martes, 11 de julio de 2017

SÍNTOMAS DE DEBILIDAD


El circuito es cada vez más burdo y queda cada vez más expuesto: se suman las malas noticias en la economía, y sube exponencialmente el índice de carpetazos judiciales contra el kirchnerismo, la principal oposición y la única preocupación política del gobierno.

Malas noticias económicas que -por supuesto- no van a la tapa, ni de cerca. Bastaba ver ayer Clarín para no encontrar nada relacionado con la economía, y en La Nación una referencia marginal y chiquita al régimen promocional de Tierra del Fuego, y al recorte de partidas en el Ministerio de Agroindustria. Nada de inflación, despidos, salarios que no alcanzan, empresas que cierran, el dólar o las tasas de interés.

El circuito está aceitado, pero de tanto usarlo chirria un poco, y se le ven cada vez más los hilos: los medios “anticipan” una posible denuncia (La Nación hasta llegó a blanquear que se vendría una escalada de la “campaña sucia”), las Stolbizer de la vida la recogen, algún juez o fiscal rápido para los mandados se hace cargo, y listo: otro carpetazo en marcha, otra tapa en prensa.

En medio de todo eso, las operaciones para cumplir el doble propósito de perseguir a los opositores, y construir los reaseguros a futuro de la propia impunidad: en ese contexto se inscribe la escalada contra Gils Carbó, para obligarla a renunciar o para crear el clima en el que un DNU de raje sea posible. Es la primera vez que la afectada salió a responderle directamente a Macri atribuyéndola la autoría de la movida, lo que demuestra hasta que punto ésta está avanzada.

Jueces y fiscales burdamente apretados por los medios y por la lengua filosa de Carrió (siempre que no se trate de la corrupción de su gobierno, claro está) para indicarles con todas las letras cual debe ser el sentido de sus decisiones: ahí está el juez Rodríguez que trató de ofrendar el procesamiento de Sabatella para “compensar” su mal paso rechazando el pedido de desafuero y detención de De Vido. Se entiende: no todos tienen los ovarios de Gils Carbó.

El mecanismo les marca claramente -como el balizamiento de la pista de un aeropuerto- cual es el camino del ascenso, la gloria y la fama, o el del escarnio y Devoto: para eso tomaron por asalto al Consejo de la Magistratura, para perfeccionar su propia escudería judicial y blindarse de cualquier acusación de corrupción futura.

En el kirchnerismo todos son blancos posibles del carpetazo, sin importar quiénes sean, cuando hayan llegado y por que razón: ahí están De Vido, Fernanda Vallejos, Sabatella o Víctor Santa María para comprobarlo.

El caso del dirigente del SUTERH es muy aleccionador: preside el PJ porteño donde -en teoría- cuajó un acuerdo de unidad más amplio que el de la provincia de Buenos Aires que relega a Lousteau (la segunda marca del oficialismo) al tercer lugar en las encuestas; y la misma UIF (o sea, un organismo que depende del Poder Ejecutivo) que miró para el costado en un blanqueo de 150.000 palos verdes le atribuye operaciones sospechosas de 1999, cuando todavía le faltaban varios años para hacerse cargo del sindicato.

Imposible no vincular además su caso con el allanamiento al sindicato de Canillitas y el procesamiento de Omar Plaini, el mensaje es muy claro: el sindicalismo que “no se adapte” será carpeteado, tanto si se muestra combativo en defensa de sus afiliados, como si adopta posiciones políticas intolerables para el régimen.

Claro que la “autocrítica” paga: la “ruta de la corrupción k” excluye cuidadosamente a todos los funcionarios de los gobiernos de Néstor y Cristina que hoy son utilizables para pegarle al kirchnerismo, porque le pegan a Cristina, o aspiran a drenarle votos. Así como Massa y Abal Medina fueron los únicos jefes de gabinete que zafaron de cualquier causa vinculada al “Fútbol Para Todos”, ahora Randazzo es hecho prolijamente a un lado por Bonadío en su investigación sobre los subsidios al transporte, aunque el sistema sigue siendo exactamente el mismo.

Un mensaje aleccionador para los díscolos, que al mismo tiempo les marca el camino a los “colaboradores”, y que deja -una vez más- en claro la visión estratégica de Cristina cuando dijo que para frenar a Macri hacían falta candidatos a prueba de carpetazos, no solo por honorabilidad, sino fundamentalmente por sus cojones.

Todo esto tiene vuelo corto, destinatarios acotados, efectos restringidos al núcleo duro del votante propio, que duda en sus certezas porque la pasa mal; propósito que queda en evidencia aunque traten de ocultarlo, y tanto más evidente es, cuanto más esfuerzo hagan para esconderlo; apelando a herramientas usadas y melladas de tanto uso, como el bizarro regreso de Lanata, con su entrevista lameculos a Vidal, sus pasos de comedia, las escuchas de Cristina, todo tan viejo como un diario del 2015, o sea hace dos siglos.

Y si todo esto no respondiera a un comando centralizado que dirige las operaciones, y hay “grupos de tareas” que se mandan por la propia tratando de acumular méritos, estaríamos peor todavía: el pasivo contingente que el gobierno está acumulando con la pandilla de Comodoro Py es cada vez mayor, y es posible que el recrudecimiento de la ofensiva tenga que ver no sólo con las elecciones, sino con otra cosa, como por ejemplo elefantes de más negocios de Macri y sus funcionarios, que estarán pasando por detrás mientras nos entretienen. Algo que hoy no podemos saber, pero de lo que -más tarde o más temprano- nos enteraremos; incluso (si todo sale mal para el gobierno en las elecciones), muy posiblemente de la mano de los mismos jueces y fiscales que están tan serviciales por éstos días.

La estrategia elegida hay que saber verla como lo que es: un signo de debilidad e impotencia política porque las encuestas no vienen dando como se esperaba; y más allá de timbreos, call centers, manejo de las redes sociales y coso, cuando las papas queman no hay otra política a mano que ésta, la del carpetazo; porque no hay economía para mostrar, porque la que hay está atada con alambres, sujetas a los humores de los capitales golondrina que han llamado, estimulado y protegido, y que -intuyen con certeza en su fuero íntimos- se irán como vinieron si las urnas no traen buenas noticias; generando un descalabro inmanejable.

En un punto hay que agradecerles la torpeza con que se manejan, y que estén operando con motosierra, porque ayuda a visibilizar como funciona el sistema, y una vez que se lo ha descubierto, pierde su eficacia. Dicho lo cual corresponde dar vuelta la página y pasar a las cosas que verdaderamente importan, que son justamente esas que faltan en las tapas de los diarios. Como ésta, por ejemplo:

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