El circuito es cada
vez más burdo y queda cada vez más expuesto: se suman las malas noticias en la
economía, y sube exponencialmente el índice de carpetazos judiciales contra el
kirchnerismo, la principal oposición y la única preocupación política del gobierno.
Malas noticias
económicas que -por supuesto- no van a la tapa, ni de cerca. Bastaba ver ayer Clarín para no encontrar nada relacionado con la
economía, y en La Nación una referencia marginal y chiquita al régimen
promocional de Tierra del Fuego, y al recorte de partidas en el Ministerio de
Agroindustria. Nada de inflación, despidos, salarios que no alcanzan, empresas
que cierran, el dólar o las tasas de interés.
El circuito está
aceitado, pero de tanto usarlo chirria un poco, y se le ven cada vez más los
hilos: los medios “anticipan” una posible denuncia (La Nación hasta llegó a
blanquear que se vendría una escalada de la “campaña sucia”), las Stolbizer de la vida la recogen, algún juez o
fiscal rápido para los mandados se hace cargo, y listo: otro carpetazo en
marcha, otra tapa en prensa.
En medio de todo
eso, las operaciones para cumplir el doble propósito de perseguir a los
opositores, y construir los reaseguros a futuro de la propia impunidad: en ese
contexto se inscribe la escalada contra Gils Carbó, para obligarla a renunciar
o para crear el clima en el que un DNU de raje sea posible. Es la primera vez
que la afectada salió a responderle directamente a Macri atribuyéndola la autoría
de la movida, lo que demuestra hasta que punto ésta está avanzada.
Jueces y fiscales
burdamente apretados por los medios y por la lengua filosa de Carrió (siempre
que no se trate de la corrupción de su gobierno, claro está) para indicarles
con todas las letras cual debe ser el sentido de sus decisiones: ahí está el
juez Rodríguez que trató de ofrendar el procesamiento de Sabatella para
“compensar” su mal paso rechazando el pedido de desafuero y detención de De
Vido. Se entiende: no todos tienen los ovarios de Gils Carbó.
El mecanismo les
marca claramente -como el balizamiento de la pista de un aeropuerto- cual es el
camino del ascenso, la gloria y la fama, o el del escarnio y Devoto: para eso
tomaron por asalto al Consejo de la Magistratura, para perfeccionar su propia
escudería judicial y blindarse de cualquier acusación de corrupción futura.
En el kirchnerismo
todos son blancos posibles del carpetazo, sin importar quiénes sean, cuando
hayan llegado y por que razón: ahí están De Vido, Fernanda Vallejos, Sabatella
o Víctor Santa María para comprobarlo.
El caso del
dirigente del SUTERH es muy aleccionador: preside el PJ porteño donde -en
teoría- cuajó un acuerdo de unidad más amplio que el de la provincia de Buenos
Aires que relega a Lousteau (la segunda marca del oficialismo) al tercer lugar
en las encuestas; y la misma UIF (o sea, un organismo que depende del Poder
Ejecutivo) que miró para el costado en un blanqueo de 150.000 palos verdes le
atribuye operaciones sospechosas de 1999, cuando todavía le faltaban varios
años para hacerse cargo del sindicato.
Imposible no
vincular además su caso con el allanamiento al sindicato de Canillitas y el
procesamiento de Omar Plaini, el mensaje es muy claro: el sindicalismo que “no
se adapte” será carpeteado, tanto si se muestra combativo en defensa de sus
afiliados, como si adopta posiciones políticas intolerables para el régimen.
Claro que la “autocrítica” paga: la “ruta de la
corrupción k” excluye cuidadosamente a todos los funcionarios de los gobiernos
de Néstor y Cristina que hoy son utilizables para pegarle al
kirchnerismo, porque le pegan a Cristina, o aspiran a drenarle votos. Así como
Massa y Abal Medina fueron los únicos jefes de gabinete que zafaron de cualquier
causa vinculada al “Fútbol Para Todos”, ahora Randazzo es hecho prolijamente a
un lado por Bonadío en su investigación sobre los subsidios al transporte,
aunque el sistema sigue siendo exactamente el mismo.
Un mensaje
aleccionador para los díscolos, que al mismo tiempo les marca el camino a los
“colaboradores”, y que deja -una vez más- en claro la visión estratégica de
Cristina cuando dijo que para frenar a Macri hacían falta candidatos a prueba
de carpetazos, no solo por honorabilidad, sino fundamentalmente por sus
cojones.
Todo esto tiene
vuelo corto, destinatarios acotados, efectos restringidos al núcleo duro del
votante propio, que duda en sus certezas porque la pasa mal; propósito que
queda en evidencia aunque traten de ocultarlo, y tanto más evidente es, cuanto
más esfuerzo hagan para esconderlo; apelando a herramientas usadas y melladas
de tanto uso, como el bizarro regreso de Lanata, con su entrevista lameculos a
Vidal, sus pasos de comedia, las escuchas de Cristina, todo tan viejo como un
diario del 2015, o sea hace dos siglos.
Y si todo esto no
respondiera a un comando centralizado que dirige las operaciones, y hay “grupos
de tareas” que se mandan por la propia tratando de acumular méritos, estaríamos
peor todavía: el pasivo contingente que el gobierno está acumulando con la
pandilla de Comodoro Py es cada vez mayor, y es posible que el recrudecimiento
de la ofensiva tenga que ver no sólo con las elecciones, sino con otra cosa,
como por ejemplo elefantes de más negocios de Macri y sus funcionarios, que
estarán pasando por detrás mientras nos entretienen. Algo que hoy no podemos
saber, pero de lo que -más tarde o más temprano- nos enteraremos; incluso (si
todo sale mal para el gobierno en las elecciones), muy posiblemente de la mano
de los mismos jueces y fiscales que están tan serviciales por éstos días.
La estrategia
elegida hay que saber verla como lo que es: un signo de debilidad e impotencia
política porque las encuestas no vienen dando como se esperaba; y más allá de
timbreos, call centers, manejo de las redes sociales y coso, cuando las papas
queman no hay otra política a mano que ésta, la del carpetazo; porque no hay
economía para mostrar, porque la que hay está atada con alambres, sujetas a los
humores de los capitales golondrina que han llamado, estimulado y protegido, y
que -intuyen con certeza en su fuero íntimos- se irán como vinieron si las
urnas no traen buenas noticias; generando un descalabro inmanejable.
En un punto hay que agradecerles la torpeza con que
se manejan, y que estén operando con motosierra, porque ayuda a visibilizar
como funciona el sistema, y una vez que se lo ha descubierto, pierde su
eficacia. Dicho lo cual corresponde dar vuelta la página y pasar a las cosas
que verdaderamente importan, que son justamente esas que faltan en las tapas de
los diarios. Como ésta, por ejemplo:
Cristina escuchó hoy a los trabajadores despedidos de Atucha, en la rotonda de Zárate. #UnidadCiudadana #AsíNoSePuedeSeguir pic.twitter.com/FB3NxjoW5o— Unidad Ciudadana ☀️ (@UniCiudadanaAR) 11 de julio de 2017
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