Ante este anuncio de los gobernadores de Chubut y Santa Cruz revocando a YPF concesiones en sus provincias para la explotación de yacimientos petroleros, cobra mucha actualidad lo dicho en éste post y en éste otro.
La decisión cuenta con el firme apoyo del gobierno nacional, que además objetó la propuesta del directorio de la empresa en manos españoles, para volver a repartir utilidades en lugar de invertir las abultadas ganancias que tuvieron el año pasado, para lograr el objetivo de incrementar la producción y disminuir las necesidades de importar combustibles.
En el mismo marco otras provincias como Mendoza (y las mismas Chubut y Santa Cruz, en otras áreas) están intimando a Repsol a explicar por qué no cumplió con las metas de inversión y producción previstas en las concesiones; bajo apercibimientos de revocarlas.
Mientras se la obligó (junto con otras petroleras) a retrotraer los precios que aumentaron en un 30 % en el caso del combustible para aviación, y al transporte público de pasajeros y al de carga, con maniobras de cartelización.
Son todos hechos que marcan a las claras la decisión del Estado (nacional y de las provincias) de avanzar en el arduo camino de recuperar el control sobre un recurso estratégico .
Decisiones que obviamente no van a ser fáciles ni mágicas, porque se enfrentan a una multinacional poderosísima que tiene detrás suyo el respaldo del Estado español, y toda la infraestructura jurídica legada por el menemismo a su favor.
Seguramente las medidas tomadas por las provincias incidirán en la situación de la empresa (la calificación de su deuda fue bajada, y sus acciones en la Bolsa cayeron); lo cual hará que los medios vuelvan a agitar el fantasma de la re estatización.
Algo que no es para nada sencillo, pero soñar no cuesta nada y -de cualquier modo- lo que hoy sucedió va por el buen camino.
Que buena noticia, de a poco vamos reconstruyendo el patrimonio nacional después del saqueo del menemismo.
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