En menos de una semana se terminó el engaño. De hecho, ellos mismos hablan de "sinceramiento": "sinceramiento de precios", "sinceramiento de tarifas", "sinceramiento de estadísticas", "sinceramiento de la crisis energética", "sinceramiento del dólar" y así.
En menos de una semana eliminan las retenciones a todas las exportaciones (incluidas las industriales) y reducen las de la soja, al mismo tiempo que hacen una devaluación brutal de un solo saque: ni los gobiernos dictatoriales con políticas económicas liberales (como el de Onganía con Krieger Vasena, o el de Videla con Martínez de Hoz) se animaron a hacer las dos cosas al mismo tiempo.
O devaluaban a lo bestia pero ponían retenciones (Krieger) para tratar de amortiguar el impacto inflacionario y captar renta de los sectores exportadores, o mantenían un dólar barato pero sin retenciones (Joe): ayer el "socialdemócrata" Prat Gay (que de ahora en más los reemplazará en la galería de ídolos del neoliberalismo local) decía entre risas que no podían anunciar el fin del "cepo"; sin antes eliminar las retenciones.
Un combo con el cual transfirieron miles de millones de pesos de los sectores que viven de ingresos fijos o más o menos fijos (jubilados, trabajadores formales e informales, cuentapropistas, beneficiarios de la AUH), a los grupos económicos más concentrados del país, con capacidad y escala para exportar: lindo comienzo para el gobierno que se puso como meta alcanzar la "pobreza cero".
Eliminaron toda forma de control de capitales (incluyendo el "encaje" en los bancos que regía desde el 2005) y preparan un blanqueo que hará palidecer al que aprobó en su momento el gobierno de Cristina, por las facilidades y ventajas: al parecer, ya no molestaría que ingresen dólares "manchados de sangre y sucios por provenir del narcotráfico y la corrupción".
De hecho, los narcos, los evasores y los que compran y venden en negro podrán presentarse ahora por la ventanilla de los bancos a reclamar sus dos millones de dólares mensuales, sin restricciones y sin tener que darle explicaciones a la AFIP. La Nación (no Prensa Obrera) dice: "Aunque el ministro evitó precisar la cotización del dólar, según calculos del mercado la devaluación podría alcanzar el 60%. La consecuencia positiva inmediata será la reactivación de la oferta y las negativas serán el aumento de la inflación y el empeoramiento de los indicadores sociales...". Indicadores que -por cierto- serán "discontinuados" o pospuestos "hasta nuevo aviso" por los que venían a transparentar las estadísticas del Indec.
Anuncian una apertura indiscriminada de las importaciones (sea por la eliminación de 18.000 posiciones arancelarias, o por el acceso irrestricto a los dólares necesarios para hacerlo) que más temprano que tarde tendrá efectos mortales sobre el empleo y el tejido industrial. Mientras, los empresarios anuncian muy sueltos de cuerpo que ellos no firmaron ningún compromiso para retrotraer precios, y los eximieron de la obligación de informar sobre la evolución de sus costos, márgenes de ganancia y estructura de formación de precios.
Se quejan por "la pesada herencia recibida" (pese a que Prat Gay fue y vino al respecto, seguramente mientras relojeaba como iban los enjuagues con bancos, cerealeras y "empresarios que adelantan inversiones"), pero apelarán para contener el dólar al swap de monedas con China que despreciaron porque "no sirve para nada y no se puede contabilizar como reservas", y buscarán ampliarlo.
Denuncian que les dejaron "todas las cajas vacías" pero todas las medidas que están anunciando tienden a desfinanciar al Estado, o a endeudarlo en moneda dura, justo cuando devalúan y la FED aumenta la tasa de interés luego de una década: unos verdaderos genios de las finanzas; que en breve apelarán al único expediente que conocen para achicar el agujero que están creando: el recorte brutal del gasto público "para recuperar el equilibrio".
Deuda -dicho sea de paso- que no pasa por el Congreso ni pasará (por eso lo mantienen en el freezzer y trataron de tomar la Corte por asalto); y que estará destinada -lo quieran o no- a financiar la fuga de capitales, sean los que estaban "retenidos" por el cepo o los "golondrinas" que vendrán, más por el levantamiento del encaje que por los frutos del blanqueo.
Así como en el 2002 entre todos pagamos la salida del corralito y la pesificación asimétrica compensando a los bancos, ahora compensaremos a los importadores con un bono por las operaciones pendientes de pago, y seguramente a las multinacionales a las que la devaluación atrapó con ganancias retenidas en pesos; que no pudieron dolarizar y girar a sus casas matrices por el "cepo".
Preparan una amplia liberalización del mercado financiero mientras suben las tasas (supuestamente para calmar la ansiedad por el dólar), y eliminan los pisos y techos puestos a los bancos para fijar los intereses por prestar y tomar dinero: el "rescate" en el que colaboran para levantar el cepo no será gratis.
Al mismo tiempo anuncian aumentos de tarifas por eliminación de los subsidios, y con cada anuncio son menos los excluidos del tarifazo; con lo cual contribuirán a alimentar aun más la inflación (que aceleraron cuando estaba disminuyendo, anunciando la devaluación) y el deterioro del poder de compra de los sectors de ingresos fijos; lo que generará a corto y mediano plazo recesión y desempleo, preparando así el terreno para forzar los salarios a la baja en la paritaria que se viene.
Todos y cada uno de los anuncios de lo que ellos llamaron "campaña del miedo" se fueron cumpliendo rigurosamente, con precisión de relojería y en menos de una semana. Y nos quedamos cortos: nunca imaginamos que lo del "país atendido por sus propios dueños" sería más que una metáfora; y los grandes grupos económicos colonizarían directamente el Estado, tomando por asalto todos sus cargos claves, pero reclutados por el presidente y su gabinete.
Como dijimos acá varias veces, una mezcla explosiva del plan económico de Videla-Martínez de Hoz sin dictadura, el de Menem-Cavallo sin hiperinflación, y el de Duhalde-Remes Lenicov sin "corralito", ni crisis institucional.
Un combo que en lo inmediato devalúa y destruye el salario, pero a largo plazo abre todas las puertas para reimplantar el modelo de la valorización financiera, con revaluación del peso (al menos si se cumplen las promesas de que "lloverán dólares") y la destrucción de la industria nacional; por la combinación de la competencia de importaciones sin límites y caída del consumo interno, por baja del salario y el empleo.
Así como en menos de una semana se llevaron puestas las banderas de la "defensa de las instituciones de la república" a decretazo limpio, están clausurando de entrada lo de "unir a los argentinos" y "cerrar la grieta": con las medidas anunciadas habrá gente que va a quedar a un lado y otro de una grieta que será cada vez más profunda; y no precisamente por sus opiniones políticas, o por peleas en la mesa familiar. Y el que salga a protestar, lo podrá comprobar rápidamente en cuero propio: a lo mejor de ahora en más a los gendarmes los transporten de un lado a otro en un Hércules, para no tener sorpresas.
De un lado van a quedar los que ganan siempre, y del otro los que siempre perdemos: todos nosotros, o la gran mayoría de los argentinos. Prat Gay se reía ayer mientras hacía los anuncios, debe ser el famoso "humor inteligente": los chistes los disfrutan pocos.
Esto se corrije con las paritarias en un par de meses.
ResponderEliminarLa disminución de las retenciones tiene impacto mínimo, casi nulo, a la par de la devaluación.
El dolar era insostenible, así que la posibilidad de seguir igual era inexistente, basta ver que los economistas de Scioli estan de acuerdo.
Toda la protesta sobre las importaciones carece de total sentido, se restablece el régimen existente entre 2003 y 2011, en 2011 la industria estaba mejor que ahora.
El encaje de 2005 se puso para evitar el exceso de entrada de dólares, en la época en que crecíamos a tasas chinas. Ojalá se vean obligados a restaurarlo en Julio.
Quedó guardadito Marianote. En "un par de meses" hablamos. Hay paritarias que se vencen en mayo, porque tardaron más en cerrarse, pero que te vamos a explicar a vos de todo eso, es un territorio desconocido para ustedes. Lo bueno es que sos el primero -y hasta acá el único- que banca todo esto. Ojo: todo, eh, de la primera a la última medida, y su marco conceptual. Lo cual es perfectamente lógico desde tu bolsillo, nada que reprochar en eso. No nos pidas que compremos nosotros el buzón.
ResponderEliminarHace rata que Mariano T, es, con todo respeto, un pelotudo
ResponderEliminarhosebe nos deleita con sus sesudas reflexiones. Forra
ResponderEliminarTambién tractor, vos con los comentarios que hacés ¿qué querés, que te den el Nobel de Literatura?
ResponderEliminarPelotudo no... Es un ingeniero agrónomo del sudeste de Bs. As. con mucho que ganar con la quita de retenciones... Marianito se hace el trosko, pero está muy contento con los decretos de mugricio...
ResponderEliminarNo es ningún gil el agrogarca del tractorcito, simplemente defiende sus intereses de clase.
ResponderEliminarDebe estar trolleando tambien, porque hace varios meses que viene recorriendo como loca todos los blogs del palo, defendiendo la Revolución de la Alegría.
Como señalaba un compañero En el país de los globos, el forro es rey.
El agrogarca aspiracional, Tractorcito, está contento, claro.
ResponderEliminar¿Pero y el resto de los que votaron al Tilingo?