lunes, 28 de octubre de 2019

"NO VUELVEN MÁS"


Y no, mal que les pese, en ésta tampoco la pegaron, como en casi nada en estos cuatro años: acá estamos, volvimos. Dios mediante, mejores, fortalecidos por el respaldo popular y con la certeza de haber aprendido de los errores, para no volverlos a repetir. 

Pero también seguros de haber vuelto por ser fieles a nuestras convicciones, y como dijo Cristina en Mar del Plata, por haber resistido los cantos de sirena para subirnos al macrismo triunfante, cuando muchos (de los dos lados de la grieta) le auguraban una larga y perdurable hegemonía. Pero no, la chocaron toda como nosotros dijimos que la iban a chocar, cuando casi nadie se atrevía a decirlo, aun pensándolo.

No, no la dieron vuelta. No, no se pudo, no pudieron, ni iban a poder, ni siquiera con el bizarro tour de despedida de Macri, porque si hay algo que nunca aprenderán es a darse cuenta cuando les picaron el boleto. Aunque hayan recortado la diferencia a la mitad, galvanizando el voto antiperonista: he ahí la verdadera y perenne grieta de la política argentina, desde 1945.

Ahora mismo, hoy, esta noche, cuando la derrota inevitable tomaba forma de cifras oficiales, trataron de negarla, ocultarla, disimularla, desconocerla. Porque así son, lo llevan en la sangre; no pueden simplemente aceptar que mientras insistan en cagarle la vida a la gente, no le pueden pedir que los siga votando, para cagársela aun más. Pero aunque les costó, no les quedó mas remedio que admitirlo, aunque hayan querido disfrazar la derrota de victoria moral.

Tanto consumir las mentiras de Durán Barba, se las terminaron creyendo, y no pueden aceptar que afuera de ese estrecho mundo, corre una realidad. Nos toca a nosotros trabajar para que los que no vuelvan más, sean ellos, para que nunca más le puedan vender buzones al pueblo argentino: como dijo Cristina en el cierre de campaña, nunca más neoliberalismo en la Argentina.

Nosotros, en cambio, como dijimos, aprendimos que era lo que hora reclamaba cambiar, y que debíamos mantener, y acá estamos: disfrutando de un triunfo enorme, extendido por buena parte de la geografía nacional, como testimonio de la expresión política del hartazgo de la inmensa mayoría del pueblo argentino contra el peor gobierno que recuerde nuestra historia de vida en democracia.

Mañana -hoy mismo- comienza otra historia, difícil y complicada: desde los días previos a la elección está claro que han llevado las cosas a un punto en el que, aunque quisieran enderezar la economía, no podrían; y para peor, todo indica que no quieren: acorde a su condición de privilegiados a los que todos les fue dado desde la cuna, se sienten tentados a dejar que todo explote por los aires para escarmentarnos, para que aprendamos a votar.

Pero eso será mañana, hoy todos nos merecemos festejar, por haberle puesto punto final a otra espantosa experiencia de aplicación del neoliberalismo, en perjuicio de los derechos y las condiciones de vida de millones de argentinos. Claro que eso nos deja con la inmensa responsabilidad de reparar el daño sufrido, en medio de una tierra arrasada.

Hoy es el momento del festejo, de desatar la alegría contenida en cuatro años de broncas, indignación, desesperación, incertidumbre. Teniendo en claro que el éxito tiene hacedores concretos de rostro anónimo, desperdigados a lo largo y lo ancho del país, a los que les debemos el reconocimiento; y otros bien conocidos, que contribuyendo a él, se han ganado su lugar en la historia. O agigantaron el que ya tenían, como Cristina, la gran arquitecta del enorme triunfo.

Ganamos y ganamos bien, en el proceso electoral más amañado del que se tenga memoria desde 1983, con un oficialismo que se cansó de cambiar unilateralmente las reglas de juego hasta horas antes del comicio, y alentar discursos de odio tiñendo de suspicacias la legitimidad del acto democrático, para afectar desde el vamos la legitimidad -y por ende la fortaleza- del gobierno que de él surgiera

Un triunfo construido contra todo y todos, comenzando por las propias diferencias y desconfianzas que existían en el campo opositor, para construir una unidad lo más amplia posible conforme las circunstancias lo exigían. Y para seguir, un triunfo construido contra el enorme bloque de poder político, económico (nacional e internacional), judicial y mediático que teníamos enfrente. 

Un bloque que trató hasta último momento de sostener a Macri, o torpedearnos por todos los medios el camino a la victoria, y que desde mañana -desde hoy- tratará de llevar las cosas al punto en el que futuro presidente deba rendirse a sus exigencias, como pretendió Escribano de Néstor en el 2003. Será cuestión entonces de tener memoria, convicciones y firmeza para repetir su respuesta.

Porque nosotros somos los obreros con las patas en las fuentes del 17 de octubre del 45', la Resistencia Peronista, somos el "luche y vuelve" y los 30.000 compañeros y compañeras desaparecidos, el pueblo que reclamaba "paz, pan y trabajo" en la dictadura. Somos los compañeros y compañeras que hoy son presos políticos de este régimen de oprobio. Somos Néstor descolgando los cuadros, y Cristina despedida con una Plaza de Mayo repleta de gente. Eso somos, de ahí venimos, a ellos nos debemos: ese es el legado que tenemos que respetar y mantener, estando a su altura.

Ganamos nosotros y perdieron ellos, y demostramos que es falso el dilema que planteaba Vidal, respecto a que según fuera el resultado, estaba en riesgo la democracia: la democracia argentina está hoy más viva que nunca, a pesar de las maniobras y las mistificaciones de los que, en el fondo, solo creen en ella cuando ganan.

En todo caso lo que sí estuvo en disputa (y el pueblo argentino ha saldado esa disputa con su voto de un modo claro y contundente) es el espesor, la calidad y la amplitud de esa democracia, que no es solamente ir a votar cada dos años. Es también, y sobre todo, democratizar todos los aspectos de nuestra sociedad, incluyendo (como también dijo Cristina en Mar del Plata), de una buena vez, la economía. Menudo desafío tenemos por delante, pero por hoy festejemos, que bien merecido lo tenemos. Tuit relacionado: 

1 comentario:

  1. Hola. No se si vas a leer esto, pero no queria dejar de decirlo. Desde hace varios años sigo este blog. Cuando perdio Scioli alla por 2015 pense que se iban a extinguir todos, no obstante lo cual vi (con agrado) que seguias tu lucha desde tu lugar. En 2015, en 2017, siempre manteniendo las mismas ideas pese a todo. Hubo uchoas veces en las que no estuve de acuerdo con lo que decias, hubo muchas veces que si, y hubo tantas otras donde pense "uy, mira, nunca lo hubiera pensado de esta manera". Si bien no soy ni peronista ni kirchnerista, jamas votaria proyectos como los de Macri y me senti identificado con este blog cuando todo el mundo decia pelotudeces de Cristina y de Nestor. Nada, estoy en estado de ebriedad pero no queria dejar de decirte que, para todos los que estamos alejandos de la rosca, la politica, el proselitismo y todo eso, blogs como el tuyo nos dieron argumentos para rebatir cada una de las pelotudeces de los macrigatistas, asi que este triunfo (que muchos ya se estan encargando de minimizar) es gracias a personas como vos, o como J. R. Sentis, que no bajaron los brazos y siguieron adelante y nos llevaron a muchos a no perder nunca las esperanzas. Saludos.

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