lunes, 16 de enero de 2012

CLARÍN QUIERE QUE CREAMOS QUE EL PAÍS SE INCENDIARÁ POR UN 5 %


La tapa de ayer de la corneta es otra muestra de que -si es como dicen ellos- la ley antiterrorista se aplicara a los periodistas, parecen no amedrentarlos mucho.

Cualquiera que tenga un mínimo conocimiento de la mecánica de la negociación colectiva (aunque sea como trabajador, empresario o sindicalista) sabe que es un clásico que la partes muestren los dientes antes de sentarse a negociar, planteando "pisos" o "techos" de los que no se piensan mover, para después negociar en serio.

Eso viene pasando no ya desde hace ocho años (cuando el kirchnerismo reflotó las paritarias) sino desde que existe el mecanismo de negociación colectiva en la Argentina; siempre y cuando estuviera vigente y no suspendido, como en las distintas dictaduras que padecimos.

Jamás el gobierno ha tomado en cuenta la llamada "inflación del INDEC" (no existe tal cosa como tal, se publican índices de precios, más o menos creíbles, más o menos complejos, la inflación es otra cosa) para fijar pautas; y en todo caso el 18 % -como bien lo señala acá Artemio- no estuvo en boca de ningún funcionario, y si en algún lado figura, es en la pauta de aumento del gasto en "Personal" del Presupuesto nacional 2012.

Y ni aun ahí es indicativo de nada de cara a las paritarias, porque otras partidas del gasto público se aumentan o prevén aumentar más o menos en esa banda, y ese mismo 18 % de aumento del gasto del Estado nacional en sus empleados, hay que ver como se distribuye al interior de la planta.

Si fuera por eso, uno tendría que decir que nunca ningún gobierno planea en su Presupuesto aumentarles los sueldos a sus empleados, porque no hay previsiones presupuestarias al respecto: acá en Santa Fe por ejemplo sucede lo mismo; cosa que cualquiera puede corroborar analizando la evolución de las cuentas públicas.

Después la dinámica social y el comportamiento de las variables económicas (la inflación, el nivel de actividad económica, la evolución de los ingresos fiscales, el comportamiento del mercado del trabajo, la rentabilidad empresaria de cada sector, etc) son las que determinan como cierran las paritarias; que además nunca lo hacen -ni lo hicieron antes- con una pauta uniforme, justamente por la enorme dispersión salarial que existe, aun dentro de los sectores con empleo formal.

Si a eso le sumamos que la propia tapa catástrofe de Clarín hace la salvedad de que los gremios aceptarían cerrar las paritarias en torno al ya famoso 18 %, a condición de poder revisarlo a los seis meses de acuerdo a como evolucionen las cosas (fundamentalmente la inflación), queda más que claro que hay en ese titular mucho ruido, y pocas nueces.

Por no decir que hay muchos sectores empresariales que tienen espaldas muy anchas para bancar ese (supuestamente catastrófico) 23 %, y mucho más; así que lo que persigue Clarín con la tapa es lo de siempre: sembrar el terror.

Así les fue el 23 de octubre, y así les seguirá siendo si insisten por el mismo camino.

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