domingo, 17 de octubre de 2021

PERONISMOS, LEALTADES

 

Unos años atrás, y a propósito de otro aniversario de la muerte de Perón, decíamos acá: ""La astucia del régimen -que nunca renunció al imperativo de hacer desaparecer al peronismo, ni lo hará- le permitió comprender que lo que no pudo quebrar era más útil si se lo intentaba asimilar. Lo que denota la trascendencia política que tiene hacia el conjunto de la sociedad argentina la disputa al interior del peronismo, y allí que siempre sea este movimiento el campo de ensayo de todos los intentos de seducción, cooptación y divisionismo; muchas veces facilitados desde adentro. De ese marasmo neoliberal que lo dejó reducido a un conjunto de tolderías polìticas comarcales (haciéndole perder su sentido nacional, y aun continental), condenadas a la esterilidad política y  sin capacidad de incidir decisivamente en el rumbo del país, lo rescataron los gobiernos de Néstor y Cristina.".

"Con los errores y las limitaciones propias de toda experiencia política en tanto experiencia humana, el kirchnerismo volvió a colocar al peronismo en el rumbo de sus mejores tradiciones históricas, aquéllas que remiten a sus propósitos fundacionales y a su justificación ante la historia: no hubo en ese sentido después de los del propio Perón en la concreta experiencia histórica argentina, gobiernos más peronistas que los de Néstor y Cristina.".

"Algo que por supuesto y por obvias razones eligen cuidadosamente olvidar -o peor aun, discutir-  los que hablan de "la renovación del peronismo", y se ofrecen a construir el "post kirchnerismo"; o a "erradicar" del peronismo el "virus kirchnerista", para que supuestamente vuelva a ser "el peronismo de Perón". Un esfuerzo en el que la línea entre lo que pueden ser genuinos ensayos de "autocrítica" y revisión de los errores que se cometieron (la mayoría de las veces, los que cometieron otros) y los intentos más o menos desembozados de volver a uncir al peronismo como buey del carro neoliberal, es cada día más delgada. Tanto que ya casi no se la puede distinguir.".

"La disyuntiva entonces es muy clara, tan claro como Perón tuvo siempre el rumbo de su movimiento: o vamos hacia un peronismo que se proponga como alternativa política de ruptura y salida del nuevo experimento oligárquico en acelerada construcción, o marchamos otra vez a un peronismo que aporte todo su peso político y simbólico a la consolidación del régimen; y busque su lugar al sol dentro de él.".".

Las reflexiones tienen plena vigencia, en un nuevo aniversario del Día de la Lealtad que nos encuentra en un contexto político muy particular, en el país, y en el peronismo; un peronismo que a diferencia del momento en que fueron escritas -cuando gobernaba el macrismo- gobierna el país hace casi dos años.

Este peronismo de hoy, que ni siquiera pudo acordar un acto único para conmemorar su fecha bautismal o sometió la misma idea de celebrarla a un debate estéril, está en estado de ebullición tras la derrota electoral de las PASO, pero no está claro que esté intentando una estrategia efectiva para revertir el resultado de cara a las generales de noviembre. Al menos no desde quienes tienen la responsabilidad de conducirlo: los mayores esfuerzos están en seguir intentando -contra toda lógica- convencer a los que nunca nos votarán, en lugar de recuperar los votos de los que nos votaron hace apenas dos años.

Un peronismo que hegemoniza el "Frente de Todos" pero que, a despecho del real aporte y volumen electoral de cada uno de sus componentes, a la hora de las decisiones está claramente hegemonizado por los sectores conciliadores y acuerdistas: el PJ Capital, algunos de los gobernadores, la dirigencia de la CGT, el massismo. Es decir, con exclusión del kirchnerismo, al menos del núcleo central de las decisiones, y en consecuencia, del sentido y contenido de las mismas.

Un peronismo que, pese al retroceso objetivo de los contagios en pandemia y los ataques sistemáticos que recibe su gobierno de la derecha mediática, económica y política más rancia y concentrada, reniega de la movilización callejera (al menos su dirigencia); como lo comprueba lo que ocurrió con las idas y vueltas en torno a los actos del Día de la Lealtad,  convocados por afuera de las conducciones formales: el 17 de octubre será más "con la cabeza de los dirigentes", que con ellos a la cabeza. 

Un peronismo que más que un león hervíboro (como se definía a sí mismo Perón en su regreso al país tras la proscripción) parece vegano: renuncia a la disputa del poder con el poder real, vacila a la hora de poner en juego el peso institucional del Estado con regulaciones y políticas concretas, observa el deterioro del salario real de los trabajadores con escasas medidas para revertirlo, deja librado (al menos hasta la asunción de Felletti en Comercio) el precio de los alimentos al juego de las fuerzas del mercado. 

Y hasta deja la puerta abierta para una reforma laboral flexibilizadora, que el poder económico y la derecha reclaman en todos los tonos, para retornar al país anterior a 1943. Un peronismo, en definitivas, que no parece leal a sí mismo, a su propia historia. En el cual es cada vez más claro que buena parte de su dirigencia parece dispuesta -otra vez- a resignar banderas, y buscar un lugar bajo el sol del cielo de la oligarquía; dando por superada definitivamente "la anomalía kirchnerista". 

Un peronismo que, como decíamos hace poco acá, vive pidiendo perdón por haber ganado las elecciones; y busca en acuerdo con el poder real, lo que perdió en las urnas, por no haber cumplido con el mandato electoral encomendado en 2019. Será el momento entonces, como aquel 17 de octubre de 1945, que sea el pueblo el que lo rescate, para volverlo a poner en la senda que nunca debió abandonar. Hilo de Cristina, para no perderse: 

2 comentarios:

  1. Todo bien. Ella y la nota de ustedes compañeros. Viva la Patria, vivan Perón, Evita, Néstor y tantísimos compañeros. Viva el peronismo, el de Cristina: no el neoconservadorismo que ustedes tan bien describen en la nota: Avanti, con cerebro y corazón. Con peronismo. Un fraternal abrazo por este nuevo 17 !!!

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  2. "Porque esa propuesta, esa idea que tuvo la impronta de incorporar a los trabajadores al sistema de decisión de la política nacional sigue hoy más vigente que nunca."

    Si no se estira mucho el significado del término, hay pocos trabajadores en las listas.

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