"Como se les nota el deseo de que a la selección le vaya mal en Brasil, para poder cargarle al gobierno el fracaso; como si a Sabella lo hubiera elegido Cristina, la lista de los convocados la hubiese armado Capitanich, y el esquema táctico del equipo se lo soplaran al oído al técnico los de la Cámpora. Lo que no les impedirá subirse al carro de los festejos si la selección se trae la copa; silbando bajito para pasar desapercibidos."
"Los que han leído a Jauretche (en especial el "Manual de Zonceras Argentinas") probablemente estén familiarizados con lo que él llamaba "zonceras de autodenigración": sofismas construidos desde la cipayería y el colonialismo mental, que tienen por propósito bajar la autoestima nacional, proponiendo invariablemente términos de comparación de la Argentina y los argentinos con otros países, que siempre nos son desfavorables. Hace poco Capusotto actualizó la idea en clave humorística con su personaje de Luis Solari, "el hombre que no viajó pero le contaron"; ése tipo que siempre te enrostra que en otros lados hacen las cosas mejor que acá, porque "éste es un país de mierda", precisamente la expresión que Jauretche citaba como arquetípica de ese modo de pensar."
"Se bandearon mal para el lado del caradeortismo, criticando en forma despiadada a Sabella y al equipo, o virando después hacia el ensalzamiento exagerado de cuanto rival se les pusiera enfrente; para acto seguido bajarles el precio cuando la selección lo dejaba en el camino. Como para ésta no les servía Lanata (que de fútbol entiende menos que Bruno Gelber) apelaron a los Bonadeo, los Souto, los Ariel Rodríguez y todos esos que podrían perfectamente jugar de nueve en la selección (a juzgar por sus comentarios sobre lo que harían ellos dentro de una cancha); pero por algún raro azar del destino eligieron trabajar en los medios y no deslumbrarnos con su magia."
Los textos precedentes -como habrán advertido- no son de ahora, pero podrían serlo perfectamente: cambien Mundial del 2014 por Copa América del 2021, y Sabella por Scaloni, y la conclusión de entonces aplica a hoy. Porque son tan los mismos soretes de siempre, que terminan siendo previsibles: los heraldos de la derrota nacional en cualquier plano, los apóstoles de la autodenigración, los profetas del desánimo nacional.
Los que nos quieren tristes, pobres, derrotados y acomplejados; tanto que parece que lo necesitaran, para ser felices ellos; y porque nos quieren quebrar el ánimo, para imponernos cosas que de otro modo no aceptaríamos. Aunque en éstas horas se disfracen de nosotros, tratando de mezclarse entre las multitudes que festejan, para pasar desapercibidos y medrar con la amnesia social, como siempre han hecho. Y no estamos hablando de fútbol, ni de periodistas deportivos, o al menos no sólo de ellos.
El campeonato va a ayudar con los votos. Todo suma.
ResponderEliminarLas mucamas de Magnetto desde que empezó la Copa, dormían con la camiseta de Neymar.
El Colo.