LA BOLILLA QUE FALTABA

Si a alguno le quedaban dudas de lo que junta y representa Massa, la aparición de la esfinge de Guadalupe (como le dice acá un gorila notorio, pero que en el fondo lo quiere más que a nosotros), las termina de disipar.

El hombre que arrugó en el 2002 porque "vio algo que no le gustó", y en el 2011 porque "contra una viuda con dos hijos y gobernando un país que crece no se puede competir", esta vez no vio nada raro, o sí; se asomó a las encuestas, como siempre; para seguir fiel a su estilo político: no jugar nunca en una coyuntura en la que no ponga nada en juego personalmente; y cuando no esté completamente seguro de tener las cartas ganadoras.

El senador por la provincia Reutemann (cuyo punto principal de mira fue, ahora y siempre, su propio ombligo) lo escuchó decir a Massa que hay que sacarle impuestos al campo y allá fue, donde su propia cuenta bancaria le indicaba que tenía que estar.

En compañía de toda la Mesa de Enlace (ver acá) y de buena parte de la UIA con De Mendiguren y Peirano, sectores que lo único que tienen en común es la necesidad de "recuperar competitividad" (léase, incrementar su tasa de ganancias) vía devaluación, eliminación de retenciones, alguna de las dos cosas. O las dos.   

En un punto no dejar de ser bueno que la cosa se sincere, y no nos sigamos tirando la suerte entre gitanos con aquéllo de que Massa venía a sostener lo bueno del kirchnerismo, y mejorar lo malo: por lo visto hasta acá (la gente de la que se rodea, las propuestas que lanza, su armado político, los abrojos que se le pegan), de lo bueno a mantener poco, y de lo malo que el kirchnerismo opacó (las mil y una vertientes del famoso "peronismo disidente"), todo; empezando por lo peor.

Ojo, a juzgar por las encuestas, esto sería lo que por ahora "le gusta a la gente", así que a no sorprenderse si la construcción paga electoralmente, ni quejarse después porque lo que hagan si llegan al gobieno no gusta: el que no ve como viene la mano de cara al futuro, es porque no quiere ver.

Y este armado massista (por ponerle un nombre) lejos está de suponer un problema exclusivamente para el kirchnerismo; en términos electorales en lo inmediato, en términos de fugas en el Congreso a posteriori, según los resultados.

Sin ir más lejos pensemos en Macri y -con este marco- en que es lo queda por acumular, por fuera de la CABA y un par de estelares, como Miguel Del Sel acá.

A propósito: si Macri naufragara en su proyecto presidencial, Del Sel perfectamente podría ser el candidato que Reutemann le proponga a Massa para gobernar Santa Fe en el 2015 con su apoyo ¿por qué no?. Si es que no le interesa al propio Reutemann la movida.

O a lo mejor decide bendecir para ese rol al "Cachi" Martínez, obviando el hecho de que lo sacudiera por años con el sambenito de que era el responsable del vaciamiento del peronismo provincial, que lo empujó a hacer rancho aparte (a ésta altura, bienvenido sea). Todo es posible en la ancha avenida del medio de la que suele hablar Massa, pero que hasta acá, parece que sólo tiene mano derecha.

De cualquier modo, Reutemann -fiel a su estilo- se comprometió a hacer campaña, pero en Buenos Aires, donde Massa marcha a la cabeza en todas las encuestas: acá en Santa Fe -si fuera coherente- debería hacerla por la lista de "100 % Santafesino" que encabeza Carignano; que sacó en las PASO el 2,29 % de los votos. 

Por supuesto que la reaparición de Reutemann (que en el 2015 deberá renovar sus fueros, o sea ir por otro mandato en el Senado) también complica al atomizado PJ local de cara a octubre: pensemos en algunos personajes de la política local como el fraudulento Gramajo, y como jugarán en el futuro inmediato.

Pero tampoco los republicanos están exentos: la última vez que Reutemann jugó electoralmente (en el 2009) le ganó al candidato de Binner (Giustiniani), y buena parte del electorado del FPCyS se alimenta de los huérfanos del ex corredor.

Por no decir que el crecimiento de Massa y lo que representa potencia la idea de que las presidenciales del 2015 serán un capítulo de la interna peronista, y eso invisibiliza al denominado "panradicalismo", que además tiene sólo dos presidenciables con peso: Binner y Cobos.

Los dos con bastantes similitudes: entre sí, con Reutemann, en sus electores.

Aun cuando nadie se lo hubiera propuesto así (quizás algunos sí), pareciera que cobra cuerpo la idea del retorno al "país normal" (la frase es de Binner, la idea de muchos) dejando atrás la anomalía kirchnerista; que se coló por una hendija en medio de la megacrisis del 2001-2002, y duró bastante más de lo deseado.

Ese país donde las influencias corporativas (las presencias y el tono del encuentro entre Reutemann y Massa son bastante explícitas al respecto) sobre la política se naturalizan, como lo lógico y natural.

Por supuesto que para el 2015 falta mucho, y hay elecciones en el medio; pero estos movimientos son datos a tener en cuenta cuando algunos señalan que el problema es que el kirchnerismo se corrió a la derecha.

Estos realineamientos siguen demostrando que a su izquierda, de verdad (no pujando por meter uno o dos diputados e ir a festejar con Chiche Gelblung), en términos de competencia política real y con chances de gobernar la Argentina, sigue existiendo sólo la pared.