jueves, 26 de julio de 2012

LA DERECHA TIENE UN PROBLEMA CON SU PROPIO RELATO


Por Raúl Degrossi

Este asunto del corte de luz a las plazas porteñas, donde un problema de gestión del inútil de Macri (o un caprichito de no pagar una factura de 50 millones porque la ciudad es "discriminada" con las tarifas), se convierte en un drama nacional, da para -demás de cagarse de risa- reflexionar sobre las dificultades del relato político de la derecha argentina, y los medios hegemónicos que la expresan.

Hace pocos días Oscar Cuervo reflexionaba en el blog La Otra en éste excelente post sobre lo que llamaba con acierto "el fracaso del relato del relato"; es decir las dificultades de la oposición al kirchnerismo de construir una alternativa política desde la pura crítica o la espera del fracaso o el derrumbe del gobierno, sin llegar tampoco en el camino a articular un discurso político medianamente creíble, lógico y verosísmil.

Un discurso que además capte a fracciones del electorado por afuera de los "convencidos" de los lugares comunes simplotes y pavotes que se repiten todos los días, y que terminan siendo no mucho más que una sucesión interminable de significantes vacíos; que por esa razón no pueden captar nuevos sectores que les permitan acumular masa crítica que les reditúe en términos electorales: los resultados del 23 de octubre (tras ocho años y medio para entonces de insistir por esa vía) explican con números contundentes lo que trato de decir.

Y con la construcción de la "esperanza blanca" opositora pasa más o menos lo mismo: desaparecida de la escena política (por disolución electoral) Elisa Carrió, quedó claro que el mesianismo moral de la prepolítica que ella expresaba tenía poquísimas chances de construir una alternativa al kirchnerismo, sobre todo cuando la economía funciona, y lo que se elige es el presidente.

Las cosas podrían cambiar hacia las elecciones legislativas del 2013 con otro contexto económico, pero no demasiado, y sin muchas posibilidades de cambiar drásticamente el panorama político de cara al 2015.

Y en la búsqueda de alternativas para reemplazar al trueno naranja por parte de los medios opositores (autoerigidos responsables de vertebrar la alternativa política que concluya el ciclo kirchnerista) están rondando de un tiempo a ésta parte en torno de aquéllos que pueden acreditar experiencias (que no implica necesariamente atributos) de gestión, cosa que la pitonisa chaqueña no podía exhibir.

Y así desfilaron (y desfilan) por el ágora mediática Binner, Macri y últimamente Scioli, aspirantes al sitial de esperanza blanca que tienen una característica en común: son presentados por esos medios como víctimas de un modo mafioso de ejercer el poder (el del kirchnerismo), que los extorsiona retaceándoles recursos, poniéndoles todo tipo de trabas u obstáculos con el perverso propósito de sabotear sus gestiones (la de Binner cuando gobernó Santa Fe, hoy extensivo el planteo a su delfín Bonfatti) para que no desplieguen por completo sus maravillos planes; porque si la gente los pudiese conocer, oscurecerían al gobierno nacional y eso provocaría un cambio sustancial en las preferencias electorales de los argentinos.

Supongamos por un momento que el "relato" así descripto fuera verosímil, que el kirchnerismo no fuese más que una banda mafiosa movida por la sóla y oscura intención de rapiñar fondos públicos, sin ningún tipo de motivación política superior: ¿no es razonable pensar que esa clase de gente -siguiendo el mismo razonamiento- arbitraría todos los medios a su alcances para permanecer en el poder y usufructuar sus beneficios?

Si a eso le sumamos -porque también se dice ésto- que el oficialismo emplearía los recursos materiales de que dispone (las "cajas") para instrumentar mecanismos clientelares que mantendrian cautivos a vastos sectores del electorado (simplificación pavota si las hay, pero ansiolítico eficaz para muchos fracasos electorales que cuesta admitir y procesar), el espacio que el propio "relato" deja para que la acción política opositora puede modificar sustancialmente el tablero, es poco menos que nulo.

Agreguemos que se nos dice todo el tiempo que el kirchnerismo estaría a punto de implosionar como consecuencia de la crisis económica pero el esperado evento se dilata, y que los opositores de hoy (y esperanzas blancas del mañana) suelen ser zamarreados por esos mismos medios por inútiles (al no saber sortear las zancadillas del oficialismo nacional); y cabría preguntarse: ¿por qué razón, en la eventualidad de que por fin la crisis económica se lleve puesta a la dictadura K, la gente habría de confiar para manejar el país -justamente en medio de tamaña crisis, que desmontó semejante maquinaria de poder dictatorial trituradora de opositores- en salames que no pueden termina una obra pública de mediana envergadura (Binner), recoletar los residuos o asegurar que las plazas tengan luz (Macri) o hacer que los empleados públicos cobren el aguinaldo en tiempo y forma (Scioli)?

¿Cuánto tardarían esos "productos" políticos de una orquestación mediática en encontrar nuevos culpables de lo que no pueden, no saben o no quieren hacer desde el gobierno, más con el telón de fondo de una crisis internacional de proporciones?

Claro que hacer lo mismo (es decir pasar por víctimas) que hoy hacen desde la oposición, o desde una responsabilidad de gestión municipal o provincial, desde la conducción del Estado nacional, podría ser para el país mucho más peligroso.  

Es allí donde la condición de "víctima" trasmuta velozmente en "inútil" (algo de esto de hecho le está pasando a Macri, incluso entre gente dispuesta a votarlo), y el "relato" se revela insuficiente para construir la "alternativa".

Algo que seguramente influyó de un modo inconciente en las cavilaciones íntimas de mucha gente a la hora de votar en octubre pasado, en las elecciones presidenciales; explicando si no una parte del 54 % de Cristina, casi todo el descalabro opositor en las urnas.

6 comentarios:

  1. La Nación le quitó el subsidio y el Niño ahora se rebela.
    En la página de TN están como locos repitiendo; ellos y los comentaristas que es un boicot de Cristina que se chamuyó a las distribuidoras.
    Pobre gente.

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  2. Finalmente le va a salir el tiro por la culata al Niño, porque esto de vender que todos tus problemas ocurren porque Cristina, la mala, te jode tiene un límite.
    desde ya, en la carrera por la nacional ni sus acólitos le dan un voto de confianza.
    A ver si nos vamos a creer que Duran Barba es un genio.

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  3. A ver si actualizamos el relato, muchachos. No fue 54% fue 55%. De nada.

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  4. No Marcelo, fue 54,11 % nomás, era un error de la Cámara Nacional Electoral

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