miércoles, 4 de diciembre de 2013

SAQUEOS EN CÓRDOBA: OJO CON LAS SUTILEZAS TEÓRICAS


A esta altura de los acontecimientos y con más razón si el conflicto policial en Córdoba perdura, la situación ya se ha convertido en un problema -y grave- para el gobierno nacional; que amerita respuestas de su parte, porque la cosa está en el punto en que, las de o no, terminará pagando igual los costos políticos.

No es el momento ahora de detenerse a analizar si los saqueos responden exclusivamente a la ausencia de policía en las calles por el autoacuartelamiento, o a una situación de carencia social que explota ante esa circunstancia; porque la respuesta que el Estado debe brindar en éste momento es sustancialmente la misma: garantizar la seguridad de los ciudadanos, evitando que se instale y prolongue un clima de anomia social en el que se supone que todo es posible.

Sin tantas disquisiciones teóricas, pero con una respuesta concreta y rápida; incluso atendiendo al costado del reclamo social si es que tal cosa existiera; sin perder de vista que lo central para los cordobeses hoy es que no está garantizada su seguridad.

Tampoco existe la certeza de que el envío de un puñado de gendarmes pueda garantizar lo que no están garantizando miles de policías cordobeses autoacuartelados; pero ciertamente es necesario producir hechos que demuestren que el gobierno gobierna, más allá de una discusión teórica sobre jurisdicciones y competencias.

Hay que comprender que -por paradójico que parezca- a De La Sota llega un punto en el que su propia ineptitud lo protege, porque la propia sociedad cordobesa termina asimilando la idea de que las respuestas no pueden llegar de su gobierno; y por eso las reclama de la nación, cosa perfectamente legítima y entendible.   

Por esa razón y aunque el fracaso del "cordobesismo" como modelo de gestión sea estruendoso, es inútil perderse en polémicas bizantinas sobre responsabilidades, y cruces de llamados telefónicos: la propia carta de De la Sota lo pinta de cuerpo entero en su escasa estatura de dirigente político (inversamente proporcional a sus ínfulas y aspiraciones), pero no disminuye ni hace desaparecer el problema real, que es el que demanda rápidas respuestas.

Después (cuando haya llegado la tranquilidad para los cordobeses) llegará el momento de asignar responsabilidades, e incluso de indagar por las causas extra salariales del reclamo de los policías cordobeses; y su probable vinculación con el hecho de que la fuerza de seguridad provincial está fuertemente cuestionada por sus vínculos con el narcotráfico: si alguno quiere encontrar semejanzas con lo sucedido hace poco acá en Villa Gobernador Gálvez y los alrededores de Rosario, allí tiene un elemento.

Pero reiteramos: para después, ahora las prioridades son otras; y están bastante claras. 

Actualización: nada de lo dicho pierde vigencia por el hecho de que el conflicto tienda a encauzarse como vemos acá, sobre todo teniendo en cuenta la posibilidad de que este tipo de hechos vuelvan a reiterarse (ya hay quienes estaban convocando por las redes sociales a los policías santafesinos a unirse a los cordobeses). 

Actualización II: No estábamos tan errados, parece.

2 comentarios:

  1. Saqueos nooooo..... fueron Robos cometidos por chorros
    Digamos las cosas como corresponden

    ResponderEliminar
  2. reitero ,zafó el quincho,salió bien parado,hasta se me ocurre que es una puesta en escena..

    ResponderEliminar