viernes, 5 de enero de 2024

COMO ARMAR UN GOBERNADOR

 

En campaña, había que construirle una imagen de tipo duro, recio, decidido. Incluso con huevos para tomar decisiones: recordemos aquel inolvidable spot que mostraba un primer plano de su entrepierna, para que se le notara el bulto. Porque no eran tiempos para sutilezas.

Al mismo tiempo, tiene que aparecer como un tipo actualizado y moderno: no hay foto en donde esté en una reunión con gente en la que no tenga sobre la mesa la notebook, aunque sea apagada. Eso da además la imagen de que es un obsesivo por los datos, los números, la información, aunque jamás tire uno.

Un capítulo importante en la construcción de la imagen de tipo recio y decidido, es la bukelización: mucha promesa de cárceles de alta seguridad para narcos, mucho traslado de presos de un lado a otro con gran despliegue de patrulleros, canas disfrazados de SWAT y cosas por el estilo. Lo importante es que la gente piense que votó a Rambo, o Schwarzenegger, alguien dispuesto a ir a cagar a tiros a los narcos en persona, si fuera necesario.

El discurso público del tipo se arma fácil: basta con repetir los cuatro o cinco lugares comunes que el público espera oír, e irlos intercalando en distintos momentos: mucho "tenemos que recuperar la cultura del esfuerzo", "el que las hace las paga", "hay que sacarle el pie de encima (o el freno de mano, también puede ser) a los que producen", "nuestro gobierno será austero, transparente y honesto". El orden es indiferente, y a veces, el contexto también: lo importante son las consignas.

Es fundamental deslizar críticas al gobierno anterior, dando a entender que se recibió una herencia pesadísima, que habrá que hacer esfuerzos gigantescos para afrontar obligaciones elementales como pagar sueldos y -esto es mucho muy importante- deslizar que se están investigando cosas; porque se sospecha que existió corrupción, o como mínimo agachadas, curros varios, irregularidades, avivadas, cosas raras.

Y mientras se investiga -y con la excusa de que hay que investigar, reordenar, acomodar, repensar- se van volando de a una todas las cosas que en campaña se prometió que se iban a mantener: Billetera Santa Fe, el boleto educativo gratuito. De última, ya se advirtió que "pasaron cosas" (que no se podían conocer en detalle estando afuera del gobierno), y hay que apostar a que la gente entienda y acompañe. 

El tipo tiene que aparecer siempre hablando de temas serios (educación, seguridad, obra pública), pero sin decir nunca nada concreto, que se pueda comprobar y por ende y llegado el caso, desmentir: pocas o ninguna cifra, cero precisiones pero siempre con frases matadoras: "vamos a defender a Santa Fe con uñas y dientes", "en nuestro gobierno se acabó el facilismo" (puede ser de la no repitencia escolar, o lo que venga), y cosas por el estilo.

Y hay que aparecer hablando (no haciendo: hablando, pero de un modo que parezca que se hace) todos los días, en todos los medios posibles. Porque la idea es mostrar que estamos ante alguien activo, ocupado y preocupado por la gestión. Para eso son claves las reuniones de gabinete o los viajes a Buenos Aires para hablar con funcionarios nacionales, aunque después nadie se preocupe por informar que resultados se obtuvieron, o que decisiones concretas se tomaron.

Con eso y algún que otro detalle que se nos puede estar escapando, ya tienen construido no un candidato, sino hasta un gobernador. No busquen más, no rasquen pensando que hay otra capa oculta por debajo de la visible: con eso alcanza y por ahora, sobra.  

Tuits relacionados: 

No hay comentarios:

Publicar un comentario