Por A.C.
Vemos en esta nota de Diario Bae que la dirigencia de la Unión Industrial Argentina (UIA), pretende disimular su evidente pretensión de devaluación, detrás del argumento que el supuesto retraso del tipo cambiario afecta la competitividad del sector, señalando como dato central, la pérdida de ganancias de las empresas industriales como producto del achicamiento de la competitividad. Si estos dirigentes de la industria sostienen que hay retraso cambiario, están planteando la necesidad de una devaluación. No hay otra interpretación posible.
Pero pareciera que además, hay una confusión de estos dirigentes, quienes vinculan la competitividad solo al nivel de ganancias. No se les puede escapar a estos dirigentes de la UIA, que la competitividad de una empresa se vincula a su capacidad de producción, al volumen, al manejo de costos, a su inversión en tecnología, a la calidad y precio final del producto en relación a sus competidores.
Tampoco pueden desconocer que el mundo de la actividad industrial, está conformado por empresas muy diferentes, no solo por escala, sino también porque la mayoría de las industrias producen solo para el mercado interno, mientras otras exportan un pequeño porcentaje de su producción, y otras hacen de la exportación el principal destino de sus productos.
Y como estos dirigentes tampoco desconocen los efectos desastrosos de una devaluación en el mercado interno, porque se produce la pérdida del poder adquisitivo de los salarios, la caída en consecuencia del consumo, y ante la disminución de la demanda, la baja de la producción, es llamativo que pidan una devaluación de la moneda. Porque así están afectando los intereses de la mayoría de sus propios representados, que verían un mercado interno disminuído en el consumo, y por lo tanto, verían caer su producción y su facturación.
Además, ante la modificación de la relación cambiaria y el encarecimiento del dólar, se les tornaría imposible la compra en el extranjero de insumos o maquinaria. No se les puede escapar este detalle a los actuales dirigentes industriales, salvo que éstos dirigentes hubieran llegado ayer a la Argentina, que sean paracaidistas húngaros, como decía el Presidente Kirchner.
El sector industrial, desde el año 2003 resulta el principal beneficiario de las políticas de impulso a la demanda, goza de importantes medidas de protección comercial y tiene a disposición muy favorables líneas de crédito. Por eso estos dirigentes, no puede pretender que en una economía que creció sostenidamente durante 10 años, crecimiento del cual el sector industrial resultó principal protagonista, se tomen ahora medidas contrarias al rumbo de crecimiento sostenido y generación de empleo que se vienen implementando.
Si los márgenes de utilidad en algunas empresas no les resultan suficientes, deberían comenzar por revisar su estructura de costos, o estudiar cambios en los procesos y en maquinaria para optimizar la producción, y no pretender que algunas empresas, mágicamente, vuelvan a ser competitivas a través de una devaluación, con los costos sociales que una devaluación ocasiona. Si mi empresa es ineficiente, si no invierto, si no logro adecuar los costos de producción, pido una devaluación. Así , cualquiera es empresario.
Declaran estos dirigentes de la UIA, que “ existió un fuerte incremento en los costos logísticos, energéticos, de materias primas y los costos salariales. Pero el eje central del reclamo será el “nivel de los precios de los insumos importados”.
Empecemos por lo que éstos dirigentes industriales consideran el “eje central”: precios de los insumos importados. Es llamativo que mientras hablan de atraso cambiario, es decir que piden devaluar el peso, les preocupe el nivel de precios de los insumos importados.Devaluando, los costos en pesos de los insumos se incrementan. ¿Quieren apagar el fuego con nafta ?
Además, pareciera que estos dirigentes piden que se les resuelva desde el Estado Nacional los costos logísticos y de materia prima, pretensión cuanto menos llamativa. Cuando hablan de costos energéticos, parecen que se olvidan que la energía tiene un fuerte subsidio estatal, y entonces llegan a lo que verdaderamente les interesa: el costo salarial.
Costo salarial que es analizado por estos dirigentes, por supuesto, desde la óptica de los 90, donde el trabajo y su incidencia es percibido como integrando criterios de ganancia, competitividad y porque no, sugiriendo flexibilidad.
Estos dirigentes de la UIA pareciera que no se dieron cuenta que el país ha cambiado.
Hace diez años se reimplantaron las paritarias salariales, por eso el costo salarial pueden discutirlo cuando quieran con los gremios de la actividad, porque el Estado Nacional no fija salarios de la actividad privada, y estos dirigentes confundidos deberían saberlo.
Igual que cuando plantean costos originados en la “presión tributaria”, agregando que éste aumento fue liderado, principalmente, por el crecimiento en los tributos provinciales sobre bienes y servicios. El Estado Nacional tampoco fija los tributos provinciales.
Hay una desinformación notable en ésta dirigencia industrial, muchas contradicciones.
O quizá hay una apuesta política personal de éstos dirigentes, una apuesta por la que dejan en segundo plano los intereses del sector.
En Sta. Fe hablen con Binner para que Bonfatti les baje ingresos brutos (3,5%),el más alto del país.
ResponderEliminarEl Estado Nacional no es el que pone los impuestos provinciales, pero las industrias tienen que pagar igual esos impuestos provinciales y los municipales. Los ponga quien los ponga, hay que pagarlos y suben los costos.
ResponderEliminarEstaría bueno alguna vez conocer los números de los costos de las empresas, pero de todos modos, los trasladan a los precios, así que no se hacen mucho problema al respecto.
ResponderEliminarY si son provinciales o municipales, saben donde reclamar ¿o no?
Anónimo de las 20:08
ResponderEliminarSi los impuestos altos son provinciales y municipales ¿Por qué la UIA le reclaman a la Nación?
¿Porque son cabezas de termo, brutos, o porque juegan para la oposición?
Neuquén vivió, este miércoles, una gran gesta popular.
ResponderEliminarMiles de maestros, estatales, trabajadores y jóvenes se concentraron frente a la Legislatura.
Lo hicieron para repudiar el acuerdo entreguista entre Chevron e YPF.
El acuerdo retorna a las concesiones leoninas del menemismo, en favor de los monopolios petroleros.
Pero muchas de sus claúsulas son secretas: trascendió, por ejemplo, que los daños ambientales quedarán a cargo de YPF.
El pueblo “quiso saber”: los conspiradores le respondieron con una represión brutal.
La política petrolera del gobierno “de los derechos humanos” fue defendida por la policía del derechista Sapag.
La misma que terminó con la vida de Carlos Fuentealba.
“Viva Chevron”, gritaban los matones sapagistas. La dureza de la represión iba de la mano del derrumbe político de quienes firmaron el pacto con Chevron.
En esas mismas horas, la Presidenta habilitaba pagarle a los fondos buitres y aumentar la carga de la deuda externa.
Los “nacionales y populares” han pasado a revistar como “soldados de Chevron”.
El Frente de Izquierda, en las calles y en la Legislatura, estuvo presente en esta intensa jornada.
Su mensaje fue claro: contra la entrega a los monopolios petroleros y al capital financiero -que tanto oficialistas como “opositores” practican por igual- hay una salida.