jueves, 8 de noviembre de 2012

LOS RADICALES, LOS SOCIALISTAS Y LA DEFENSA DE LAS INSTITUCIONES


Lo interesante de que en Santa Fe los radicales y socialistas gobiernen (algo positivo tiene que tener, al fin y al cabo) es que se puede comparar en que medida cuando tienen el Poder Ejecutivo, hacen lo que le reclaman al gobierno nacional; sobre todo en materias vinculadas a la tan famosa "calidad institucional", o sea división de poderes, transparencia y acceso a la información pública, independencia de los jueces y toda esa sanata.

Vemos en la nota de Rosario 12 (completa acá) que Bonfatti se apresta a enviar a la Legislatura los pliegos para terminar de cubrir los cargos vacantes en el Ministerio Público de la Acusación y el Servicio Público de la Defensa, los órganos creados a partir del nuevo Código Procesal Penal sancionado en el 2007 (y aun no implementado) para modificar el sistema de juzgamiento de los delitos en la provincia.

La nota da cuenta de que entre los propuestos van seis ex funcionarios del gobierno de Binner, de los que acá podemos ver la nómina, en el mismo diario:


Y también nos cuenta el artículo que mucho de esos funcionarios renunciaron a sus cargos cuando faltaba poco para que terminara el gobierno de Binner, justamente (esto lo agregamos nosotros) para poder presentarse a los concursos que -en muchos casos- ellos mismos armaron; porque pertenecían al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.


Un dato no menor es que muchos de estos ex funcionarios que darán su salto a la justicia provienen del área de seguridad (uno de ellos fue "Secretario de Control de la Seguridad", nada menos), durante el gobierno de Binner: ¿trasladarán su probada eficacia en la gestión a sus nuevas funciones?

Sin embargo este desembarco del Frente Progresista en la justicia confirma lo que en su momento se dijo en éste blog acá: lo único que les interesa a radicales y socialistas de todo el proceso de transformación de la justicia en Santa Fe, es conseguir conchabos para sus militantes, amigos y favorecedores; porque todo lo demás (edificios, computadoras, partidas para gastos de funcionamiento, empleados rasos para los nuevos juzgados, etc) sigue en veremos, y todo parece indicar que así seguirá por mucho tiempo.

También el artículo de Rosario 12 da cuenta del envío por Bonfatti a la Legislatura del pliego de Jorge Barraguirre (ex Fiscal de Estado de Binner) para ocupar la Procuración General de la Corte Suprema de Justicia de la provincia.

El caso particular de Barraguirre fue analizado acá, para que se viera que se procedió excactamente del mismo modo: cesado como Fiscal al finalizar Binner su mandato, se lo nombró asesor del gobierno de bonfatti, y cuando la Procuración quedó vacante, se lo hizo renunciar para poder enviar el pliego proponiéndolo para el cargo, como en los otros casos antes citados.  

Acá lo vemos posando sonriente con Bonfatti, mientras por lo bajo le dice: "no creas que no te voy a investigar, yo soy terrible si quiero porque soy re heavy y re jodido":



Del mismo modo que el hijo de Barletta dejó el ejercicio profesional en el estudio que compartió por años con Eduardo Jauchen (el defensor de Tognoli) para pasar a ocupar un cargo estratégico en el Ministerio de la Acusación: ante tanta preocupación por cubrir eso scargos en el órgano que agrupará a los fiscales cuando la reforma se implemente definitivamente, pareciera hablar de un mecanismo para cubrirse las espaldas, ante presuntos delitos que se puedan cometer desde la función pública.

Al menos eso es lo que decían radicales y socialistas cuando en el menemismo se hacía lo mismo en la justicia federal; y para el que diga que mucho de los postulados ganaron un concurso, cabría preguntarse que raros son esos concursos, que siempre los terminan ganando los socialistas o los radicales.

Los mismos que cuestionaron el pliego de Reposo porque había sido funcionario del gobierno, o que no quieren aprobar el concurso que tiene que cubrir la vacante del juzgado que debe tratar la causa de Clarín por la ley de medios porque se presentaron funcionarios como postulantes; y los mismos que respaldaron a Despouy en la AGN para garantizar un control independiente (en realidad opositor) sobre los actos del gobierno; mientras construían concienzudamente durante el gobierno de Binner una mayoría adicta en el Tribunal de Cuentas de la provincia.   

Y los mismos que acusan al gobierno nacional de presionar a los jueces, o a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, o de influir sobre el juez de la causa Tognoli.

Ayer se hicieron los indignados y se solidarizaron con el socialismo por las ofensas recibidas en el discurso de Larroque cuando se discutía el voto joven, y firmaron una declaración en contra de la reforma de la Constitución, para defender las instituciones.

Esto último, para radicales y socialistas, tiene un alcance bien definido y concreto: defender conchabos, cotos de caza o bolsitas de trabajo dentro del Estado (por decir algo, y queda demostrado en su paso por el gobierno acá), y como por el momento no hay incentivo a la vista que sacarle al gobierno nacional con nuevos inventos "para controlar al híperpresidencialismo" (como hizo Alfonsín en el Pacto de Olivos con Menem), no tienen demasiado interés en una reforma constitucional; al menos por ahora.

Además del miedo a que Cristina les vuelva a romper el ocote, por sobre todas las cosas.

Y algunos de sus aliados (como Claudio Lozano) no les van en zaga: acá está avisando que va a votar el proyecto de regulación de los mercados de capitales y las bolsas, si le aseguran lugares a la oposición en la Comisión Nacional de Valores.  

Por muchísimo menos de lo que está por hacer Bonfatti con los pliegos que mandará a la Legislatura y si lo hiciera Cristina, Adrián Ventura estaría escribiendo en La Nación una tras otra columna diciendo que el kirchnerismo quiere colonizar la justicia, para transformarla en adicta.

1 comentario:

  1. Don Alfonsín tenía más agachadas que japonés con visitas, creó la Comisión del Nunca Más y luego reculó ante los milicos insurrectos.
    Luego pactó con el peor presidente argentino y lo hizo por "chapitas", mientras el otro nos dejó en pelotas.
    Encima ellos lo denominaron pomposamente "el padre de la democracia".
    Así le salieron los hijos e hijastros.
    Para muestra el enano sorete bronceado.

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