OTRO CANDIDATO A PRESIDENTE DE LA AFA

Y no podía faltar: así como Reutemann apareció al filo del cierre de campaña para capitalizar los votos de Del Sel, el otro gran responsable del vaciamiento del peronismo en los últimos 20 años, Jorge Obeid, aparece después en esta nota en El Litoral.

Y ya que habla de fútbol, nosotros vamos a jugar cortito y al pie: Obeid (que se pasará la vida rindiendo pleitesía a la oligarquía santafesina para que le crean que él no puso la bomba en el Club del Orden) nos quiere hacer creer que el domingo votó por Agustín Rossi, cuando en la misma nota está diciendo que no sabe "por cual de los candidatos peronistas" va a votar en las elecciones nacionales.

Está escuchando ofertas el hombre parece, y cualquiera le cabe: Cristina, Duhalde o Rodríguez Saá, lo mismo da.

Automarginado del proceso electoral santafesino -aunque se victimizó haciendo correr que había bolilla negra para él desde Olivos-, despotrica contra un acuerdo político del cual sus propios referentes fueron parte, y en base al cual formaron parte de las listas del PJ el domingo, e ingresarán a la Legislatura, intendencias, concejos municipales y comunas.

Cabría preguntarles a Silvina Frana, Mario Lacava o al mismo Omar Perotti (que ratificó su alineamiento con el acuerdo aceptando la candidatura de diputado nacional) que opinan de las declaraciones del ingeniero.

También cabría preguntarse que parte de los 20 años que entre él y Reutemann (más Reutemann que él, que se resignó a ser su mucamo) manejaron los destinos de la provincia y del Partido Justicialista no fue reivindicada durante la campaña electoral por Agustín Rossi y los demás candidatos, y a criterio de Obeid debió haberlo sido.

¿Tal vez la privatización del Banco Provincial y la represión a los trabajadores que se oponían, o la de la DIPOS que terminó en un estruendoso fracaso? , ¿o quizás la repesión y las muertes de diciembre del 2001, o la inundación del Salado del 2003?

Por el contrario, en el debate televisivo entre los candidatos a gobernador, Agustín Rossi argumentó en contra de Bonfatti exhibiendo los logros del gobierno de Obeid en materia de obra pública, pero parece que para él no fue suficiente.

Sin ir más lejos, ante la mentira socialista del 82 % móvil nosotros acá hicimos lo propio; claro: no podemos pretender que Obeid nos lea. Como tampoco se le puede pedir lealtad, parece.

Cuestiona también a los candidatos, omitiendo un detalle fundamental: fueron elegidos no ya por los afiliados peronistas, sino por el conjunto de los santafesinos a través del sistema de internas abiertas, establecido por él cuando fue gobernador de la provincia; internas abiertas en las que perfectamente hubiera podido presentarse o apoyar abiertamente a alguno de los candidatos, nada se lo impedía.

A menos que el respeto que reclama por las reglas de juego sólo valga para los demás, y para él solo en el caso de que, de acuerdo con esas reglas, gane.

Porque de lo contrario si no le gusta el resultado, sale de la cancha enfurecido como el peor de los barrabravas, como cuando quiso hacerse el sheriff arrestando a un policía al final de un partido, enojado porque a Unión le cobraron un penal sobre la hora con el que perdió.

¿Qué candidatos le faltaron al peronismo provincial, a criterio de Obeid?, ¿debieron estar en las listas del PJ Gustavo Víttori, Rogelio Alaniz, Teresa Pandolfo, monseñor Storni, Roberto Gollán o Santiago Rabasedas, para que fueran de su agrado?

¿Serían tal vez esos u otros amigotes de Obeid más adecuados para hablarle al pueblo peronista?

Es insólito que -con esas compañías y alianzas que escogió para gobernar Santa Fe- diga Obeid que en la campaña pasada “Se lavó mucho el discurso histórico del peronismo" .

Insólito si no fuera mentiroso, desleal, rayano en la hijoputez: ¿qué carajo tiene que ver el discurso histórico del peronismo, con lo que pasó en el PJ santafesino los últimos 20 años? 

Y después el hombre se mete de lleno a hablar de fútbol, obviamente por la brecha donde le interesa al socio de Clarín en Artes Gráficas del Litoral -en cuya inauguración también estuvo, tal vez al igual que Binner no debe saber cual es la relación entre ambos- y la emprende contra el Fútbol Para Todos y la reestructuración de los torneos que plantea la AFA.

Rarísimo: no dijo Obeid en su momento una palabra de la millonada de pesos que el gobierno de Binner -al fin y al cabo, es parte de la oposición al Frente Progresista, o se afilió al socialismo y no nos enteramos- destinó a financiar la Copa América, y ahora le preocupa el Fútbol Para Todos.

Lógico, todos estaban felices de mostrar que Santa Fe era Johannesburgo y no Soweto, como diría el Chino Garcé. Tampoco le preocupó entonces que Barletta escondiera a los limpiavidrios hasta que termine el torneo.  

Como tampoco dijo nunca nada de la ponchada de mangos que el socialismo gastó en los stands de Expoagro cada año; ahí no le preocupaban a Obeid los pobres y desfavorecidos, porque la plata iba a los bolsillos de los patroncitos, que perdieron el negocio del fútbol codificado.

Dice Obeid que el kirchnerismo está acostumbrado a cambiar las reglas de juego, repitiendo una gran pavada nacional a la que se la rodea de solemnidad, para hacer creer que se dice algo.

Mirá vos si Perón hubiera pensado igual que él: no hubiera habido aguinaldo, paritarias ni Estatuto del Peón de Campo, porque esas eran las reglas de juego cuando él llegó al gobierno: los trabajadores no tenían derechos.

No hubiera nacionalizado el Banco Central o el comercio exterior creando el IAPI, porque las reglas de juego eran que al primero lo manejaban los bancos privados, y el segundo estaba en manos de Bunge y Born, Gargill, Dreyffus y otros pulpos multinacionales.

Si el peronismo hubiera respetado las reglas de juego, no hubiera habido peronismo; así de sencillo.

Sin embargo las ingeniosas ideas del ingeniero Obeid acerca del peronismo, su pasado, su presente y su futuro podrían tener aplicación útil: que aproveche el mal momento que está pasando Julio Grondona, y se candidatee a presidente de la AFA.