sábado, 3 de marzo de 2018

SE PREGUNTA MAJUL SI EL MAGO SIN DIENTES NO PEGÓ CARGO EN EL GABINETE



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Nadie sabe a ciencia cierta si la gran jugada de marketing político del año fue una idea de Jaime Durán Barba; del sociólogo español Roberto Zapata; del jefe de Gabinete, Marcos Peña, o del propio presidente Mauricio Macri. (También es posible que haya sido una ocurrencia del mago sin dientes. Igual, para ser la jugada del año duró menos que un pedo en un canasto, Luis) Lo que sí se puede asegurar, a pocos días de su lanzamiento, es que la discusión sobre la posible legalización del aborto está atravesando a todo el sector adulto de la sociedad argentina, casi sin excepciones. (Menos a “Cambiemos”, donde ya dijeron que no la promueven, ni van a dar quórum para tratarlo en el Congreso, y que si sale, Macri la veta) También se puede concluir que el debate está produciendo, por fortuna, nuevas escenas de la vida política (¿Cuáles Luis? El nivel de la discusión tiene menos profundidad que la pileta de Larreta) que no se recordaban desde que se discutió, hace ya más de veinte años, (Más de treinta en realidad) la ley de divorcio o la aprobación del matrimonio igualitario. (Que fue hace menos, pero no conviene decirlo, porque caeríamos en la cuenta que fue durante el kirchnerismo) Pongo como ejemplo solo una. Un diputado de Cambiemos, de absoluta identificación con Pro, confesó, después de escuchar los argumentos públicos de Mayra Mendoza a favor del derecho al aborto legal, gratuito y seguro, que nunca había estado tan de acuerdo, "al mil, al dos mil por ciento", con cada palabra pronunciada por la dirigente de La Cámpora e incondicional a Cristina Fernández. (Ajá, ponéle, ¿y?) Por supuesto, Mendoza, en el medio de la inteligente y sentida defensa de sus ideas, tiró, como al pasar, que era "mentira" que Macri había habilitado la discusión. Que lo que la hizo inevitable fue la movilización de miles y miles de mujeres. (¿Vos decís que no fue así, y es un tema que se le ocurrió a Mauricio en sus largos días de reposo?)
Sin embargo, la historia dirá lo contrario. (Mejor esperemos a que termine la cosa, y a que se escriban en consecuencia los libros de historia. ¿O Durán Barba ya piensa en reemplazar a Pigna también?) Del mismo modo que dirá que fue durante la presidencia de Cristina Fernández cuando el Parlamento aprobó la ley de matrimonio igualitario y también, un poco antes, la Asignación Universal por Hijo. ¿Qué importa, en el fondo, que Macri esté en contra de la despenalización del aborto? (Importa que queda claro que es una cortina de humo, cínica y oportunista: Alfonsín estaba a favor del divorcio, y Cristina del matrimonio igualitario. Lo dicen los libros de historia, justamente) ¿Qué relevancia tiene, al final de cuentas, que Cristina no hubiese sido la impulsora original del matrimonio entre personas del mismo género o que haya empujado, después de argumentar mil veces en contra de su aplicación, el proyecto original de Asignación de Elisa Carrió, su archienemiga de tantos años? (Ninguna, porque las dos cosas se concretaron, que es lo que importa, cosa que con el aborto no ocurrió y todo indica que está lejísimos de ocurrir) Pero ¿de dónde habrá sacado el Gobierno semejante conejo de la galera? (¿El mago sin dientes?, insistimos, no descartes la alternativa) Quizás alguien, posiblemente el propio Durán Barba, haya recordado lo bien que le hizo a la imagen de Macri, entonces jefe de gobierno, su decisión de no impedir que se produjera en la ciudad de Buenos Aires la unión civil entre una pareja de homosexuales. (Y lo mejor aun que le hizo vetar la ley que reglamentaba el protocolo de los aborto no punibles, sobre todo entre su propio electorado; digamos todo) Los obsesivos lectores de encuestas (Como vos) sostienen que ese gesto de Macri hizo que amplios sectores del electorado porteño lo dejaran de ver como una especie de ogro de la derecha más rancia y conservadora y comenzaran a aceptarlo como una persona "un poco más normal" y menos distante. (Obvio, porque el grueso de los porteños son de tendencia socialdemócrata a la sueca. Igual, la represión en el Borda ý la UCEP también ayudaron, igual que la idea de que los extranjeros y gente del conurbano no se atiendan en los hospitales públicos; pero mejor no entremos en eso, que es “la otra jugada política genial del año” que durará...diez minutos, como lo del aborto) Por otra parte, es posible que esa misma decisión haya sido lo que terminó generando el distanciamiento con el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio. Distanciamiento que, dicho sea de paso, todavía perdura. (Dolor foto con cara de culo de Pancho)
¿Está buscando el Presidente, con este tipo de gestos, reconquistar a una parte de los argentinos que se vienen desencantando de él y su gobierno? (No, simplemente está tratando de tapar los desastres del gobierno) No es una pregunta que se pueda responder por sí o por no con tanta facilidad. (Parecés la señora Bisman) Porque con el mismo criterio se podría argumentar que su posición sobre la acción del policía Luis Chocobar, a quien calificó, de manera apresurada, (Claro, fue “apresuramiento”, pese a que había visto el video. Tomá una servilleta Majul, tenés chechona en los labios) de "héroe", lo podría alejar de vastos sectores que todavía lo consideraban más o menos "comprensivo y tolerante". ¿Será que al iniciar la segunda mitad de su mandato Macri está gobernando con una impronta parecida a la de la primera etapa de gestión de Néstor Kirchner, que gestionaba a golpe de encuestas diarias y que elegía a sus amigos y a sus enemigos al compás de la opinión ultravolátil del argentino promedio? (Sí, un día estaba con las Madres de Plazas de Mayo y al otro con Videla y Menéndez, y así) La primera cadena nacional de Kirchner contra la Corte Suprema elegida a dedo y de mayoría automática, (Primera y única, contra la Corte y por cualquier tema. La de las muchas cadenas era Cristina) el enfrentamiento con el sindicalista José Luis Barrionuevo o el recibimiento a Juan Carlos Blumberg, padre de Axel, el chico asesinado mientras intentaba escapar de sus secuestradores, ¿no tienen el mismo perfume que las declaraciones de Macri sobre el sistema judicial, su batalla contra Hugo Moyano o su voluntad explícita de recomponer la autoridad de las fuerzas de seguridad? (Pero claro, Del Caño pautado: sontodolomismo. Y Barrionuevo fue apuntado porque reclamaba grandes aumentos en las paritarias ponéle)
Al mismo tiempo, los analistas clásicos (¿Aristóteles, Maquiavello, Hobbes?) interpretan que el anuncio de impulsar el debate sobre el aborto en el Congreso perseguiría, como principal objetivo, funcionar de cortina de humo para quitar de la agenda pública los aumentos de tarifas, el atraso de los salarios, los inquietantes saltos del precio del dólar (O sea que los “analistas clásicos” ven lo mismo que ve cualquiera, digamos. Cualquiera que no reciba sobres, por supuesto.) y la seguidilla de casos donde altos funcionarios aparecen con problemas de conflictos de intereses, (“Problemas de conflictos de intereses”, como “problemas de caída del cabello” o “problemas de disfunción eréctil”. Falta que reemplacen a Laura Alonso por Sprayette y estaríamos, incluso podrían ser más eficientes) omisión de declaraciones juradas o decisiones personales controvertidas, como mantener sus ahorros e inversiones fuera del país. (“Decisiones personales controvertidas”: Léase “curros en propio beneficio armados desde el Estado”, o “Mirá si voy a ser tan boludo de traer la papusa a un país gobernado por nosotros”) Podríamos concluir que Macri y sus hombres de confianza (Mindlin, Calcaterra, Colunga, Angelicci y Arribas. O sea, los testaferros digamos) aventuran una temporada de mal humor social que podría perdurar hasta junio, (Que lejos estamos Luis, cuatro meses, van a tener que pensar en otras cosas, como debatir la vuelta a la esclavitud o algo por el estilo. Ah, no, cierto que eso ya está planteado en la reforma laboral) cuando empiece el Mundial de fútbol, que paralizará parte del planeta y especialmente a la Argentina, donde millones de compatriotas esperan que Leo Messi llegue a la cumbre de su carrera y levante la Copa, que tan cerca estuvo de alzar en el último campeonato. (Imposible, Macri ya estuvo reunido con Sampaoli así que nos volvemos en primera vuelta. Así que el malhumor va a durar hasta diciembre...de 2019) Si se lo escucha con atención a Marcos Peña o al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, (Te quedás dormido a los dos minutos) la teoría de la cortina de humo podría considerarse errónea, (Claro, como si fueran a admitir que están lanzando cortinas de humo, nabo) ya que ambos, esta semana, repitieron una y otra vez que la economía está creciendo, el déficit está bajando, es récord el número de argentinos que vuelan dentro y fuera del país (Y a los que vuelan del trabajo, sobre todo) y el aumento de la compra de autos usados y el patentamiento de los cero kilómetro evidencian una economía pujante, (Para los dueños de las concesionarias) aunque todavía no llegue a los sectores de menores recursos. (Viste como son esos negros, prefieren comer antes que comprarse un cero kilómetro, no tienen espíritu de progreso)
Lo que sí está claro es que, más allá de la percepción del "círculo rojo" (Que la está fugando a mayor velocidad y batiendo récords, digamos todo. O sea que por las dudas, hacen la misma de siempre) o el microclima que, según Peña, a veces domina a los "hiperinformados", el Gobierno ha logrado, con la "autorización" del Presidente, debatir la interrupción legal de los embarazos no deseados, recuperar el dominio de la agenda pública. (Pero seguro, en la cola de la verdulería o en el cajero no se habla de otra cosa, ni hablar cuando te toca timbre el cartero para traerte la boleta de la luz o del gas) Nada más y nada menos. Para llegar a esta conclusión, basta observar las reacciones tardías de la cada vez más fragmentada oposición. La expresidenta hizo mutis por el foro. (¡Aaaahhh!) Su hijo Máximo, al participar de la última marcha en apoyo de la legalización del aborto, quedó inhabilitado para criticar la movida presidencial. (¡Uuuuhhh!) Sergio Massa anunció que dejaría en libertad de acción a los legisladores de su agrupación. (¿Cuándo volvió, no estaba haciendo cursillos con Giuliani?) Y el resto del peronismo, bien gracias. (Guarda, pero en su cruzada pro aborto Macri tiene el apoyo de la izquierda y el Movimiento Evita, digamos todo. Ah, no, pará, cierto que él lo promueve pero en realidad está en contra) Pero la Argentina es un país raro. Los cisnes negros aparecen cada cinco minutos, (Paraguas) y un cántico supuestamente espontáneo (¿Adherís a la teoría Cano, Luis, lo orquestó el kirchnerismo?) y aparentemente inofensivo contra "Mauricio Macri", (Y su señora madre, digamos todo) si no se le presta la debida atención, podría terminar en algo mucho más serio y con consecuencias impensadas. (¿Cómo qué por ejemplo, Luis, la suspensión del campeonato justo ahora que Boca está puntero lejos?) En el Gobierno, por supuesto, afirman que el cantito está siendo "agitado" por la "vieja tecnología política" del kirchnerismo, que consiste en viralizar conceptos, palabras o situaciones que van desde el "Macri gato" hasta la desaparición de Santiago Maldonado, (Claro, porque es todo lo mismo y a Maldonado se lo plantaron los K a la Gendarmería, sorete) desaparición que la realidad se encargó de desmentir después de varias semanas. (Para convertirla en muerte en medio de un operativo de seguridad ilegal, digamos todo) La pregunta de la hora es más interesante todavía: la "magia" del marketing político que tantas elecciones le hizo ganar a Cambiemos, (Ah, vamos reconociendo que la gestión de gobierno no tendría nada que ver, buena autocrítica) ¿también le está sirviendo para gobernar en tiempos difíciles o al final la realidad económica terminará poniendo las cosas en su lugar? Eso también es una cuestión de tiempo, (Jugadísima la conclusión: entre esta pregunta y lo del cisne negro cada cinco minutos, todo el resto de la sarasa de la nota sobre la magia, el control de la agenda y el hecho político del año que duró lo que un pedo en un canasto valen menos que un clavo) el insumo que más necesita Macri para cumplir sus promesas. (Ojalá que pueda, porque con las que ya no cumplió tenemos bastante)
(*) Las negritas son nuestras, el original acá.

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