En menos de un mes
desfilaron y siguieron su ruta como posibles candidatos presidenciales del
amplio mundo de “los peronismos no kirchneristas” para el año que viene
Tinelli, Urtubey, Massa, De La Sota, Felipe Solá y ahora Lavagna: desde un
outsider de la política hasta la eterna esperanza blanca cercano a ser
octogenario, desde un “candidato de transición” hasta otro que se cree capaz de captar
parte al menos del electorado k, todos los climas posibles.
Un desfile
indicativo del cambio de escenario: hasta diciembre pasado nadie se la animaba
a Macri y (casi) todos hablaban de una perdurable hegemonía amarilla; y desde
entonces (más precisamente a partir del rechazo a la reforma previsional),
cualquiera se le para de manos, y se siente en condiciones de derrotarlo en las
urnas, si intenta su reelección.
Si solo se tratara
de una respuesta del arco opositor al cambio en el humor social y al deterioro
de la imagen de Macri y su gobierno, no tendría nada de extraño; pero en
realidad hay algo más, a lo que hay que prestarle atención: el desfile de
candidatos está directamente vinculado al hecho de que una fracción del
capital, expresiva de parte del bloque de poder dominante en el país, ha
empezado a soltarle la mano a Macri, y comenzó a buscar el “Plan B” para
obturar el regreso del kirchnerismo, la bestia negra, el hecho maldito que
evoca sus peores pesadillas.
Y si aun no han
terminado de soltarle la mano también a Vidal (que se incinera aceleradamente
como recambio posible al desgaste de Macri) es porque nunca pusieron los huevos
en una sola canasta, y porque advierten que todos los prospectos ensayados
hasta ahora no mueven el amperímetro. En ese caso el candidato del peronismo no
kirchnerista (o anti K, para ser más precisos) cumpliría el rol de drenar votos
opositores, para facilitar un triunfo de “Cambiemos”.
El cajoneo de la
Cámara Nacional Electoral del recurso de Gioja y la conducción del PJ contra la
intervención del judicial del partido por tributa a la misma lógica: buscan un
peronismo impedido de decidir por si mismo y por sus cuerpos orgánicos
naturales, la estrategia electoral, la política de alianzas e incluso el manejo
de los fondos de campaña; para enfrentar en inferioridad de condiciones a la
maquinaria oficialista, que como se ha visto con el affaire de la truchada de
afiliados y aportantes en la PBA, no vacilará en apelar a todos los medios a su
alcance para retener el poder.
Sea que la
instalación de un candidato peronista obturador del regreso del kirchnerismo (y
más precisamente de Cristina) prenda, o que cumpla el rol de facilitador de una
nueva victoria de “Cambiemos”, el objetivo de estos sectores (a los que para
individualizar diremos que se nuclean en la cúpula de la AEA, excluyendo a los
bancos y las patronales agrarias, e incluyendo al Grupo Clarín) es recrear, en
la medida de lo posible, las condiciones del 2002 en el plano económico, porque
empiezan a descontar que un nuevo 2001 (con default incluido) es una
alternativa más que probable en un futuro mediato.
Tanto quieren
recrearlas, que en el plano político le hacen creer a Duhalde que él puede
jugar algún papel en la movida, siendo el promotor público de la candidatura de
Lavagna. No se trata de discutir acá si están dadas las condiciones económicas
para repetir la maniobra (¿se animaría un gobierno así armado a reestructurar
la deuda con quita, reponer retenciones o reimplantar los controles de
capitales? Parece dudoso), sino de señalar que está en marcha; con el objetivo central de que a un nuevo 2002, no le suceda un 2003: que no les vuelva a aparecer la criada respondona (Cristina), como entonces les apareció un flaco desgarbado de mocasines y saco cruzado, que agarró para el lado que nadie (en especial, ellos) esperaban).
Por el lado de la
política, en especial del peronismo y en particular del PJ anti kirchnerista,
llevan perdidos 32 meses (todo el gobierno de Macri, más el mes transcurrido
post balotaje presidencial del 2015) en encontrarle el agujero al mate, anunciando la construcción del post
kirchnerismo, y reclamando/sentenciando el definitivo ostracismo de Cristina, y
el final de su ciclo político. El mismo tiempo transitaron intentando construir "un candidato que mida", sin resultados tangibles hasta acá.
Apenas producido el
triunfo de Macri y como si se hubieran sacado de encima una pesada mochila,
comenzaron a pensar en el 2023, dando por perdida de antemano la elección del
año que viene, imaginando una ciclo largo de hegemonía macrista y obrando en
consecuencia: está a la vista la magnitud del error, aun cuando se sigan
presentando como los adalides de un curioso pragmatismo, que sigue empecinado
en desconocer datos de la realidad, que estaban a la vista desde el principio
del experimento amarillo.
Los Massa,
Schiaretti, Urtubey, Pichetto y Bossio (sin olvidar a los SOLCA, hasta ayer
nomás) se la pasaron pidiéndole a Cristina y al kirchnerismo autocrítica no ya
por la estrategia electoral del 2015, sino por el despido de Lavagna del
gobierno de Néstor (2005), el conflicto con el campo (2008), la ley de medios y
la pelea con Clarín (2009), el “cepo cambiario” (2012), o el entuerto con los
fondos buitres (2014).
Por contraste, no
se los ha escuchado ensayar la más mínima autocrítica por sus errores de
apreciación de la situación política y -más importante aun- por las decisiones
que tomaron en consecuencia; bancando en los hechos a un gobierno que ha sido
horrible desde el principio, y del cual ahora están tratando de convertirse aceleradamente
en opositores acérrimos, con escasísima credibilidad.
Lejos de eso,
después de haber abierto la caja de Pandora del endeudamiento al apoyar el
acuerdo con los fondos buitres, y de haberle dado a Macri la herramienta legal
para desguazar el Fondo de Garantía de ANSES votando el blanqueo de capitales y
la “reparación histórica”, hoy pretenden dar cátedra sobre los riesgos que
entraña acordar con el FMI (al mismo tiempo que piden que se los incluya en la
discusión del presupuesto, que
contiene el ajuste pactado con el Fondo), y se muestran preocupados por el
futuro del sistema previsional.
Llevan casi tres
años hablando de la necesidad de construir una unidad opositora (en especial
del peronismo) amplia y sin sectarismos, pero con una bolilla negra para
Cristina como condición dirimente; al tiempo que le exigen que permanezca
callada y no meta cuchara en el proceso, pero que deje los votos, o que bendiga
los acuerdos: su emblema sería un dibujo de Sábat donde le cruza una “X” en la
boca, y su lema sería “Cualquiera Menos Cristina”.
Pero el problema es que
todos los “Cualquiera” juntos (los que nombramos al principio, y algún otro que
pueda aparecer) no tienen, todos juntos, ni la mitad de los votos de Cristina.
Si solucionan eso (es decir, si le encuentran el agujero al mate), no los para nadie, muchachos (?).
En cambio otros que
han abandonado la dieta a base de vidrio hace tiempo, como los intendentes bonaerenses se han dado cuenta ya de lo obvio;
haciendo coincidir la estrategia política con la simple y sencilla percepción
social, inalterada desde el inicio del gobierno de Macri: Cristina, antes que
cualquiera. El paso del tiempo (y la propia decisión personal de Cristina)
dirán como se acomodan los melones en el carro, pero hasta hoy y si nada
cambia, esa es la realidad; que como dijo alguien, es la única verdad.
Yo, que querés que te diga...
ResponderEliminarHay que medir a Rossi & Rossi.
Al chivo lo banco pero a Delfina la voto a cuatro manos (otra que Heidi).
Clap. Clap. Clap.
ResponderEliminarPero están omitiendo un detallito, a éstos buenos chicos es la propia Cristina la que les da la razón, está calladita, no aparece, no se la ve, pero,.... debe ser la gente nomás (o la malaria), que es testaruda e insistidora, no?. Pero bueno, ya llegarán los ansiados días modernos y amarillentos... el pasado sin futuro, diría heidi.
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ResponderEliminarPichetto: "Cristina va a ser candidata, no tengo dudas"
El senador se refirió al escenario electoral para el próximo año. "No entiendo como algunos politólogos no lo plantean. Unidad Ciudadana es el partido y ella va a ser candidata de ese partido de centro izquierda. Si se puede llevar parte del peronismo se lo va a llevar. Están desarrollando Unidad Ciudadana en el Interior", manifestó.
http://www.ambito.com/927780-pichetto-cristina-va-a-ser-candidata-no-tengo-dudas
El gobernador salteño coincidió con el senador Miguel Ángel Pichetto respecto de una posible candidatura de Cristina de Kirchner, pero reiteró que hay que plantear una alternativa superadora que "supere tanto a Macri como a Cristina" considerando que esa estrategia, de la confrontación, es muy funcional para los dos, pero perjudica claramente al país" http://www.ambito.com/927766-urtubey-no-me-gusta-el-gobierno-de-macri-pero-hay-que-ayudar-para-que-a-la-argentina-le-vaya-mejor
(Ayer) - Victoria Donda: "Cristina divide, es un problema"
https://www.diariodemocracia.com/nacionales/187263-victoria-donda-cristina-divide-es-problema/
Silencio atronador. Realmente, tienen un problema. no reply https://www.youtube.com/watch?v=SZDIBmASERc
“Aquila non capit muscas”
La opinión de Pichetto, Urtubey o Donda es importantísima. Cualquiera de ellos tiene millones de votos.
ResponderEliminarY falta sumar otros monstruos electorales, como Lavagna o el cadete de la embajada, don Massa.
Contra estos fenómenos,Cristina no tiene ninguna chance. Por eso no habla, está temerosa de estos posibles rivales en 2019. Y estupefacta ante la brillante gestión de Macri. No tiene chance.
El Colo.