¿En serio quieren que creamos que la no inclusión de 430.000 jóvenes mayores de 16 o que los cumplirán el día de la elección fue "un error" del RENAPER (Registro Nacional de las Personas), que no comunicó las altas a la Cámara Nacional Electoral?
¿Justo en uno de los sectores en los que, según la unanimidad de las encuestas que circulaban hasta que se supo la fórmula "FF" Cristina le sacaba la diferencia más amplia a Macri en intención de voto?
¿Quieren que creamos que se equivocaron en eso los mismos que habilitaron por decreto el voto por correo de los residentes en el extranjero, donde la situación es a la inversa y la mayoría votarían por el actual gobierno?
¿Tan por boludos nos toman?
Vienen manejando el proceso electoral más viciado desde el retorno a la democracia, cambiando a su favor las reglas de juego en medio de la campaña, desde el decreto que prohibió las colectoras (recurrido en la justicia), hasta la ley que a pocas semanas del inicio de la campaña redujo a la mitad los espacios gratuitos de publicidad en los medios audiovisuales y -más grave aun. permitió el aporte de las empresas a los partidos políticos.
Eso sin contar los cambios (también hechos por decreto) en el mecanismo del voto de los privados de libertad, o de las fuerzas de seguridad afectadas al operativo electoral; o el intento de suprimir los telegramas de mesa que se mandan por correo al centro de cómputos, luego abortado por la justicia electoral.
Todo indica que el gobierno más flojito de papeles democráticos desde 1983 intentará malversar la voluntad popular (que supone esquiva, y con razón), por todos los medios a su alcance; y que no aceptará mansamente el pronunciamiento de las urnas.
Por eso en lugar de preocuparnos tanto por las roscas, los cierres, las listas, las fórmulas y las alianzas que se dirimen en otros ámbitos, hagamos nosotros la parte que nos toca: por lo pronto y de acá al miércoles que viene (plazo hasta el cual se puede hacer el reclamo) asegurómonos de que todos los mayores de 16 años que quieran votar que conocemos, puedan hacerlo; y que los que no quieren, quieran, y nos voten.
Y después, además de militar en la campaña a nuestros candidatos, a fiscalizar, con compromiso militante, en las PASO, en la primera vuelta y todas las veces que haga falta.
A garantizar un triunfo tan amplio y contundente, que no deje lugar para ningún intento de fraude, del tipo que sea.
En estas cuestiones, ellos no cometen ningún error: todo lo que hacen está perfectamente planeado, y van a avanzar todo lo que les permitamos. Nosotros tampoco podemos darnos el lujo de cometer ninguno, porque para ganar no sobra ningún voto: todos son necesarios.
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