Aclaración preliminar: el disparador de éste post son estas líneas de Oscar Cuervo en su blog sobre las movilizaciones ciudadanas que se vienen dando en diferentes puntos del país a partir de los resultado de la primera vuelta, y ante la perspectiva cierta de que Macri pueda imponerse en el balotaje.
Lo cual no implica coincidir absolutamente en todo lo que Oscar plantea, pero sí en lo central: son expresiones de una nueva etapa política que se abre en el país más allá del resultado del balotaje; y -esto lo agregamos nosotros- vinieron a aportarle el tono épico a una campaña del Frente Para la Victoria que hasta acá no lo tenía; fuere porque el candidato no entusiasma a muchos, o porque se descontaba la victoria en primera vuelta.
Pero lo cierto es que eso no pasó, y los resultados fueron un revulsivo social y no sólo para lo convencidos: todos nos cruzamos a diario con algún votante de los candidatos que se quedaron afuera del balotaje, que plantea por lo menos su preocupación por la posibilidad de que gane Macri.
En paralelo, crece un fenómeno de "militancia desde abajo" y cuerpo a cuerpo, tanto de los propios, como de los ajenos que advierten lo que está en juego; y cuáles son los riesgos. Y en el caso de los propios, como si de golpe algunos hubieran hecho el tránsito a la madurez política aceptando que Cristina no es candidata, ni puede absorber ella todo el peso de la iniciativa política, en el discurso y en la organización de la acción.
En paralelo, crece un fenómeno de "militancia desde abajo" y cuerpo a cuerpo, tanto de los propios, como de los ajenos que advierten lo que está en juego; y cuáles son los riesgos. Y en el caso de los propios, como si de golpe algunos hubieran hecho el tránsito a la madurez política aceptando que Cristina no es candidata, ni puede absorber ella todo el peso de la iniciativa política, en el discurso y en la organización de la acción.
Es cuestión asumida que la construcción de la identidad kirchnerista en todos estos años reconoce hitos claves, como el conflicto con las patronales del campo por las retenciones móviles, la disputa con Clarín por la ley de medios, la recuperación de YPF o la pelea con los fondos buitres.
La mística -traducida en energía militante y entusiasmo por participar- que generaban cada una de esas cuestiones venía dada por lo que estaba en juego, y porque nos sentimos en cada caso parte de un colectivo político que apuntaba en la dirección correcta: las movilizaciones eran para respaldar al gobierno y sus medidas, y no para oponerse a una decisión impopular: fenómeno inédito en muchos años en nuestro país.
Incluso con el paso del tiempo se fue ampliando el consenso en torno a esas y otras medidas que "movilizaban", como se puede constatar comparando los alineamientos sociales en el conflicto del campo o la ley de medios, con los que se produjeron cuando se expropió la mayoría accionaria de YPF o el gobierno enfrentó la ofensiva de los fondos buitres.
Incluso con el paso del tiempo se fue ampliando el consenso en torno a esas y otras medidas que "movilizaban", como se puede constatar comparando los alineamientos sociales en el conflicto del campo o la ley de medios, con los que se produjeron cuando se expropió la mayoría accionaria de YPF o el gobierno enfrentó la ofensiva de los fondos buitres.
Hoy la coyuntura es distinta, en los resultados electorales y en la percepción social del ciclo kirchnerista, de lo que aquéllos no son sino el reflejo. Sin embargo, lejos de disminuir la dimensión épica de la cuestión (esa que convoca a expresarse, militar y poner el cuerpo en defensa de una idea), no hace sino acrecentarla.
No hay a la mano una "bandera" rutilante como YPF o algo similar, pero está en juego nada menos que todo lo conseguido en estos años: así las cosas no se puede pedir un "épica" mejor; aunque el final sea incierto, en términos electorales. O precisamente por eso: tenemos que sentir que si la cosa viene difícil, está en nuestras manos revertirla, o por lo menos dejar todo en el intento.
Sobre todo si tenemos en cuenta contra quien hay que dirimir la elección, y en consecuencia, el futuro del país, y lo que representa lo que tenemos enfrente: ésa es precisamente la percepción compartida cotidianamente en estos días con los que se suman desde otro lugar; aun teniendo muchas críticas que hacerle al proceso político abierto en el país en mayo del 2003.
No hay a la mano una "bandera" rutilante como YPF o algo similar, pero está en juego nada menos que todo lo conseguido en estos años: así las cosas no se puede pedir un "épica" mejor; aunque el final sea incierto, en términos electorales. O precisamente por eso: tenemos que sentir que si la cosa viene difícil, está en nuestras manos revertirla, o por lo menos dejar todo en el intento.
Sobre todo si tenemos en cuenta contra quien hay que dirimir la elección, y en consecuencia, el futuro del país, y lo que representa lo que tenemos enfrente: ésa es precisamente la percepción compartida cotidianamente en estos días con los que se suman desde otro lugar; aun teniendo muchas críticas que hacerle al proceso político abierto en el país en mayo del 2003.
Pero además de una "épica de la resistencia" o del "aguante" ante el avance del pasado, hay que comprometerse a pelear por lo que falta, porque las cosas cambian y como dijo el propio Scioli: los derechos otorgados generan nuevas demandas; y hay que tomarlo como un signo positivo de la etapa, no como un lastre que incomode, o una ingratitud de los electores.
Disminuir el empleo en negro, consolidar un sistema de salud accesible para todos y una educación de calidad, continuar transformando el transporte público, modificar el modelo productivo para superar sus restricciones y desequilibrios estructurales, profundizar la redistribución del ingreso, resolver el problema de la vivienda: hay allí un amplio campo de "épicas" pendientes para la acción militante y el compromiso político; y un desafío a futuro para cualquier proyecto político que gobierne la Argentina, para poner todas esas cosa entre sus principales prioridades.
En realidad, para cualquiera no: hay muchos argentinos (sean o no kirchneristas, hayan acompañado o no hasta acá al gobierno) que están advirtiendo que si hay alguien que puede poner en serio riesgo los avances logrados, y no puede garantizar afrontar los desafíos pendientes, es Mauricio Macri.
En realidad, para cualquiera no: hay muchos argentinos (sean o no kirchneristas, hayan acompañado o no hasta acá al gobierno) que están advirtiendo que si hay alguien que puede poner en serio riesgo los avances logrados, y no puede garantizar afrontar los desafíos pendientes, es Mauricio Macri.
Así es cro.
ResponderEliminarEste tema de la "militancia de los de a pie", alejados del aparato, me sorprendió el viernes pasado precisamente en un par de lados donde anduve.
En el blog de Abel para esa época hice algún comentario al respecto e, inmediatamente, el posteo sgte. fue una movida por Mendoza...
No se si esta "militancia" se puede generalizar, tampoco se si resultará, pero rescato su espontaneidad por que es indudablemente genuina y me alegra que esto suceda en estos tiempos líquidos, consumistas, hedonistas, individualistas y to'o eso....
No se que pasará pero pa' mi son tiempos sublimes ¡que' quere' que te diga! por que para lograr todo lo que enumerás que falta es imprescindible, a mi entender, un involucramiento de tipo colectivo.
"Solari rosi" somo' boleta....
Saludos
En el límite de San Justo y Ramos Mejia ( La Matanza) , en la calle Florencio Varela
ResponderEliminary la via del trencito de Haedo, como lo llamamos por acá , se encuentra la UNLAM
en los terrenos de la ex Chrysler, ex Volskwagen, cerrada a principio de los 80'
A metros de ahi sobre la calle Zapiola , en un porton amarillo de una pyme que vivió añares cerrada y hoy le da laburo a vaya saber cuantas familias , estaba escrito ayer en aerosol negro ''Si gana Macri esta fabrica cierra'' bien grande.
Juro, juro que se me pianto un lagrimon de la emoción
Saludos y fe compañeros
Hola, todo lo que expresas en el 10mo parrafo, se puede resumir, para mi, en un nuevo paradigma, lema o como quiera llamarselo que es la "redistribución de bienestar", algo que puede asociarse sin mucho esfuerzo intelectual al "buenvivir" propuesto por el movimiento que gobierna Bolivia. Es importante activar esa parte de la percepción del público acerca de como vive, más allá de las cuestiones meramente monetarias, vamos que el humano no es todo bolsillo. hay ejemplos, la experiencia gratificante que significa viajar en los nuevos trenes, y así siguiendo. Hay que indicar que esta progresión es la que está en peligro.
ResponderEliminarSlds
Marcelo Foti
La voluntad popular no se equivoca. Nos cacheteó y nos devolvió el entusiasmo.
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