CHERCHEZ LA FEMME*

“-A ver, cómo armamos la lista?: mengano, fulano, sutano. –Pará, pará, pará. Tenemos que poner una mujer. -Uuuh, cierto. Lo tiró de las patas! Quién puede ser? –La flaca? –No, esa no, acordate que el marido…-La Colorada? –Sabés que pasa con ella, no la conoce nadie. –La…?...”

Este diálogo imaginario, entre los que tienen El lapiz y El papel necesarios, nos lleva a la reflexión de la discriminación política -entre otras- que hemos vivido y vivimos. Entrando a citar, retumba el nombre de Evita, aunque a ella no es que no la querían sólo por mujer, sino porque iba a fondo en cada uno de los temas. Como diría Cristina, iba por todo.

La ley de cupo es discriminatoria auque pretenda evitar la discriminación. Pero es evidente que hasta ahora es la única herramienta útil para dicho fin. Ser mujer y ser joven han sido impedimentos para ganar escaños por propio derecho. Recién con esta ley se ha garantizado un mínimo y con el peso propio y el apoyo de Agustín Rossi en Santa Fe, Cristina Fernández en la Nación, y otros referentes provinciales, los jóvenes  y las mujeres han podido ocupar puestos de decisión.

Las funciones políticas deben desempeñarlas quienes tengan idoneidad y garanticen que no traicionarán los ideales que dicen poseer, además de mostrar pergaminos en los hechos. Ello nos lleva a decir, entre otras cosas, que quienes pregonan la antipolítica –como varios casos que hemos tenido en Santa Fe-, no deben tener cabida en los partidos políticos, los que deben ser custodios de ellos mismos, tratando de evitar la llegada de los arribeños cariconocidos.

Por eso, ser joven, viejo, hombre, mujer…no debe resultar una condición para acceder a las bancas o funciones ejecutivas. Pero hasta que ese escenario social y político se obtenga, debemos utilizar los instrumentos legales necesarios para que con ellos se garantice la pluriparticipación.

Hoy, nuevamente, se debate la aplicación del cupo femenino, instaurado por la ley 10.802. Es evidente que la interpretación auténtica, no puede ser otra que la de garantizar el mínimo de un tercio de mujeres en la Cámara y el reemplazo legislativo debe hacerse con ese mismo espíritu, aplicando la ley vigente. Porque si se interpretara que una cosa es la conformación de listas y otra cosa el orden de reemplazos, se atentaría contra la ratio-legis, cual es la de garantizar un mínimo de participación de mujeres en las bancas.

Mariana Robustelli es mujer pero, por sobre todo, es una joven militante que garantiza con su capacidad, defender los ideales por los que fue elegida. Es ella quien debe acceder a la banca. Y no decimos que se debe permitir esa posibilidad, sino que se debe reconocer ese derecho.

Reiteramos, la condición es la capacidad y por eso nadie debe creerse con más derechos que otros por ser joven o viejo, mujer o varón,…pero, por ahora, utilicemos los instrumentos legales en su legítima interpretación, para obtener la mayor representatividad posible.

Para finalizar, llamamos a una reflexión: repensemos y busquemos una sociedad mejor, sin distinciones, para que cada cual ocupe el lugar que merece y que el conjunto necesita de acuerdo al interés general.

*Aclaramos que el título -expresión literaria francesa que significa "busca la mujer"- tiene que ver con el machismo, que aquí criticamos.