sábado, 19 de abril de 2014

LOS QUE PIDEN POR MASSOT


Venciendo todo tipo de dificultades y contra la presión del establishment local (de Bahía Blanca) y nacional (los impresentables de ADEPA por ejemplo) avanza la causa contra Vicente Massot, acusado de participar directamente en la desaparición de dos delegados gremiales de "La Nueva Provincia".

Un caso emblemático de la participación civil y de los medios periodísticos en el aparato represivo de la ùltima dictadura, cuyos avances ponen nerviosa a mucha gente; incluso algunos que no participaron de la complicidad, como Santiago Kovadloff.

Que tal como dice Luis Bruchstein en éste excelente artículo de Página 12 de hoy, aparece poniendo la firma en una solicitada junto con Manuel Solanet (éste sí ex funcionario de la dictadura), cruzando lanzas en defensa de Massot. El propio diario fundado por Mitre -quien si no- lo defendió diciendo que se trataba de alguien "con una conducta moral irreprochable": al parecer, haber justificado públicamente la tortura siendo funcionario de Menem, no invalida tal calificación.

Kovadloff y Solanet firman como autoridades de la tristemente célebre "Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas", de las que nosotros nos ocupamos acá (con el recuerdo de lo que decía al respecto Jauretche), justamente a propósito de la incorporación de Kovadloff como miembro.

Como si alguien se arrogara (de hecho lo hacen) la acreditación de la moral nacional, o se pudiese ser "académico" en la materia.

De la página de la noble institución (?), extrajimos la nómina de "académicos" actuales, entre los que revista el propio Massot:


Un increíble rejuntado de gorilas de todo pelaje, funcionarios y apologistas de cuanta dictadura hubo en la Argentina, metidos a señalar desde el púlpito a todo el mundo (en especial si se trata de "populismo"); y a dar lecciones sobre democracia, república e instituciones.

Abundan por supuesto los radicales (como Vanossi y Rodríguez Giavarini, ex funcionarios de gobiernos ejemplares, como los de Duhalde y De La Rúa) y hasta algún socialista, como René Balestra. Nosotros recuadramos con rojo algunos conspicuos, puede el lector agregar otros. 

Con la excusa (no menor) de cerrar filas en defensa del indefendible Massot, lo que está gente nos está queriendo decir en el fondo es que lo que la dictadura hizo, si no estuvo del todo bien en términos éticos o de respeto por los derechos humanos, estuvo ampliamente justificado en términos políticos; porque salvó al país de las garras del populismo en el 76'; como lo habían hecho otros prohombres en el 55': ver que uno de los "sitiales" lleva el nombre de Aramburu.

Por eso entienden (aunque no lo digan) que Massot está justificado: porque si fuera necesario, si el país (como ahora) estuviera nuevamente amenazado por el populismo, no estaría mal que lo volvieran a hacer. Ese es el verdadero mensaje, lo demás es puro cuento.

De allí que hagan -como lo plantea Bruchstein- una inadmisible comparación entre un gobierno democrático que no les gusta, con una dictadura.

4 comentarios:

  1. es lamentable como la ultraderecha se hizo del nombre de Juan Bautista Alberdi, un tucumano pro Confederación y bastante anti-oligarquía al final de su vida...matias

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  2. Corriente:
    Con toda seguridad se podría decir que en el tercer párrafo, Uds. han querido poner "Que tal como "nos dice" (señala, etc)..."; de otro modo, así escrito, parece que Bruchstein apoya la posición de los de "conducta moral irreprochable". Desde el artículo de página 12, hace todo lo contrario.
    Buen post. saludos.

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  3. Otro nombre de gigantesca trascendencia es el de Isidoro Ruiz Moreno, cuya madre era la presidenta de las damas de la limosna oligarquica de la famosa fabula de Evita echandolas. Digo gigantesca porque de buena fuente se sabia que ese tipo fue el que escribio el famoso "Viva el cancer".




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