriburu con Lugones, como Justo con De la Torre, como Perón con Juan Duarte, como Montoneros con Rucci, como Menem con Cabezas, Duhalde con Kosteki y Santillán, ella también entra a la historia cargando con un muerto inexplicable.".

Lo que no hace sino validar lo que dijo la propia Cristina en su carta: "La denuncia del fiscal Nisman nunca fue en sí misma la verdadera operación contra el Gobierno. Se derrumbaba a poco de andar. Al fiscal Nisman no lo hacen volver sólo para denunciar algo que sabían no tenía sustento y que no podía perdurar. Cuando la periodista Sandra Russo analiza el caso en Página 12 bajo el título “El truco de la confusión” y afirma que “quisieron usar vivo a Nisman y ahora lo usarán muerto”, se equivoca. Lo usaron vivo y después lo necesitaban muerto. Así de triste y terrible.". 

Ellos tienen perfectamente claro lo que quieren, y como lograrlo; y nos están diciendo con toda claridad que no se van a entretener en discusiones secundarias sobre si Nisman se suicidó o lo asesinaron ("más allá de la azarosa peripecia judicial", en las propias palabras de Pagni) porque establecer la verdad de los hechos, les importa realmente un comino: lo importante es que finalmente hubo un muerto, y hay a quien cargárselo; para lograr su objetivo.

Lo que nos pone a nosotros en el lugar de hacer exactamente lo mismo (tener en claro lo principal, y lo secundario) para no dar ventajas: con todo y lo importante que es determinar que pasó verdaderamente en torno a la muerte de Nisman (para remitirnos a lo dicho acá por Oscar Cuervo, en esto también reclamamos verdad, memoria y justicia; al igual que para las víctimas de la AMIA), el imperativo político de la hora es estar atentos a lo que está verdaderamente en juego en todo esto; que no es precisamente una u otra hipótesis de investigación.

Y también y sobre todo, estar dispuestos a defender al gobierno de Cristina, y al mandato popular expresado en las urnas con el 54 % de los votos.  

Ellos no van a cejar en su objetivo hasta conseguirlo, por lo que depende de nosotros que se lo permitamos o no.

3 comentarios:

  1. De antología la Ensalada Baudelaire de pagni.

    Raro que se comió a Hitler y Röhm. Ah, claro, eso es exclusividad del Prof. luis a. romero

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  2. Cada minuto que pasa es mas clara la operacion montada. Confiemos en la lucidez de nuestra conductora, cerremos filas y para adelante compañeros, esta vez ni un paso atras.

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  3. ¡Firmes junto a Cristina!
    ¡Por el total esclarecimiento de los hechos!
    ¡Juicio y Castigo a los Culpables!

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