De
cara a la discusión en la Cámara de Senadores de la provincia del
proyecto de Ley de Estado de Necesidad Pública en Materia Social,
Alimentaria y Sanitaria, de las Contrataciones Públicas, Financiera
y de Seguridad remitido por el Gobernador de la Provincia a las HH.
CC. Legislativas, el Consejo Ejecutivo Provincial del Partido
Justicialista de Santa Fe cree oportuno hacer conocer algunas
reflexiones.
En
las elecciones del 16 de junio del año pasado los santafesinos
votaron con contundencia por un cambio de gestión de los destinos de
la provincia, y una orientación diferente de las políticas
públicas, tras 12 años de continuidad de gobiernos de un mismo
signo político. Esa definición compromete por igual, en términos
de cultura democrática, a quienes fuimos favorecidos por el voto
popular, y a quienes no lo fueron.
El
respeto a la voluntad popular manifestada en las urnas debe
expresarse, en primer lugar y ante todo, en el reconocimiento expreso
del derecho que le asiste a quienes fueron elegidos para conducir los
destinos de Santa Fe los próximos cuatro años, de desarrollar el
programa de gobierno que propusieron a la ciudadanía, dentro del
marco de la ley y las instituciones de la Constitución.
En
una larguísima transición previa a la asunción del Gobernador Omar
Perotti y su equipo de gobierno, ese derecho elemental fue
desconocido, en tanto se lo condicionó a través de la formulación
del proyecto de presupuesto; y a menos de transcurrido un mes del
nuevo gobierno, la Cámara de Diputados, con mayoría opositora,
rechazó de plano un proyecto de ley de emergencia enviado por el
Poder Ejecutivo, para contar con las herramientas mínimas e
indispensables para atender una situación que a todas luces es
crítica.
Tan
crítica que, en sus aspectos sociales, alimentarios y sanitarios fue
calificada como de emergencia por el Congreso de la Nación, con
leyes que tuvieron el acompañamiento de las mismas fuerzas políticas
que niegan esa calificación en la provincia; en una inconsecuencia
lógica que no puede dejar de señalarse, y como si Santa Fe no fuese
parte del país, o estuviera exenta de sus graves problemas.
Por
el contrario, la situación financiera de la provincia – y por
carácter transitivo de sus municipios y comunas – es crítica, y
amerita dotar a su gobierno de las herramientas necesarias para
afrontar una crisis que ha heredado, y que no generó; herramientas
imprescindibles para poder honrar los compromisos contraídos en
nombre del Estado, atender a las necesidades básicas y elementales
de la sociedad que el Estado debe proveer, en especial las que
afectan a los sectores más desfavorecidos, y garantizar la
continuidad en la prestación de los servicios y cometidos a su
cargo.
En
la indiscutible situación de crisis presente, reivindicamos el rol
del Estado como árbitro para restablecer el equilibrio de los
distintos intereses cuando su evidente ruptura afecta una armoniosa
convivencia social. Los intereses sectoriales, por muy legítimos que
sean, no pueden anteponerse al interés público cuya tutela
constituye el fin último del Estado, ni a los de los más
desfavorecidos que requieren que éste llegue allí donde las fuerzas
del mercado los abandonan a su suerte.
A
poco que se analice objetivamente la situación provincial, se debe
concluir en que motivos para aprobar la ley enviado por el Ejecutivo,
sobran. Para lo que no hay espacio es para las especulaciones y
mezquindades políticas de corto vuelo, o para debates inconducentes
que los santafesinos saldaron con su voto, en las pasadas elecciones
provinciales.
Como
tampoco pueden existir ambigüedades ni deserciones en el compromiso
para combatir, con la ley en la mano y toda la energía que de ella
surja, al delito organizado en todas sus formas, que afecta la paz y
tranquilidad de los santafesinos, generando una legítima
preocupación que fue parte esencial de las razones que orientaron su
voto. Delito que, como dijo el Gobernador en su discurso inaugural
ante la Legislatura, fue creciendo en los últimos años al amparo de
tolerancias y complicidades en la fuerza policial, y en el propio
sistema político.
Nadie
pretende superpoderes, ni delegación de facultades extraordinarias,
ni quedar exento de los controles sobre el correcto uso de los fondos
públicos que establece el ordenamiento jurídico vigente. De hecho,
con facultades mayores y por un tiempo más prolongado contó la
gestión anterior, en especial en materia de seguridad. Argumentar
sobre esto es innecesario, basta una lectura de buena fe del texto
del proyecto de ley sometido por el Poder Ejecutivo al debate
parlamentario. Los ataques mediáticos y las operaciones de prensa
que sostienen lo contrario no pueden desplazar el legítimo debate
democrático, del espacio en el que debe darse: las instituciones
creadas por la Constitución de los santafesinos.
En
virtud de las consideraciones expuestas, el Partido Justicialista de
Santa Fe expresa su más rotundo apoyo a la gestión del Gobernador
Perotti, e insta a los legisladores de nuestros bloques legislativos
y de los de los partidos de oposición a respaldar el proyecto de ley
de Estado de Necesidad Pública en Materia Social, Alimentaria y
Sanitaria, de las Contrataciones Públicas, Financiera y de
Seguridad.
Faltaría un párrafo:
ResponderEliminarDada la situación límite por la que atraviesa la Provincia, se comunica a los legisladores de ambas cámaras pertenecientes a nuestro partido,que la falta de concurrencia al recinto, así como la abstención en la votación o el voto negativo al proyecto de ley, traerá como consecuencia su desafiliación al Partido Justicialista.
El Colo.