sábado, 21 de septiembre de 2013

UN CASO QUE DEMUESTRA QUE NO TODO ES ENCUESTABLE


La imagen de apertura corresponde a una captura de pantalla de la encuesta de Infobae, a propósito de las protestas de los estudiantes secundarios en Buenos Aires, con toma de colegios incluida.

Y el título no obedece al -previsible- resultado del muestreo (al momento de las captura, aunque presumiblemente también después), sino a que el tema no puede ser objeto de consulta, o encuesta.

Porque los pibes tienen reconocido, lisa y llanamente, el derecho a participar y opinar en algo que los concierne, como los planes de estudio; que tienen que ver nada más ni nada menos que con la carrera o el perfil que eligieron, o elegirán en el futuro.

Pero esto que decimos no es una simple postura ideológica, sino lo que dice la Ley 26.061 (2005) de Protección Integral de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (ver acá el texto), que transcribimos:

"DERECHO A OPINAR Y A SER OIDO. Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a:

a) Participar y expresar libremente su opinión en los asuntos que les conciernan y en aquellos que tengan interés;

b) Que sus opiniones sean tenidas en cuenta conforme a su madurez y desarrollo.

Este derecho se extiende a todos los ámbitos en que se desenvuelven las niñas, niños y adolescentes; entre ellos, al ámbito estatal, familiar, comunitario, social, escolar, científico, cultural, deportivo y recreativo."

Acá se cumplen todos los requisitos: a los pibes el asunto les concierne, y tienen interés.

Como tenían los pibes de la noche de los lápices, que muchos recordaron el otro día compungidos, pero sin sacar del episodio las enseñanza que proyecta al presente.

O como están haciendo ahora acá en Santa Fe los del Instituto 12 que luchan por su edificio propio.

después los critican si no se interesan por nada, o están haciendo huevo todo el tiempo y nada los motiva. 

De todos modos, el ejemplo demuestra que en una democracia madura que conquista crecientemente derecho no todo es "encuestable", ni está sujeto al voluble humor de "la gente"; que hoy pide pena de muerte o dejarla las manos libres a la policía, y mañana se sensibiliza y protesta por algún caso de gatillo fácil.

Para eso está la responsabilidad del sistema político para mediar esos humores, decodificarlos (sin simplemente ir tras ellos, conforme marcan las encuestas, como pasó hace poco con la imputabilidad penal de los menores) y traducirlos en políticas públicas.

Que incluso a veces son de avanzada, porque instalan temas -como éste, de la participación de los pibes en el proceso de su propia educacíón- e intentan resolverlos en términos institucionales; creando o reconociendo derechos para construir una sociedad más justa, inclusiva y democrática; más allá del circunstancial humor social.   

3 comentarios:

  1. Que gran tontería!
    Una encuesta releva la opinión popular sobre un tema.A veces releva la opinión de un grupo determinado, depende de metodología y muestra.
    Eso no implica que los gobiernos escuchen y les den bola a las opiniones del pueblo.No es obligatorio, aunque es bastante aconsejable si quieren ganar elecciones y permanecer en el poder

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  2. Los pibes siguen siendo estigmatizados, por pibes nomás. Como si a los grandes nos sobrara mucho. Che, los pibes, como los políticos, vienen de algun planeta del extremo de la Vía Láctea? Que caretaje men.

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  3. Es un problema domestico: millones de padres les han dejado hacer a sus hijos lo que quisieran, con los resultados esperables, y ahora se ponen implacables con los hijos de otros. Que participen no quiere decir que los elaboren. Antes de la menor discusion hay que hablar con los pibes. El 90% viven en una densa nube del mas puro pedo y piensan que su vida va a rtranscurrir entre after hours, iPods, San Patricio y raves, todo disfrute y nada de compromiso hasta que se mueran. Son completamente inocentes de esa concepcion de la vida, los culpables son los padres que renunciaron a esa seria responsabilidad para hacerse los pendejos y pendejas y ser "amigos" de sus hijos para poder consumir mas. Una fractura generacional que va a dar por tierra con la familia contenedora y afectiva que mantiene la civilizacion entera.

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