Uno entiende que las ediciones digitales de los diarios se van actualizando, y hay noticias que estaban en primera plana y van quedando abajo desplazadas por otras que aparecen en el transcurso del día, pero que la edición del diario sea digital no implica que desaparezcan los secretarios de redacción o los tipos que hacen sus veces, encargados de definir permanentemente que es lo primero con que se encuentra el lector al abrir la página; o que noticia es considerada más importante que otra por cada medio, de acuerdo a su línea editorial.
Pero de ahí a cubrir el golpe de Estado en Paraguay poniendo en un plano preponderante el llamado del presidente de facto golpista a la "comprensión" de los países de Sudamérica para no sufrir sanciones por el quebrantamiento del orden constitucional, antes que las expresiones de condenas de esos países (y si no les gusta Cristina, la más contundente fue la presidenta de Brasil, país que siempre nos ponen como ejemplo a seguir), en cumplimiento de los pactos internacionales firmados; hay un largo trecho.
Y si encima a la condena del golpe la ponen chiquita después de la autorizadísima opinión de José Luis Chilavert en materia politica avalando el golpe, y abajo de una interesantíisima nota sobre como será lavar la ropa por Wi Fi, y al lado de una caída de un ascensor desde el octavo piso, y menos destacada, es como demasiado.
Y si encima uno le pega una mirada a la sección de columnas de opinión del diario, se encuentra con esto:
O séase: tres columnas de opinión y una editorial, y ninguna de ellas referida al golpe de Estado en Paraguay, ya la cosa pasa de castaño a oscuro.
Porque si alguno pensó que la editorial expresaba la indignación de La Nación por la impunidad de que gozarán en el futuro los que desalojaron a Lugo del poder, se equivoca: habla de Antonini Wilson y el caso de la valija
Disimulen un poco muchachos: se les nota demasiado que el golpe de Estado en Paraguay les cayó bárbaro, tanto como para no condenarlo, y si no lo elogian, es para no ponerse taaaan en evidencia.
Les gusta tanto, que se mueren de ganas porque acá pase algo parecido.
Lugo es un poquitito tibio, tan tibio como la misma palabra "poquitito" que puse para suavizar un poco, y que no se tergiverse, NO ESTOY DICIENDO que sea mal presidente o que esté bien lo que hacen los hijos de puta amigos de Macri, sino que, lo escuché después la parodia de destitución, fue tibio.
ResponderEliminarCon mucho más que perder (la vida) y salvando las distancias evidentes, Allende se calzo y estuvo de pié resistiendo hasta el último momento (su muerte) y Lugo ni fue al congreso a que lo saquen a patadas, por lo que hubiera conseguido apoyos mayores a los muchos que hoy tiene pero que quien sabe si servirán a la larga (recordemos la experiencia de Zelaya)
Encontré alguien más que ve la cosa como yo
ResponderEliminarhttp://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-197261-2012-06-26.html
Y otro
ResponderEliminarhttp://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-197262-2012-06-26.html