jueves, 8 de noviembre de 2012

MAJUL, UN BOLUDO A LA CACEROLA


(*)


Contra el odio. Contra la reelección. Por más democracia. Contra la inflación. Contra la inseguridad. Contra la corrupción. Unidos y en libertad. (¿Ya tenés lista la pancarta, o te estás memorizando los cantitos?, ¿cómo se hace para pedir “más democracia” pidiendo que se vaya un gobierno que ganó con el 54 % de los votos?)
Ésas son las ideas básicas (muy básicas, casi nadie podría estar en desacuerdo) con las que hoy miles de argentinos van a salir a las calles para manifestarse contra el Gobierno. Pero no contra las cosas que Néstor Kirchner y Cristina Fernández pudieron hacer bien, como dijo la Presidenta hace pocas horas, (claro, porque por ejemplo quedó claro el 13S que están re de acuerdo con la AUH, el fin de las AFJP o los juicios por violaciones a los derechos humanos) sino por las que vienen haciendo mal, como la instalación del cepo cambiario, (ah, entonces sí era por el dólar nomás) el autoritarismo manifiesto, (que existe desde el 2003, pero mientras les dejaran comprar dólares les chupaba un huevo) la torpeza de calificar a los seguidores de Hermes Binner como narcosocialistas, (que pasó después de que el cacerolazo ya estuviera convocado, pero es apenas un detalle) las declaraciones del diputado nacional y ex viceministro de Economía, Roberto Feletti ("no permitiremos que al que le sobre un peso lo convierta en dólares") (al que el 99 % de los caceroleros no conoce, ni sabe siquiera que existe) y las de Diana Conti cuando confunde el respeto a la Constitución con algo que denomina "alternancia boba". (bueno, los caceroleros lo confunden con un golpe de Estado, o sea que si hablamos de confusiones...)

Desde el Gobierno vienen haciendo todo lo posible para neutralizar la manifestación de hoy. (¿cómo che, se declaró el estado de sitio y se prohibieron las reuniones públicas?) Sin embargo, no han hecho más que potenciarla. Los servicios de inteligencia intentaron ubicar a sus autores ideológicos con nombre y apellido. (no fue muy difícil: cualquiera con una compu, paciencia y ganas de meterse en las redes sociales, lo podía hacer) Vincularlos con la Sociedad Rural, la Fundación Pensar, Cecilia Pando, Hugo Moyano y Mauricio Macri. (todos los que organizan y apoyan el cacerolazo, o sea que el intento de vincularlos fue un completo éxito) Sin embargo, lo máximo que han conseguido es que el senador Aníbal Fernández saliera a lanzar acusaciones al garete, sin el más mínimo sustento, (sólo porque vos lo decís no tienen sustento, así nosotros podemos decir que tu conclusión no tiene sustento) sólo para poner contenta a la Presidenta, que vive su momento más difícil desde que asumió en diciembre del año pasado. Es más: las agresiones verbales a las figuras de la oposición pusieron a sus principales dirigentes en estado de alerta. (¿qué “otras agresiones verbales a las figuras de la oposición” hubo aparte de lo de narcosocialismo: le dijeron conchuda a Carrió por ejemplo, yegua a Patricia Bullrich, puta a Gabriela Michetti, o como eso se lo dicen a Cristina está bien y no son agresiones?) El resultado fue mayor adhesión a la marcha, aunque de maneras diferentes. Macri, Elisa Carrió, José Manuel de la Sota, Francisco de Narváez y Alberto Fernández, entre otros, la apoyan, pero no van a estar allí. (por temor a que los recontracaguen puteando a ellos también, ahora, nombrarlo a Alberto Fernández, se nota mucho Majul, se nota mucho) Hermes Binner aclaró que saldrá a la calle, pero como un ciudadano más. (tratando de que no lo reconozcan y no le pregunten por Tognoli) El gobernador Daniel Scioli y el intendente de Tigre, Sergio Massa, todavía no dijeron esta boca es mía. (o sea que no te indicaron todavía que decir sobre lo que dirían) Y es posible que no lo hagan por ahora: entre las miles de personas que saldrán hoy a la calle están los votos que necesitan para las ambiciones presidenciales de uno y de gobernador y, eventualmente, jefe del Estado del otro. (bueno, si permanecen con los pies en los platos del kirchnerismo, pueden buscar los votos en el 54 % de Cristina)

Parte de lo que sostienen los voceros oficiales es verdad. Esta movida es menos espontánea y está más organizada que el cacerolazo del jueves 13-S. (sólo “menos” espontánea claro, contáte otro) Los que la promueven son personas de carne y hueso (¿cómo, no llegó la cibernética al cacerolismo?, eso es porque no quieren ir a Tecnópolis) que se mueven como peces en el agua (sí, algunos son flor de pescados) cuando navegan por las redes sociales para interpretar los sentimientos de una parte de la sociedad. (ajá, solo “interpretar”, no manijear, ni manipular, ni aprovechar: interpretar)

En todo caso, ¿cuál sería al problema? ¿Acaso es un delito protestar de manera pacífica o reclamar contra las políticas que deciden los gobiernos de manera unilateral? (no, no es un delito, es un absurdo cuando esas políticas fueron revalidadas por el 54 % de los ciudadanos en elecciones) Hasta ahora los organizadores han demostrado que son más audaces, más inteligentes y a la vez menos egocéntricos que las principales figuras políticas de la oposición. (audaces en el anonimato de la web o negando su filiación política, más inteligentes aconsejándoles a los nazis que no lleven las esvásticas a la marcha y menos egocéntricos pero ya se estuvieron peleando porque algunos dieron notas a la prensa) Ellos se dieron cuenta a tiempo de que debían priorizar la potencia de la convocatoria y postergar sus ambiciones personales. (¿cómo, tienen ambiciones personales, no son simples ciudadanos interesados por un país mejor?) Por eso acordaron no dar notas a los periodistas ni aparecer en los medios. (cosa que no cumplieron, empezando por ésta nota que dieron a éste mismo diario donde vos estás escribiendo) Hacer lo contrario hubiera significado minimizar la importancia de la movida y ponerse a tiro de cañón ante los ataques del Gobierno, que todavía no sabe bien a quiénes dispararles. (podría ser que sepan, pero hayan elegido no dispararles, claro que eso contradiría la afirmación de que el gobierno es una dictadura, es un poco complejo pero después te lo explicamos aparte) Su manejo de las nuevas tecnologías combinado con su incipiente olfato político ha podido evitar, hasta ahora, que los desgastados ciber-k ensuciaran la convocatoria y embarraran la cancha de mala manera. (¿y cómo sería eso, pasaste por la blogósfera donde se vienen cagando de risa mal de los cacerolos hace semanas, tenés Internet en tu casa?) Basta con recordar la confusión de fechas probables que se manejaron desde la anterior convocatoria y cómo se llegó hasta el 8 de noviembre para evitar postergaciones o superposiciones que habrían servido para neutralizar el acto. (o para hacer varios actos con diez tipos cada uno, todos convencidos de que estaban en el lugar y a la hora correctos)

Los organizadores de la movilización de hoy ya ganaron, más allá de la cantidad de personas que respondan al llamado. (o sea que estás abriendo el paraguas por si el cacerolazo termina en un rotundo fracaso) Hay varias razones que lo explican. Una es que han derrotado al miedo. Les han demostrado a muchos que critican en privado y hacen silencio público que se puede levantar la voz y poner límites a la prepotencia. (uhhh, es re jugado políticamente eso, cuidáte Luis, y decíle a los chicos que no tomen riesgos al pedo) Otra es que han pulverizado, con paciencia e inteligencia, al aparato oficial que trabaja a sueldo en las redes sociales (¿por qué suponés que los oficialistas trabajan todos a sueldo, no te parece que después de años de repetir eso ya va siendo hora de que aportaras al menos una prueba concreta de tu afirmación?) y que durante los últimos años había "copado la parada". Incluso los que ahora acaban de inventar la página "8-N Yo no voy" deberán responder por la mala decisión que tomaron. El salir a decir que ellos no van a ir a ninguna parte no hará más que potenciar las ganas de hacerlo entre las personas que todavía no estaban decididas a poner el cuerpo. (mirá que mañana se publican fotos aéreas de la marcha eh, a ver si otra vez hacen una ronda para no pisar el pastito en Plaza de Mayo)
Los que se encargan de medir la repercusión de la movilización sostienen que la expectativa previa es mucho más importante que la del cacerolazo anterior. (en realidad son los que se encargan de crear la expectativa, no de medirla) En eso también el Gobierno ha estado trabajando para ellos. Al agitar el 7 de diciembre como el día en que se terminará la "cadena nacional del desánimo", ha teñido la jornada de hoy de una relevancia y una importancia política inusitadas. (ah, ¿o sea que al final estaban vinculadas las dos fechas nomás che?, mirá vos, que revelación) Quienes hoy salgan a la calle sentirán, con seguridad, que no sólo están defendiendo el derecho a comprar dólares, (¿pero cómo, no era por la inseguridad, la inflación y la corrupción?) sino también la libertad de poder expresarse y de ser informados. (y las 302 licencias del Grupo Clarín) El derecho de enterarse de todo lo que pasa, más allá de la versión edulcorada y feliz que suelen ofrecer los gobiernos de turno. (y el único modo de enterarse de lo que pasa, es comprar Clarín, escuchar Mitre o mirar TN) Quizás esta última razón sea la más importante de todas. (probablemente, si no estuviera lo de los dólares, aunque para Magnetto no es la más importante: es la única)
Porque este gobierno no sólo quiere evitar que se sepa lo que sucede. También pretende hacernos creer cosas que no suceden. (¿cuáles por ejemplo, que los Reyes Magos existen, o que vos sos un periodista serio?)
Nadie quiere, por ejemplo, que la Presidenta se vaya antes de tiempo. (¿Nadie, seguro, tampoco los que le gritaban el 13 S que se fuera con Néstor?) Tampoco hay condiciones políticas para que pase algo así. (ah, pero se pueden crear tontito, para eso son los cacerolazos justamente, ¿o vos te creíste lo de los “ciudadanos indignados”?) Cristina Fernández de Kirchner se ha transformado en la presidenta con más poder en toda la historia reciente. De hecho y de derecho. (el de derecho está claro, ¿cómo sería el de hecho, es un gobierno de facto?) Con mayoría parlamentaria y la caja discrecional más abultada que uno se pueda imaginar. (¿por qué “discrecional”, podrías precisar esa afirmación?, aunque si el límite es tu imaginación, debe ser una caja chiquita) Con un enorme poder sobre los jueces, (sobre Carbone y Recondo sobre todo) incluida la Corte Suprema de Justicia. (que le falla todo lo que quiere así, al toque, con sólo levantar el teléfono, por eso se está aplicando a pleno la ley de medios, sin ir más lejos) Con la anulación de casi todos los organismos de control que podían haber puesto límites a los delitos cometidos (¿qué delitos, quien los determinó, vos, Lanata, qué tienen que ver los organismos de control con el delito, para eso no están los jueces?) y por cometer. Pensar que una protesta callejera pueda interrumpir su mandato y poner en riesgo el sistema democrático es, por lo menos, una exageración. (aclaráselo a los cacerolos, eh, porque hoy van muchos a la marcha re-entusiasmados con esa idea)

También es una exageración adjudicarle a Clarín o a Héctor Magnetto la responsabilidad de todos los males. (es verdad, el huracán Sandy no lo provocaron ellos) No hay que ser un estadista para afirmar que si de un día para el otro el Grupo Clarín desapareciera, la inflación, la inseguridad, la corrupción y el autoritarismo de este gobierno no se acabarían. (o sea que según vos, es algo tan obvio que hasta un pelotudo como vos se puede dar cuenta de eso) Al contrario: podrían crecer todavía más, a falta de un mínimo contrapeso. (o sea que si Clarín no estuviera, ¿habría más inflación?, ¿el único contrapeso al gobierno es Clarín?, ¿dónde te recibiste de periodista, por correspondencia en la Pitman?)
Alertar sobre lo que no sucede es un viejo recurso de los regímenes totalitarios. (no creas, con ese recurso se llenan todos los días las tapas de los principales diarios, como éste, sin ir más lejos) Me sentí triste cuando leí por primera vez, en las paredes de la ciudad, la pintada "Clarín: con la democracia no se jode". (¿triste por la democracia o por Clarín?) No me importa la pelea de negocios que pudo haber entre el Gobierno y el grupo. (sobre todo porque no te dieron nada en el reparto de la divisoria de bienes) Sí tengo la obligación de decir que esa leyenda es mentira. (porque estás del lado del más débil, que es Clarín, como dijo Lanata) Que se parece mucho a una coartada oficial para restringir nuestra libertad de dar y recibir información.
Lo mejor que podría suceder, a partir de mañana, es que la Presidenta tomara nota de lo que le están queriendo decir los argentinos que hoy saldrán a las calles. (¿cuál parte, la de los dólares, la de que se muera, que se vaya con Néstor o la de la mucama a la que le dieron un terreno para votar?)
(*) Las negritas son nuestras, el original acá.

3 comentarios:

  1. No hago comentario, porque este hijo, nieto y chozno de PUTAS hace lo que su patrón le ordena.

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  2. * "Alertar sobre lo que no sucede es un viejo recurso de los regímenes totalitarios.": ¿Binner no está juntando firmas para evitar la re-re? ¡Narcototalitario!

    * "(¿triste por la democracia o por Clarín?)": No, por Antonia...

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