Si existía un área de la gestión estatal en la que el socialismo había despertado expectativas al asumir el gobierno de la provincia en diciembre del 2007 era la salud pública, por los pergaminos que acreditaba en la gestión municipal de Rosario (de hecho, el propio Hermes Binner fue Secretario de Salud Pública en la gestión de Héctor Cavallero), una de las pocas municipalidades que tiene bajo su órbita hospitales.
En una entrada anterior, analizábamos como la gestión del ministro Cappiello había empleado las partidas que manda la Nación en concepto de Fondo Federal Solidario (Fondo Soja) para comprar equipamiento destinado a los hospitales provinciales, fondos que en realidad están originariamente destinados a la ejecución de obras públicas, pero que permanecían ociosos en las arcas provinciales por la notoria ineficacia de la administración del Frente Progresista.
Decíamos entones que esa decisión del gobierno provincial evidenciaba su escaso compromiso con la salud pública, porque no destinaba a esos fines partidas de sus propios recursos, algo que repetiría luego con este decreto (que hizo ascender lo gastado en equipamiento con el Fondo Soja a $ 26.161.971,73), y con este otro, en este caso para la compra de ambulancias; todo a contrapelo de sus antecedentes y de lo que el propio gobierno de Binner decidió antes, en la misma área de gobierno.
En efecto, en mayo de 2009, por este decreto de Binner se aprobó un convenio entre el Ministerio de Salud de la provincia y la Municipalidad de Rosario, por el cual dos hospitales públicos de ésta última (el "multiinaugurado" HECA al que corresponde la foto que ilustra el post, y el de Niños "Víctor Vilela") eran contratados por la cartera de Cappiello como si fueran empresas de medicina prepaga, con una cuota o cápita fija a abonar por la provincia mensualmente, presuntamente para la atención de la población que no contara con cobertura de salud, así como para los casos denominados genéricamente "de gran complejidad".
Esa suma era calculada en $ 7.864.000, y se correspondía exactamente con el gasto que por entonces le demandaba a la administración rosarina mantener -cada mes- ambos hospitales (así lo dice claramente el convenio), de modo que se pactaba un subsidio encubierto del gobierno provincial, a la Municipalidad de Rosario. El convenio tuvo sus bemoles legales, por cuanto fue observado por el Tribunal de Cuentas y eso motivó que Binner insistiera en su ejecución.
El Tribunal de Cuentas objetó el acuerdo señalando que "la decisión tomada, carece de probada razonabilidad para justificar el acto dictado por el Poder Ejecutivo, habida cuenta de la falta de antecedentes integrativos del procedimiento. …se prescinde de la necesaria intervención de los estamentos técnicos ministeriales con competencia propia para llevar adelante la política de salud, informando si alguno de los Hospitales Públicos Provinciales dependientes del Nodo Rosario disponen –ó no- de los niveles de alta complejidad que motiva el presente Convenio, como así tampoco se acredita si, los dos efectores municipales, cuentan con la capacidad y tecnología que les permita brindar cobertura para la totalidad de las prestaciones de alta complejidad que se requieran; ...No obran datos estadísticos suministrados por los efectores públicos provinciales del Nodo Rosario, que reflejen la existencia de demanda insatisfecha en prestaciones de salud de alta complejidad o, en caso de haberse brindado dicha cobertura mediante el Sistema de Derivaciones al Sector Privado (s/ Resolución Nº 1838/08 MS y modificatoria), el detalle de la cantidad de estas derivaciones, lugar de procedencia de los beneficiarios, prácticas realizadas y montos abonados...".
Nada de eso importó a Binner que tenía sus propias razones para seguir adelante con el convenio, y más aun: para modificarlo en dos oportunidades en lo que va de este año: primero por este decreto, que establecía una valorización tentativa de las prestaciones (admitiendo así implícitamente que la observación del TC tenía razón), y luego a los pocos días por éste otro, por el cual el monto mensual que la provincia paga a la Municipalidad se elevó a $ 10.015.360 (es decir un 27,35 % de aumento respecto al vigente en el convenio original), y sujeto a reajustes de acuerdo a la ejecución presupuestaria efectiva de ambos hospitales; lo cual definitivamente demuestra que se trata de un subsidio para su funcionamiento, más que un programa prestacional.
Y un subsidio no menor: como pueden ver aquí en el sitio oficial de la Municipalidad de Rosario, el rubro "Venta de servicios de la Administración Central municipal" representaba en el 2008 (es decir, antes de la firma del convenio con la provincia) ingresos anuales por apenas $ 3.785.800 (un 0,33 % de los recursos del gobierno de Lipschitz), y pasará a representar este año $ 126.954.649, es decir el 6,46 % de los recursos municipales rosarinos, o lo que es lo mismo su incidencia en las cuentas del socialismo en su bastión electoral ha aumentado -por obra y gracia del convenio firmado con Binner- 19,57 veces en apenas tres años.
En el Presupuesto provincial 2011, lo que el Estado santafesino debe pagar por el convenio a la municipalidad estaba estimado en $ 123.579.000 (la diferencia obedece al último de los decretos citados, y su cláusula de reajuste), que se pueden comparar por ejemplo (para evaluar cuanto hay en la gestión provincial de compromiso con la salud pública, y cuanto de "ayudita a los amigos") con lo que el área de Cappiello recibirá de la Nación para la atención médica en los hospitales provinciales de los beneficiarios de las pensiones no contributivas del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, o lo que los mismos hospitales planean recaudar por facturación a las obras sociales, cuando atienden a pacientes que tienen ese tipo de cobertura.
En el primer caso son $ 19.033.000, y en el segundo $ 18.176.000, lo que implica que la provincia transferirá este año al municipio rosarino (en las poco claras condiciones del convenio firmado en el 2009) fondos equivalentes a 6,49 veces lo que recibe de la Nación para el fin indicado, y 6,80 veces lo que percibirá de las obras sociales, por la atención de sus afiliados en el sistema de salud pública provincial.
Y terminamos con otras cifras comparativas: en el año 2008 lo gastado por el Ministerio de Salud de la provincia fue el 7,69 % del total del gasto provincial, y si a partir del 2009 se excluyen los fondos que se destinan a financiar los hospitales rosarinos, el porcentaje descendió al 7,62 % ese año, y al 6,29 % en el 2010 (cifras estimadas en el Presupuesto, al no disponerse aun de la Cuenta de Inversión del año pasado, el porcentaje definitivo puede ser un poco mayor pero sin revertir la tendencia decreciente del gobierno de Binner).
Lo presupuestado en Salud para este año representa (sin los fondos del convenio con la municipalidad) el 6,99 % del gasto público provincial, importe que se corresponde casi exactamente con la proyección que arrojan los datos disponibles del 2010, lo que implica que tampoco este año hubo una decisión del gobierno de Binner de inyectar más recursos a la salud pública.
Y es que hablando de salud, el socialismo parece dispuesto a invertir dinero, pero siempre que esté destinado al primer amor.
2 comentarios:
No sean cara dura, pusieron la foto del hospital heca de rosario, que fue una obra de realisaza por el intendente binner financia 100% por la ciudad de rosario, el gobierno de la nacion jamas aporto un centavo...
Y usted no sea analfabestia: el post no dice nada de los aportes del gobierno nacional, aprenda a leer antes de enojarse. Y el HECA fue construído con préstamos internacionales garantizados por el gobierno de Menem, y avalados por el provincial de Obeid; que además otorgó fondos provinciales para ese fin.
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