Raro que un tipo tan locuaz y que disfruta de una verba tan florida como Mauricio, se haya quedado sin saber que decir cuando estuvo frente al Papa.
Porque Francisco (un hombre que ha luchado duro contra la trata de personas, y ayer le planteó a Cristina su preocupación por el tema) seguro que aprovechó que estaba Juliana Awada (oia: ya hay cambios en el Vaticano, aceptó a un divorciado vuelto a casar, que fue con su segunda mujer), para preguntarle si ya había solucionado lo de los bolivianos y peruanos que tiene en los talleres textiles clandestinos.
¿O le habrá repetido aquello de... Ciudad de coimeros?
ResponderEliminarSe quedo sin palabras porque, el Vaticano estará cambiando, pero al “soplanuca” no lo dejaron pasar.
ResponderEliminarboludo si vos no sabes ni hablar !ing trucho!
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