lunes, 26 de junio de 2017

TE VAN A VOLVER A CAGAR, PERO POR LO MENOS TE AVISAN


Se suele decir que el de Macri (como todo gobierno neoliberal) es un gobierno sin presente: ante la falta de resultados concretos de gestión para exhibir, el discurso político del oficialismo se centra en el pasado o en el futuro.

En el primer caso apelando siempre a la excusa de la “pesada herencia recibida” para explicar la falta de resultados, y ofreciéndose como la garantía para impedir el retorno de la bestia populista.

En el segundo, para pedirnos sacrificios y esfuerzos hoy, para poder alumbrar un mañana venturoso, con metas que se van corriendo: el segundo semestre, la luz al final del túnel.

O al menos así era hasta hace un tiempo, cuando ya ni se hacen las habituales promesas difusas de que “estamos mal, pero vamos bien y vamos a estar mejor”.

Por el contrario, cada día con mayor asiduidad voceros oficiales u oficiosos del gobierno, y los propios medios hegemónicos que forman parte del dispositivo político del oficialismo nos están diciendo que “Cambiemos” necesita un triunfo en las elecciones de éste año, para sentirse legitimado para emprender un ajuste feroz, más profundo incluso que el que ya hizo.

Por supuesto que la ingeniería comunicacional del duranbabismo aconseja no mentar en público y con todas las letras la soga de ese ajuste en la casa de los ahorcados/posibles ajustados (jubilados, beneficiarios de planes sociales, empleados estatales, usuarios de los servicios públicos); pero si se saben leer las señales, ahí están.

La televisación del fútbol será gratis pero hasta el momento en el que se abran las urnas, y se cuenten los votos: a partir de entonces las consecuencias de haber eliminado el “Fútbol Para Todos” se harán sentir en los bolsillos.

El presidente (nos cuentan) recogió al vuelo las sugerencias de los Melconianes varios que reclaman atacar el déficit fiscal drásticamente, y les pide a sus ministros un fuerte recorte de gastos (que tendrá impacto social, no caben dudas al respecto) para el 2018, cuando las elecciones sean un recuerdo.

Acaso en un intento de simplificar el análisis de los resultados de las elecciones presidenciales del 2015, o de ganarse la simpatía de los que votaron a Macri y hoy se sienten defraudados, nosotros mismos solemos caer muchas veces en la teoría del “engaño” de los votantes; tomando como ejemplo paradigmático las desmentidas del propio Macri en el debate televisivo entre los candidatos al balotaje, a las advertencias de Scioli sobre lo que haría. La propia Cristina lo hizo hace poco en el reportaje en C5N, y por la misma senda transitó el documento de presentación de "Unidad Ciudadana".

Algo dijimos en su momento acá al respecto, y a ello nos remitimos: sin descartar de plano la teoría del “engaño”, sería un grave error político suponer que ella sola explica el cúmulo de votos que obtuvo Macri para llegar a la Rosada. Las causa fueron múltiples y más profundas, como se señaló entonces.

Sin embargo y aun tomando como buena la idea de la “estafa electoral” , todo indica que en el caso de las elecciones de éste año será difícil poder volver a hablar de eso cuando se nos está advirtiendo que el gobierno saldrá a buscar el voto para luego interpretarlo como un mandato para hacer lo que siempre quiso: profundizar el ajuste.

Más aun: hay quienes sostienen que el gobierno se comporta como si fuera inmune a los resultados electorales (algo de eso deslizó Dujovne, el ministro comentarista), e incluso computando la posibilidad de perder las elecciones, ratificó su rumbo de antemano.

Así las cosa entonces y -reiteramos- aun admitiendo que la primera vez muchos fueron “engañados” si vuelve a pasar (como dicen) ya no podremos ni podrán echarle la culpa a Macri y al gobierno: será pura y exclusiva responsabilidad de cada uno, y de lo que decida hacer con su voto.

Como se suele decir, “el que avisa no es traidor”. Es más, si sabés ver, hasta te están diciendo que para que dejen de cagarte, no los tenés que votar:



2 comentarios:

  1. Siempre sostuve que hay que ser muy bruto o muy hdp para votar al gobierno actual. Pero según como veo que va la corriente, me decanto por lo último. Este país está lleno de reaccionarios hdp que no soportan ver que otros tengan derechos, que otros tengan beneficios, que otros puedan sacar la cara del fango. Son tan hdp que prefieren estar mal, si ven que los demás están peor.

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  2. Los neoliberales tienen un discurso claro para la gente: sufran ahora, que en el futuro se verán los frutos. Mientras tanto, con los frutos se quedan ellos.
    Igual que la iglesia con los pobres, sufran ahora, que de ustedes será el reino de los cielos.
    Sufrimiento sumiso y actual a cambio de puro humo, de algo incomprobable.
    ¿Se puede ser tan pelotudo? ¡Sí, se puede!
    El Colo.

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