domingo, 10 de enero de 2016

LAS CONSECUENCIAS DE UN ÉXITO: REMAR EN DULCE DE LECHE


Es difícil atribuir un resultado electoral (en éste caso el triunfo de Macri) a un solo factor, o determinar cual ha sido el decisivo para que se ese resultado se produzca. Sin embargo existe cierto consenso en punto a que la estrategia de armado político y de campaña que diseñó el gurú ecuatoriano Jaime Durán Barba se lleva buena parte del mérito.

Primero en el diseño del esquema de alianzas, intuyendo que no tenía demasiado sentido apurarse por cerrar con dirigentes cuyos votantes ya habían tomado la decisión de votar a Macri; y segundo -y para nosotros más importante- en apostar a una campaña completamente desideologizada; con un discurso plagado de lugares comunes y que evitó puntillosamente entrar en cualquier definición concreta respecto de las medidas de su eventual gobierno.

Conectó de ese modo con una forma de politización ampliamente extendida entre muchos sectores de la sociedad argentina, que no quieren saber nada con complejos discursos ideológicos, y suponen que los problemas del país se resuelven "con gestión", y sin necesidad de conflictos, porque "hay que gobernar para todos".

Por supuesto que a poco que se lo analice ese complejo de ideas es bastante simple y absurdo, pero no por eso deja de ser efectivo (como lo comprueba el triunfo de Macri), y para contrarrestarlo hay que remar en dulce de leche, o poco menos.

Y como la política es profundamente bilardista y pone los resultados por encima de toda otra consideración (lo cual no es un juicio de valor, sino una simple constatación), todo indica que la estrategia exitosa del ecuatoriano llegó para quedarse, y ser replicada aun por sus adversarios.

Será muy difícil en el futuro para cualquier candidato expectable a cargos políticos de importancia resistir la tentación de hacer política y campaña "a lo Macri", con guión Durán Barba. De hecho ya muchos lo venían haciendo.

Y en ese terreno árido para profundizar el debate político y con un panorama comunicacional desolador, habrá que dar la pelea justamente cuando se empieza a desplegar en el país un proyecto político profundamente cargado de ideología.

Una ideología retrógada, nociva y conocida por los estragos que ha causado en nuestro país cuantas veces se la ha aplicado, pero que hoy trata de pasar disimulada y desapercibida detrás de los globos y la "campaña de proximidad", de rostro amigable y ausencia de definiciones.

Esa mismas definiciones que el gobierno ya está tomando, día tras día, coherente con esa misma ideología que niegan, o de la que no se hacen cargo.

1 comentario:

  1. El oficialismo perdió las elecciones porque en los cuatro últimos años de gobierno se desentendió de sus bases electorales. Si Cristina hubiera gobernado para la tercera sección electoral (4,5 millones de electores = 1½ Córdobas) Scioli ganaba por robo. Si Scioli hubiera gobernado para la 3ra, ganaba por robo. FPV en la 3ra: PASO 47%, 1ra vuelta 44% (caída en porcentaje y levísimo repunte en votos absolutos) y balotaje 58%. Las cosas son como son y no como el progresismo las quiere vender. ¡Ah! Me olvidaba: Cristina en el 2011 en la 3ra 62%.

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