martes, 18 de junio de 2013

EN DEFENSA DE MITRE, ERNESTINA Y MAGNETTO


Ese (lo que indica el título) y nada más, es el propósito de esta columna de Ricardo Gil Lavedra en La Nación de hoy.

En la que -bajo la supuesta premisa de garantizar la seriedad de los juicios de lesa humanidad- incluso se remite expresamente a éste editorial de la tribuna de doctrina de fines del año pasado, en la cual se ponía en tela juicio la validez jurídica de los juicios; sobre la base de que presuntamente se vulnerarían garantías judiciales de los acusados, condenándolos sin pruebas: en su momento lo analizamos acá.

Pero decíamos al principio que el título del post apunta al verdadero objetivo de la columna de Gil Lavedra, que luce clarísimo en éste párrafo: "si bien han existido grupos económicos o civiles que promovieron o apoyaron en nuestro país el último golpe de Estado, o las políticas económicas o sociales de la dictadura, o a los que éstas beneficiaron, la mera adscripción, fundada o no, de una persona a esos grupos, vinculada incluso con la afirmación de que hipotéticamente ha cometido o colaborado en un delito o delitos perpetrados en la época en que se ejecutó el plan estatal de violación sistemática de los derechos humanos, no basta por sí sola para someterla a juicio por un delito de lesa humanidad (y mucho menos para condenarla por ello).

Debe desecharse la aplicación inapropiada, sea voluntaria o negligente, del mote de delito de lesa humanidad a cualquier delito, aunque sea grave, basada en vagas afirmaciones de afinidad del imputado con la dictadura o con sus políticas, si no se trata de una imputación fundada en la alta probabilidad de la concurrencia respecto de su acto y el conocimiento por su parte de aquellos requisitos excepcionales mencionados.". (las negritas son nuestras)
Eso justifica toda la columna, y fue escrito pensando en la causa de Papel Prensa que involucra a los principales directivos de Clarín y La Nación, y en el testimonio de Lidia Papaleo.
Por pudor, el diputado radical no los menciona entre esos grupos económicos beneficiados por la dictadura que apoyaron de los que habla; pero acto seguido incurre, sin miramientos, en el cinismo más descarado, cuando dice: "Hoy pocos ignoran en qué consistió tal plan y los hechos perpetrados, pero no cabe sin más trasladar anacrónicamente ese conocimiento al pasado, máxime cuando el secreto, la clandestinidad, el ocultamiento y la negación fueron características del plan criminal y de la violación sistemática de los derechos humanos perpetrada por el Proceso, cuyos responsables ejercieron además un férreo control sobre los medios de difusión de entonces, que dificultó la información o la difusión de noticias verdaderas, en nuestro país, acerca de lo que estaba ocurriendo (o, al menos, del carácter sistemático, planificado en detalle, incluyendo el destino de los desaparecidos)".  (las negritas otra vez son nuestras)
Bien sabe Gil Lavedra que (como se dijo acá) no (al menos respecto de los medios más importantes) no fue necesario tan "férreo control": esos medios -que apoyaron el golpe, y obtuvieron de la dictadura grandes beneficios, como Papel Prensa- fueron parte decisiva de la maquinaria de ocultamiento de lo que pasaba en el país, y se prestaron gustosos a convalidar la propaganda de la dictadura.
Como los dueños de Papel Prensa, que a cambio del regalo que les hicieron Videla y Martínez de Hoz disfrazaron desapariciones y fusilamientos como "muertes en enfrentamiento", y tantas otras atrocidades cómplices.

3 comentarios:

  1. también sirve para el "pobrecito" de Masot, que más que un simple colaborador fue un ideólogo de la dictadura
    fernandobbca

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  2. Se quiere llevar el diploma de empleado destacado pre-elecciones el muy sátrapa.

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  3. A estos tipo los enferma la guita, pero a lo que más le temen es a ir en cana. Por eso están tan sacados y, hasta, imprudentes y sobre expuestos en términos políticos,

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