Puede que no sean los más ricos del país, y es seguro que no son los únicos ricos, pero si hay una institución emblemática de la riqueza es la Sociedad Rural, como que aparece ligada a la forma primigenia de acumulación de la riqueza: ser los dueños de la tierra.
El sábado al inaugurar la exposición se los veía contentos, y lo reconoció Etchevehere en su discurso: "estamos muy contentos con el cambio", señaló. No es para menos, tienen millones de buenas razones. Porque ganaron.
Ganaron apuntando a la candidatura de Macri, que les retribuyó con creces apenas llegado al gobierno, eliminando y rebajando retenciones al mismo tiempo que disponía una devaluación de la moneda cercana al 50 %. Y por si todo eso fuera poco, les tumbaba el Renatea para que volviera a ser un coto de caza del "Momo" Venegas, y en consecuencia un salvoconducto legal para la explotación, en condiciones de impunidad.
En el loteo del Estado entre diferentes grupos económicos al que se suele llamar gabinete, colocaron a uno de los suyos (presente el otro día en Palermo) en el Ministerio de Agroindustria. Un ministro que asumió con parte de su sueldo embargado por no pagar un préstamo contraído con el Banco Nacion en el 2001, pese a los años de bonanza posteriores: no puede pensarse en alguien más cabalmente representativo del sector.
Ojo: ahora están contentos porque ganaron, pero antes también habían ganado; porque aun cuando se quejaban durante el kirchnerismo la levantaban con pala, y ganaron políticamente con el "voto no positivo" de Cobos la disputa política con el gobierno por las retenciones móviles.
Pese a eso, no parecen ser muy agradecidos: se supo la semana pasada por el Indec que en el primer trimestre del año produjeron despidos destruyendo puestos de trabajo, al igual que las mineras, también favorecidas por el gobierno con la quita de retenciones.
El inédito -en términos históricos- combo de devaluación más quita de retenciones tuvo un aporte decisivo a la persistente alza de lo que el gobierno llama "inflación núcleo", pegando fuerte en los bolsillos de los sectores populares por el lado de los alimentos básicos de la canasta familiar; sin que se escuche a nadie (o casi nadie) en los medios señalando la obviedad. Contra toda evidencia empírica, prefieren seguir atribuyendo la inflación a la emisión monetaria, el déficit fiscal o el gasto público; mientras desde el presidente de la Rural para abajo, nos amonestan a los consumidores porque "nos habían acostumbrado a comer barato", y nos gustaba el lomo.
Por contrapartida, esas mismas medidas no produjeron -según lo esperado- un boom exportador que superar las dificultades de las "economías regionales": por el contrario, la mayoría de ellas están peor que antes y la distancia entre el precio pagado al productor en determinadas cadenas de valor (como la lechería, la fruticultura o la yerba mate) y el que pagan los consumidores en las góndolas se ha incrementado exponencialmente,sin que se escuchen quejas del sector por el hecho, tal como era habitual en los años kirchneristas.
¿Recuerdan las volanteadas al respecto de la Mesa de Enlace en la puerta de los supermercados? Ahora la situación parece ser distinta porque "cambiamos", y a un gobierno del palo no hay que "generarle problemas" protestando, pongámosle por la ilegal modificación de la ley de tierras por decreto.
Aunque no faltan quienes dicen que Macri no estuvo el sábado en Palermo para evitarse el pedido público de la Rural por una nueva baja en las retenciones a la soja, en medio de las protestas sociales por el tarifazo; una medida que no hay que descartar que sea finalmente anunciada cuando el presidente sí esté presente en el acto oficial de inauguración, y sea ruidosamente ovacionado como es de suponer.
Si alguno quiere establecer alguna asociación entre presidentes aplaudidos en la Rural y como le fue en eso casos al país encontrará una constante histórica que no es simple casualidad.
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