En el transcurso de la campaña electoral de las elecciones provinciales, Agustín Rossi planteó como una propuesta en salud, que el Estado provincial se hiciese cargo de los tratamientos de fertilización asistida; tomando como ejemplo la ley que en ese sentido sancionó la provincia de Buenos Aires el año pasado.
Lo reiteró en el debate televisivo entre los candidatos, y en ese momento Bonfatti lo desestimó, condicionándolo a un análisis más abarcativo de las problemáticas de salud; como lo pueden ver acá en el video:
Parece que después de las elecciones, y de los rajes en el área de Salud de funcionarios identificados con el kirchnerismo y Agustín Rossi lo pensaron mejor; porque ahora el ministro Cappiello anuncia que la provincia comenzaría a hacerse cargo de los tratamientos de fertilización asistida de los afiliados del IAPOS, y de los pacientes que carezcan de obra social o prepaga.
La medida no deja de ser una buena noticia, pero los anuncios oficiales (que por ahora son sólo eso: anuncios, algo a lo que el socialismo nos tiene acostumbrados) despiertan algunos interrogantes.
Primero pareciera que los tratamientos (gratuitos para los pacientes, con costo a cargo del Estado) estarían disponibles en todos los hospitales provinciales; y el programa requeriría de una inversión pública de cien mil dólares (en una primera etapa) y de otros doscientos cincuenta mil dólares para una segunda etapa.
Pero luego -en la letra chica de los anuncios, digamos- Cappiello dice que en la primera etapa el Ministerio de Salud de la provincia cubrirá los tratamientos de fertilización asistida de menor complejidad (que cuestan entre tres y cinco mil pesos cada uno), y exclusivamente en el Hospital Centenario de Rosario.
Que casualmente es uno de los dos hospitales municipales rosarinos que la provincia viene subsidiando desde hace más de dos años conforme lo contáramos acá; inyectando fondos por casi 130 millones de pesos al año; pero para atender los casos de "alta complejidad"; o al menos eso dice el convenio aprobado por este decreto de Binner.
No sea cosa que una necesidad social sentida (en este caso la de las parejas con problemas de fertilidad) sea aprovechada por el gobierno provincial, una vez más, para tirarle una soga financiera a la municipalidad de Rosario.
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