jueves, 26 de julio de 2012

LA BICICLETA


Por A.C.

Yo nací muchos años después que ella se fue.

No la conocí.

Pero me contó un hombre que se sentaba

a tomar fresco en una vereda de mi barrio,

que él sí la conoció.

Y me contó que nunca olvidó esos ojos,

llenos de luz, de bondad,como una santa, me decía.

El había ido a buscar la bicicleta que siempre quiso tener,

pero que en su casa no podían comprarle.

Y ahí la conoció, mientras le daba una bicicleta

y le acariciaba su cabecita de pibe.

Y él no podía dejar de mirarla.

Agarró la bicicleta, pero no se fijó ni en el color

que le había tocado, porque solo la miraba a ella.

Me contó que le dijo gracias  y que ella le contestó de nada,

que la disfrutes hijo, le sonrió y le dio un beso en la frente.

Y me contó que al tiempo, una noche, lloró mucho, mucho,

cuando se enteró que se había muerto.

Pero nunca olvidó esos ojos y ese beso, y me contó

que durante toda su vida, cada vez que se sentía triste,

se pasaba la mano por la frente, por el lugar del beso,

y al acordarse de ella la tristeza se le iba.

2 comentarios:

  1. AC terminé de leerlo con los ojos vidriosos un abrazo a vos y a tus compañeros.

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  2. Mirá que escribiste lindo AC...!!!! está terminando un día especial y yo también estoy con los ojos así... como dice anónimo...
    Gracias

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