martes, 31 de julio de 2012

MIRADAS SOBRE LA TV DIGITAL


Interesante nota en La Nación de ayer sobre el avance de la TV digital en todo el país; por tratarse de la tribuna de doctrina, es valorable el esfuerzo por reflejar el tema en toda su dimensión y sin preconceptos; lo cual no implica que lo logren plenamente claro, pero no deja de ser interesante en momentos de feroz ofensiva mediática contra el gobierno nacional, incluso desde el propio diario.

Lo que nosotros capturamos en la imagen son los testimonios que nos parecieron más relevantes, porque al mismo tiempo van más allá del tema en sí de la TV digital, y reflejan bastante las diferentes percepciones que hay alrededor de ciertas políticas impulsadas por el kirchnerismo todos estos años; y que en buena medida explican los resultados electorales del 2007 y el 2011.

Algo que los propios kirchneristas solemos perder de vista a veces, cuando nos zambullimos de cabeza a confrontar con el discurso mediático dominante para desmontarlo o refutarlo, pero colocándolo en un lugar central cuando por fuera de esa disputa, hay un mundo "real" donde la política -para bien o para mal- despliega sus efectos.

Como en éste caso, con el Estado tomando decididamente la delantera en un tema que tiene que ver con la tecnología y el mundo que se viene (tanto, que ya está entre nosotros), y como impacta en la vida cotidiana de la gente.

En ese sentido, los testimonios que aporta el artículo de los usuarios de la TV digital (al fin y al cabo, los destinatarios de la política en éste caso) son reveladores: valoran los contenidos en términos de su propia experiencia laboral o forma de ganarse la vida, tanto como el hecho de que el servicio sea gratuito en un mercado comunicacional dominado por los negocios; aspectos valorados por encima incluso del análisis puntual de los contenidos concretos a los que se accede (la crítica que hay al respecto parte de "la academia", digamos).

Y un dato no menor, pero central en todo el proceso de despliegue de la TV digital en el país: la mirada desde el interior de lo que se espera de un consumo cultural generalizado y relevante -como la televisión-, pero que además ha homogeneizado por años las pautas culturales argentinas con las porteñas, en mucha mayor medida que ningún otro.

Síntomas de un cambio interesante para analizar, y de una decisión correctamente tomada y mejor implementada; una prueba de la recomposición de las capacidades estatales de gestión.

Como sea, demasiados elementos de interés para puntualizar, como para que la dirigencia política opositora (en éste caso representada por la opinión de Margarita Stolbizer) no demuestre ser capaz de abandonar el código binario de rechazo reflejo y automático a todo lo que provenga del gobierno, o de buscarle la quinta pata al gato con el recurso del "motivacionismo": en todo lo que hace el kirchnerismo, aunque sea algo en apariencia positivo, hay un motivo ruin y perverso oculto.

Que en éste caso sería -según Stolbizer- utilizar un formato comunicacional tecnológicamente más moderno (¡horror!: el Estado a la vanguardia de algo) para "destruir el mercado de las comunicaciones/telecomunicaciones que tienen asiento a través de servicios de suscripción".

Notable progresismo el de ésta chica: la defensa a ultranza de los negocios privados en la comunicación (Clarín bah, y la colita de otros operadores de cable, como Vila-Manzano), negación de la idea de un Estado moderno e inteligente, menosprecio de la opinión de los beneficiarios directos de una política pública, en éste caso la TV digital, o de la accesibilidad de vastos sectores de la población a consumos culturales, gratuitos y en plataformas compatibles con los mayores avances tecnológicos.  

Si bien se lo mira, el caso no deja de proporcionar en pequeño una explicación (no la única, desde luego) de como les fue a oficialismo y oposición en las elecciones del año pasado.

1 comentario:

  1. Es un gobierno pérfido y ruín. Cómo se atreve a ofrecer un servicio de calidad en forma gratuita siendo que hay servicios pagos, carísimos, pedorros, que además de costar un abono muy caro tienen más publicidad que contenidos. ay ay ay.

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