Ayer fueron los hogares infantiles, los juguetes que algunos recibían por primera vez en su vida, las colonias de vacaciones, los campeonatos Evita y la posibilidad de acceder al cuidado de la salud, desde la infancia.
Hoy son las net books para la escuela, la asignación universal, la asignación por embarazo, el Plan Nacer, la operación gratuita de las cardiopatías congénitas o la fertilización asistida.
Ayer fue la Ciudad Infantil, la República de los Niños y la proclamación de los Derechos de la Niñez.
Hoy Paka Paka, Tecnópolis, el Régimen de Protección Integral de los Niños, Niñas y Adolescentes y la prohibición del trabajo infantil y protección del trabajo adolescente.
Un legado histórico que mantener, y a cuya altura hay que estar todos los días; sea desde el gobierno o militando desde el llano, desde el lugar que a cada uno le toque.
Pero al mismo tiempo un programa que debe orientar e iluminar la práctica política y la gestión del Estado.
Porque un país que asuma que los niños y niñas deben ser los únicos privilegiados será - necesariamente- un país más justo; y por ende, un país mejor.
Feliz día.
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