ESTÁN DISPUESTOS A TODO PARA SALVAR SU PROPIO PELLEJO

 

La editorial de La Nación de hoy hay que transcribirla completa, para que quede clara constancia de todo lo que están dispuestos a hacer los ideólogos de todas las dictaduras de nuestra historia, para salvar su propio pellejo.

No es que sorprenda que lo hagan, pero inquieta pensar que en algo deben andar para exponerse tan desembozada y explícitamente su apología del genocidio; algo que ni siquiera un tibio esbozo de condena (menos de un renglón en una nota de 72) puede disimular: han apelado a todos los argumentos autoexculpatorios de Videla y toda la caterva de asesinos, cada vez que les tocó comparecer ante la justicia de los tribunales de la democracia; desde el juicio a las Juntas ordenado por Alfonsín.

La nota vomita y escupe desprecio por los muertos, por sus familiares (aunque finja condolerse de ellos), por la democracia, por el voto del pueblo argentino (cuando dice que la sociedad "admite" que ex terroristas estén en el gobierno), por las instituciones, por la justicia que ha condenado a parte de los responsables de la matanza.

Transita todos los lugares conocidos de los Pando y los Videla, de los Suárez Mason y los Díaz Bessone: el baño de sangre se justificaba porque la Argentina iba en camino de convertirse en otra Cuba, las organizaciones armadas tenían el apoyo de gobiernos extranjeros, Luder ordenó el aniquilamiento y los militares no hicieron más que cumplir su orden.

No existe la más mínima mención al asalto armado al poder en el 55', los 18 años de proscripción política del peronismo, el bomardeo de la plaza, los fusilamientos del 56': la violencia política en la Argentina -al parecer- empezó a fines de los 60', y la originaron las organizaciones armadas; nunca se la ejerció en forma institucionalizada desde el Estado: un falseamiento atroz de la verdad histórica. 

Llegan al extremo de bancar al "Camarón" de Lanusse y decir que, si el Congreso no lo hubiera disuelto en el 73', no hubiera existido la represión ilegal, los centros clandestinos de detención, las torturas: o sea que la culpa de la ESMA la tiene el gobierno de Cámpora según ese razonamiento; que exculpa a bestias como Astiz, Donda, el "Tigre" Acosta o Camps.

Están pidiendo mucho más que el cese de los juicios por la verdad: están pidiendo a gritos una amnistía para los que ya fueron condenados.

Pero todo ésto no es casual: tiene el deliberado propósito de provocar, de enardecer para provocar alguna reacción, y de llamar a filas a las células dormidas que añoran aquel país donde todos éramos "derechos y humanos"; y que no vacilarían en volver a llevarse puesta a la democracia argentina si tuvieran la oportunidad.

Y lo hacen porque sienten que la justicia está tocando a su puerta, porque todo ésto no tiene ningún propósito altruista o de pacificación nacional: simplemente están tratando de salvar su cuero, por Papel Prensa, por la complicidad civil con la dictadura a cambio de negocios, por los titulares mentirosos fraguando "enfrentamientos" para blanquear asesinatos en masa, por la euforia triunfalista en Malvinas.  

De eso se trata todo ésto, y hay que estar atentos.