lunes, 17 de febrero de 2020

POR SI NO QUEDÓ CLARO


Todos los días aparecen nuevas revelaciones del escándalo Vicentín: ayer contaba acá en Página 12 el Rulo Dellatorre como el consorcio dejó de pagar las cuotas del multimillonario préstamo del Banco Nación en agosto del año pasado, inmediatamente después de que Macri -a quien sus dueños apostaron con todo en las elecciones, vaticinando que ganaba en primera vuelta- perdiera por paliza frente a Alberto Fernández en las PASO.

El mismo artículo da cuenta de que, luego de haber quedado en mora en los pagos del préstamo, se le otorgaron nuevos préstamos por 105 millones de dólares para prefinanciación de operaciones de exportación sospechosas de haber triangulado dinero hacia sus propias empresas, para fugar capitales a través de sociedades off shore; práctica habitual en el sector.

La forma y modo de los movimientos fraudulentos de la gigantesca estafa autorizan a suponer que buena parte de los recursos mejicaneados al banco estatal fueron a parar directamente a la financiación en negro de la campaña electoral de Macri, más allá de los aportes declarados del grupo en la justicia electoral, que lo convirtieron en el principal sponsor oficial del sueño reeleccionista.

Pero el escándalo tiene obvias connotaciones provinciales, por el peso del grupo Vicentín en la economía regional: en la edición del sábado de Rosario 12 se señalaba en ésta nota que entre los imputados en la justicia está Gustavo Nardelli, uno de los principales ejecutivos del grupo, fallido candidato a gobernador de Santa Fe por el PRO el año pasado y -he aquí el dato de interés- presidente del directorio de Terminal Puerto Rosario (TPR), empresa controlada accionariamente por Vicentín.

La misma empresa a la cual, durante el gobierno de Lifschitz, el Ente Administrador del Puerto Rosario (ENAPRO) le firmó una prórroga por 25 años (hasta 2057) de la concesión para operar la terminal de cargas, que se vencía recién en el 2032; días antes del cambio de gobierno y la asunción de Omar Perotti.

Y esto es lo más importante, por eso lo destacamos: negociaban la prórroga mientras Vicentín (o sea, la controlante de TPR) estafaba al Estado argentino (es decir, a todos nosotros) dejando de pagar el préstamo con el Banco Nación, y accediendo no obstante eso a nuevos préstamos, que utilizar para triangular exportaciones falsas, y fugar dólares a paraísos fiscales.

Y el que firmó en representación de TPR con el ente portuario provincial (en tiempos del socialismo) esa ruinosa (para los intereses de la provincia) prórroga de la concesión hasta el 2057, o sea Nardelli, hoy está imputado en la justicia por la maniobra defraudatoria, que se consumaba en el mismo momento que firmaba la prórroga.

Pero como si todo eso fuera poco, el jueves pasado (o sea, hace nada y con el escándalo Vicentín ya en sede penal) apareció esta publinota en el diario de Nahuel Caputo, escrita a dos manos entre él y diputados del socialismo que -acaso por pudor- no dieron sus nombres pero son fácilmente identificables (hola, Pablo Farías), en la que piden abiertamente que el gobierno de Perotti "haga algo" para rescatar a Vicentín, de sus propias trapisondas.

¿Es necesario hacer una línea de puntos para unir las partes, o más o menos se entendió la idea?. Tuits relacionados:

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