Si miramos el título de la nota, parece que Alaniz nos va a hablar de lo que pasa en la Argentina con la oposición al gobierno de Cristina.
Ya si bajamos un poquito hasta el dibujo empezamos a dudar, porque la vemos a la presidenta manipulando como títeres a Ricardito Alfonsín, Pinedo y Binner; como si los manejara a voluntad.
Seguimos y vemos que la nota está encabezada con una cita de la célebre frase de Burke (quien dicho sea de paso, era un enemigo acérrimo de la Revolución Francesa), y nos vamos poniendo en clima: hay un mal que se estaría imponiendo, gracias a que los buenos no hacen nada.
Y nadie hace nada, como le gusta decir a Lucas Carrasco.
Y así llegamos a la nota, y nos sacamos las dudas: cuando pensábamos que Rogelio había cambiado de tema y se dedicaba a hablar de lo que prometía en el título (la oposición), caemos en la cuenta que vuelve a su tema favorito: el peronismo.
Más que favorito, obsesivo, con una obsesión enfermiza; porque en el mundo de Rogelio todo lo que pasa (si es malo) es por causa y culpa del peronismo, desde el autoritarismo a la gripe A, incluyendo por supuesto el estruendoso fracaso de la oposición argentina: queda claro que es el peronismo el "mal" triunfante al que Rogelio le endilga la cita de Burke.
¿Quizás porque lo cree capaz de implantar un Terror como el de Robespierre, Dantón y Marat?, no lo sabíamos defensor del "Ancien Régime".
Y para confirmar la idea, veamos dos fragmentos de la nota, que pese a prometer tratar el tema de la oposición, dedica tres cuartas partes de su contenido a hablar del peronismo, su insaciable apetito de poder, su maldad intrínseca y su absoluta falta de escrúpulos morales:
Clarito, ¿no?, los rigores de la política (¿una metáfora que disfraza el genocidio dictatorial?) han "obligado" a los peronistas a "admitir" los valores de la república, como si no les quedara más remedio digamos; pero apenas tienen la oportunidad (como los ladrones, aprovechando el momento), los vaciaran de contenido (al igual que las arcas públicas, sería el razonamiento implícito).
Y los partidos opositores declinan porque el Congreso (¿cuándo aprenderán algunos que acá, aunque les parezca sudaca, hay Congreso y no Parlamento?) es una escribanía del Ejecutivo, y la debilidad de los opositores no se explica por la incompetencia de sus dirigentes (que va, si tienen gente de la talla de Sanz, Binner o Pinedo, según resalta el mismo Rogelio en su nota), sino porque hay una estrategia deliberada del gobierno tendiente a hacerlos quedar todo el tiempo como unos boludos, digamos.
Lo cual supone un problema, porque el Congreso es una escribanía (o sea, vota los proyectos enviados por el Ejecutivo, como en todos los parlamentos europeos, sin ir más lejos), porque éste tiene allí mayoría, y la tiene porque sacó el 54 % de los votos, y la gente votó además a los legisladores que acompañaban la boleta de Cristina.
Presumiblemente, para que tuviera mayoría en ambas Cámaras, y no se repitiera el bochorno del Congreso del 2009 al 2011, cuando lo controlaba el "Grupo A", y sólo se pusieron de acuerdo para repartirse los cargos.
Y sigue (y concluye) Rogelio:
La oposición no existe porque desde el gobierno se trabaja sistemáticamente para que así sea, es decir que no es que Binner es como De La Rúa pero con Alzheimer, o los radicales una bolsa de gatos todos peleados entre ello todo el tiempo, o el PRO un rejuntado de conchetos que se dedican a la política para matar el aburrimiento (junto con el reciclado de lo peor del peronismo y el radicalismo), y la Coalición Cívica una secta comandada por la versión anaranjada del reverendo Jim Jones, no señor.
Son todos una constelación de mentes brillantes, de estadistas ejemplares, que no pueden gobernar el país simplemente porque el maléfico kirchnerismo, comandado por "la señora" -como le gusta llamarla a Cristina, con innegable reminiscencia de gorilismo antievitista- se dedica todo el tiempo a impedírselos, volcando desvergonzadamente los recursos del Estado (única razón de sus éxitos) para perpetuarse en el poder.
En contra de (citamos textual al propio Alaniz) "las expectativas de un sector mayoritario de la población cuyas prácticas sociales están en sintonía con sociedades abiertas y pluralistas".
Lo raro es que, siendo mayoritario, nunca gane una elección; y siendo partidario de las sociedades abiertas y pluralistas, nunca haya podido digerir a la expresión mayoritaria del pueblo argentino desde 1945 (ni siquiera "obligado a admitirlo", en palabras de Alaniz), e incluso la haya proscripto de la vida política nacional durante 18 años, apenas pudieron (siempre en palabras de Rogelio), tal vez porque creyeron tanto en la república, que no les quedó tiempo para creer en la democracia.
Rogelio, el que gusta presentarse como un hostigado por la dictadura en su versión santafesina, el que por talento mayor puede exhibir lucidos recitados en La Cuartetas de versos de De la Púa borracho (él, no De la Púa), el que en los albores de la primavera alfonsinista que lo enamoraba se fue a Nicaragua a poner un café literario, y podría seguir. En fin, si no fuese editorialista de EL Litoral, sería un pintoresco ejemplar de un gorilismo que para ganar estatura cita a Castoriadis, Toni Negri, Rousseau o Habermas. Citar da para todos no? Que tristeza.
ResponderEliminarEl de la derecha es Binner o Patti? tengo dudas...
ResponderEliminarEl abuelo Alaniz no anda bien. Todos vamos a llegar esa edad.
ResponderEliminarY como nunca tuvo dos neuronas en funcionamiento, ahora con tanta medicación, tiene la única neurona bloqueada.Por eso, lléndola de progre, lo cita a Burke. Cree que Burke es el 9 de All Boys. No se le rían.
El Colo.