PASANDO EN LIMPIO

Argentina sigue siendo un país profundamente desigual e injusto: verdad obvia

La desigualdad social crea resentimientos que en ciertas ocasiones explotan: verdad más obvia aun

La Argentina del 2012 es muy distinta a la del 2001: verdad más que obvia, que muchos no quieren reconocer

La critican a Cristina pero no la escuchan: jamás dijo que la Argentina fuera un paraíso, con todos los problemas resueltos

No hay un discurso presidencial donde no se mencione que todavía hay argentinos excluidos o viviendo en la pobreza.

Analicen entonces las políticas del gobierno y desde ahí -con fundamento- critiquen, no rompan más las tarlipes con el "relato".

Y no olviden antes, que esas políticas fueron refrendadas hace poco más de un año, por casi 12 millones de votos, en especial de los sectores más sumergidos; donde Cristina arrasó.

Ahora bien, dicho todo eso seguimos: hay lumpenaje organizado y disponible para ser reclutado y armar bardo: verdad de puño.

Y hay quienes utilizan y sostienen a ese lumpenaje para usarlo cuando lo crean necesario: absoluta y totalmente obvio.

Todo el 2012 transcurrió en medio de anuncios apocalípticos de estallido social, preparando el terreno para la profecía autocumplida.

El intento de armar quilombo para estas fechas para asimilar esto al 2001 y a Cristina con De la Rúa es tan obvio, como que el agua moja.

Ahora bien, supongamos que fuera cierto que el país está al borde de un estallido social ¿quien que no fuera Cristina podría conducirlo en esas circunstancias?

Si es verdad que la Argentina está a punto de estallar, ¿qué hacemos, lo ponemos a Binner al frente, a Moyano o a Micheli?

El razonamiento que subyace en todo esto es "hagamos quilombo, que todo se pudra, y entonces nos buscarán a nosotros para que lo arreglemos".

Y el "nosotros" incluye (entre otros) a Moyano, Barrionuevo, Micheli y los radicales: es un razonamiento tan pelotudo que asusta.

Como asusta que haya pelotudos (no importa cuantos, los hay) dispuestos a comprarlo.